Fundado en 1910
Francisco Salazar iba a ser designado número dos de la nueva secretaria de Organización del PSOE

Francisco Salazar iba a ser designado número dos de la nueva secretaria de Organización del PSOEDavid Díaz

El perfil

Salazar, la mano muy larga y la ética muy corta

El fuego amigo destapaba que en el PSOE y en el Gobierno, donde trabajaba el susodicho, era un clamor que el fallido adjunto de Torró traspasaba todos los límites de respeto con sus compañeras y ejercía además abuso de poder

Paco Salazar Rodríguez (Montellano, Sevilla, 57 años) era el tapado de Pedro Sánchez en su nueva fontanería de Ferraz, tras el ingreso en prisión de Santos Cerdán. Aunque lo había situado de adjunto a la desconocida nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró, realmente iba a ser el sustituto de facto del flamante vecino de Soto del Real: el fontanero en jefe en la sombra. Porque Paco lo era todo para el presidente. Hasta que, tras masivas denuncias de acoso sexual en el partido, lo abatió el fuego amigo la mañana del Comité Federal y fue reemplazado por Antonio Hernando, este sí un viejo conocido de la afición.

Cuando se materializó este cambio, varias voces en la sede socialista se hacían esta pregunta: ¿Y si lo ocurrido en el Comité Federal fue una venganza entre parejas? ¿Y si la caída de Salazar tiene mucho que ver con que el clan de Antonio Hernando y su mujer, Anabel Mateos (los dos nuevos adjuntos a Torró), pensaron que el poder que acumulaba la pareja Paco Salazar-Rebeca Torró, era excesivo, y había que tumbarle a él? Y es que no pocos sostienen que este es un claro juego de poder en el endogámico entorno del presidente del Gobierno.

Coincidiendo con ese Comité, que más bien fue una autopsia del partido, Pedro Sánchez había colocado a la chita callando a quien pasaba por ser el último de sus escuderos. Mientras la banda del Peugeot 405 –Koldo, Santos y Ábalos– se trabajaban el norte de España para el defenestrado líder socialista, Salazar lo hacía con el sur, el hostil feudo de la enemiga íntima de Pedro, Susana Díaz. Él fue el organizador del famoso mitin de Dos Hermanas, que fue el pistoletazo de salida del viaje de vuelta a Ferraz. Si los de la zona norte han caído por su desmedida afición al dinero público y a los locales de lucecitas, a Salazar se lo ha llevado por delante una irrefrenable afición –según le acusan– por acercarse excesivamente a sus compañeras.

Lo sabía todo el mundo, menos el que tenía la obligación de saberlo: el que le nombró

Publicado por un medio afín al PSOE, Ferraz se volvía a desayunar el día del cónclave con un escándalo muy poco feminista. El fuego amigo, que derribó ipso facto a Salazar, destapaba que en el PSOE y en el Gobierno, donde trabajaba el susodicho, era un clamor que el fallido adjunto de Torró traspasaba todos los límites de respeto con sus compañeras y ejercía además abuso de poder. De hecho, dos relevantes mujeres del partido, Carmen Calvo y Adriana Lastra (también con un papel fundamental en la denuncia de las inclinaciones prostibularias de Ábalos y que fueron laminadas por Sánchez), conocían con detalle el comportamiento de Salazar. Es decir, lo sabía todo el mundo, menos el que tenía la obligación de saberlo: el que le nombró.

La noticia cayó como una bomba y el sevillano fue expulsado sin contemplaciones. En ese lapso tuvo tiempo la ministra portavoz, Pilar Alegría, de hacer de nuevo el ridículo: primero puso la mano en el fuego por él a la entrada del Comité y minutos después rectificó cuando ya fue informada de que el elegido estaba recogiendo para irse. Primero la simpar Alegría lo llamó Paco, luego Francisco y estuvo a punto de referirse a él como «ese señor del que usted me habla». Peor fue lo de Sánchez que ni le citó en su discurso. Sus compañeras, sin embargo, tenían bien claro quién era el amigo de Pedro, al que algunas tachan de baboso –concretamente lo ha hecho una familiar de un histórico dirigente del partido– y quién sabe si alguna lo hará formalmente en un futuro y lo acusará del delito de acoso sexual. Pero el núcleo del presidente ya ha encontrado la solución: va a organizar cursos de concienciación y se va a enviar un correo a todos los trabajadores de presidencia para que sepan que hay protocolos para actuar. Lástima que no se impartieran antes cuando, según apuntan algunas de las compañeras de Salazar, éste elegía a las trabajadoras en función de su físico, y a algunas les hacía comentarios obscenos sobre su cuerpo y la ropa que vestían y les invitaba a quedar fuera del trabajo.

Él sostiene que está limpio. Pero su biografía dice lo contrario: Izquierda Unida denunció en 2018 que Salazar cobró sin trabajar un sueldo de 2.000 euros mensuales en el Ayuntamiento de Dos Hermanas, bajo el mandato del alcalde socialista Francisco Toscano, uno de los principales apoyos de Sánchez durante su enfrentamiento a Susana Díaz. Este ingeniero técnico agrícola por la Universidad de Sevilla y licenciado en Ciencias Políticas se afilió al PSOE en 1992 y comenzó su carrera como alcalde de su localidad natal hasta que llegó al comisariado para la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía de los ERE, entre 2008 y 2009. Luego daría el salto al Congreso entre 2019 y 2023, en cuya lista le colocó su amigo Pedro en agradecimiento a los servicios prestados. Fue una de las tres únicas personas, junto al aspirante y a Cerdán, que conocían el número de avales que habían reunido para la reconquista. Un oscuro episodio que está por aclarar.

En 2017, a las puertas de la moción de censura contra Rajoy, Sánchez ya le premió con la Secretaría de Acción Electoral (y a la vez se llevaba el sueldo de Dos Hermanas, sin pisar el despacho). En el primer gobierno socialista, fue adjunto al jefe de Gabinete, Iván Redondo. Pero su amarre trascendía a la figura del gurú, que fue purgado en 2021, y, por tanto, le sobrevivió. En 2024 Óscar López lo rescató y nombró secretario general de Coordinación Institucional de Moncloa, donde continuaba cuando fue invitado a marcharse hace nueve días por tener la mano muy larga y la ética muy corta.

Temas

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas