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Ester Muñoz y Alberto Núñez Feijóo, en el XXI Congreso Nacional del PP

Ester Muñoz y Alberto Núñez Feijóo, en el XXI Congreso Nacional del PPEuropa Press

El perfil

Ester Muñoz, el gancho letal de Feijóo

Ha engrasado las relaciones con Vox. Su perfil duro y su estilo directo gusta a la formación de Abascal, con el que mantiene buena sintonía. Llama al pan, pan, y al vino, vino, perfil que comparte con Tellado

Ester Muñoz de la Iglesia (León, 40 años cumplidos hace 23 días), nueva portavoz parlamentaria de Alberto Núñez-Feijóo, perteneció a Nuevas Generaciones del PP y conoció en esos tiempos a varios miembros de Vox. Desde entonces ha engrasado las relaciones con el partido con el que las encuestas dicen que Génova tendrá que pactar para gobernar España. Su perfil duro y su estilo directo gusta a la formación de Abascal, con el que mantiene buena sintonía. Llama al pan, pan, y al vino, vino. Perfil que comparte con Miguel Tellado, el otro ascendido en el Congreso de este fin de semana, como secretario general del PP, con vistas a la batalla final contra Pedro Sánchez; pero Muñoz tiene un plus: sabe trenzar acuerdos con el partido que está a su derecha. «Yo entiendo a Marx, por eso soy anticomunista», proclama a menudo en alusión a la famosa sentencia de Ronald Reagan.

Muñoz es ahora junto a Tellado la artillería pesada de Génova para la última arremetida contra Pedro Sánchez, envuelto en una hedionda nube de corrupción que ha llevado ante el Supremo a sus dos secretarios de Organización. Que el nombramiento de la nueva portavoz ha pisado más de un callo en el PSOE lo demuestran las invectivas con las que se la ha recibido: ordinariez, grosería, chabacanería, son las palabras usadas para darle la bienvenida desde la órbita socialista. Y es que desde que se estrenó en el hemiciclo, tras ser nombrada vicesecretaria de Sanidad y Educación del PP, sus intervenciones en la tribuna no han pasado inadvertidas. Compañeros de su formación confiesan que, en los últimos meses, es la única que ha destacado y la que más nervios desata en el banco azul.

Isabel Díaz Ayuso abraza a Ester Muñoz durante el XXI Congreso Nacional del PP

Isabel Díaz Ayuso abraza a Ester Muñoz durante el XXI Congreso Nacional del PPEuropa Press

En sus filas no se olvida cuando interpeló a Teresa Ribera, tras la Dana que arrasó Valencia en octubre. La diputada leonesa terminó su intervención ante la marcha de la exvicepresidenta a Bruselas: «Le deseo mucha suerte defendiendo esto en los tribunales». Sus correligionarios se rompieron las manos a aplaudir y Ribera no pudo ocultar su indignación. De hecho, Muñoz ha sido una de las dirigentes del PP que más ha defendido, y a contracorriente, al presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, cuestionado incluso en su propio partido. Y hay otra agrupación, la madrileña, donde se la mira con muy buenos ojos; Ester cae bien a Ayuso y se la valora positivamente en la Puerta del Sol. Incluso hay quien compara su desparpajo y falta de complejos para dar la batalla cultural contra la izquierda con los inicios de la presidenta madrileña.

Una de las bestias negras en la afilada lengua de Ester Muñoz es Óscar Puente, al que dedicó un irónico tuit hace unos días para contestarle por sus ataques a la renovación del PP: «Hombre ministro, estás vivo —le espetó—. Los que se han pasado 14 horas en un tren ayer esperaban tu ayuda y no sabían dónde andabas. Arregla lo de los trenes y suelta el móvil». Sin medias tintas, pisando fuerte y no amilanándose ante la izquierda, la nueva portavoz en el Congreso, que entró en el PP a los dieciocho años, ha tenido una carrera de fondo en el partido que la llevó a aprender los entresijos de Génova como jefa de gabinete del vicesecretario de Organización, Carlos Floriano. Aunque no dio el salto institucional hasta 2015, cuando fue elegida senadora.

Su más sonada intervención parlamentaria fue cuando, en alusión a la ley de Memoria Histórica en su etapa de senadora, sostuvo: «¡Quince millones de euros destinados a que ustedes desentierren unos huesos en lugar de mejorar los salarios de jueces y fiscales!». La izquierda entró en cólera por su «falta de humanidad», le acusaron. Luego Muñoz aclaró que se refería a la exhumación de Franco y no a «la gente que está en las cunetas».

La también presidenta del PP de León, protagonista indiscutible este fin de semana en el Congreso de la euforia del PP, nació en Valencia de Don Juan y es la mayor de cuatro hermanos. Muy aficionada a la música, no la ejecuta mal con el violonchelo, y también es fanática del deporte; fundamentalmente del ciclismo y del boxeo. La lona de la carrera de San Jerónimo la espera. Buscará el KO de Sánchez o que arroje la toalla. Pero el presidente de la corrupción ayer todavía seguía en pie, nombrando a un compañero de sus primeras horas acusado por compañeras de acoso. Tuvo que dimitir antes de tomar posesión. Otra muesca más que Ester Muñoz no olvidará en su próxima comparecencia parlamentaria. Para ella, para Tellado, para Feijóo y para el PP comienza la cuenta atrás para tumbar, con un gancho letal, al púgil noqueado Sánchez Pérez-Castejón.

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