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El excomisario José Manuel Villarejo llegando a la Audiencia Nacional

El excomisario José Manuel Villarejo llegando a la Audiencia NacionalEFE

El excomisario Villarejo niega que espiara a Fernando Martín a petición de otro empresario

El fiscal pide 23 años y medio de prisión para el excomisario por un trabajo de espionaje que supuestamente realizó en 2011

El excomisario José Manuel Villarejo ha negado en el juicio que espiara a intervinientes en el concurso de acreedores de Martinsa Fadesa para investigar si una trama corrupta benefició al expresidente de la constructora y del Real Madrid, Fernando Martín, a petición de un empresario que se sentía estafado.

La Audiencia Nacional ha reanudado este miércoles el juicio a Villarejo, para quien el fiscal pide 23 años y medio de prisión por un trabajo de espionaje que supuestamente realizó en 2011 por encargo del empresario ya fallecido José Moya, que era presidente de la empresa Persán, para intentar que Fernando Martín le pagara una deuda.

Según el fiscal José Moya pagó algo más de medio millón de euros por unos informes supuestamente elaborados por los acusados.

Villarejo se sienta en el banquillo por supuestos delitos de cohecho, descubrimiento de secretos y falsedad en documento mercantil, al igual que el abogado Rafael Redondo, que era asesor jurídico del grupo Cenyt –a través del cual el excomisario supuestamente ejecutó las actividades de su entramado delictivo– y que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 18 años y nueve meses de cárcel.

Ambos han asegurado que Cenyt realizó para José Moya únicamente un trabajo jurídico para que se le reconociera la inversión de cien millones de euros que había realizado en Martinsa Fadesa y que para ello se personaron en el procedimiento del concurso de acreedores en el que les dieron la razón.

José Manuel Villarejo ha enmarcado este encargo en la actividad privada de sus empresas del grupo Cenyt y ha mantenido que nada tenía que ver con la labor como agente de inteligencia que se le propuso desde que era ministro del Interior José Luis Corcuera para aprovechar sus contactos y la estructura de las empresas que creó en el periodo en el que estuvo en excedencia de la Policía entre 1983 y 1993.

El excomisario ha recordado que ha prestado esta labor como agente de inteligencia hasta con diez ministros del Interior tanto de PSOE como de PP para encargos concretos que se le realizaban mientras que le permitían seguir con su actividad privada en sus empresas, que tenían actividades de distinta índole.

«Había sobornado a todo el mundo»

Ha recalcado que para los encargos como el que se investiga en esta causa no se sirvió de su labor policial ya que además no tenía ni despacho ni ordenador oficial de la Policía ni clave para acceder a bases de datos de este Cuerpo, y que no informaba a sus clientes que era comisario.

Por su parte Rafael Redondo ha declarado que José Moya sospechaba que en el procedimiento del concurso de Martinsa Fadesa Fernando Martín «había sobornado a todo el mundo» que intervino en el mismo, incluso el juez.

El acusado ha negado que plantearan a José Moya que iban a efectuar un trabajo para rastrear posibles pagos ilícitos a intervinientes en el procedimiento concursal y ha dicho que por el contrario le dijeron que no era aconsejable entablar un proceso penal ya que veían improbable la existencia de tal trama prevaricadora y corrupta.

Según el escrito de acusación del fiscal en esta causa se investiga el proyecto Saving en el que el entramado de Villarejo habría investigado en 2011 por encargo de Moya si hubo irregularidades en el procedimiento concursal de Martinsa Fadesa, como los supuestos pagos ilícitos para favorecer a Fernando Martín.

Este pretendía utilizar la información que se obtuviera para negociar con Fernando Martín la recuperación de la inversión que había realizado en la constructora.

José Moya había adquirido en 2007 acciones de Martinsa Fadesa por un importe superior a cien millones de euros, aproximadamente el 5 por ciento del capital social de la constructora, con un contrato que le permitía recuperar al menos parcialmente la inversión realizada al reservarse la opción de venderlas y que de ser ejercitada habían de ser compradas por Fernando Martín.

Sin embargo ejercitada por José Moya la opción de venta no pudo hacerse efectiva al declararse el concurso de Martinsa Fadesa en 2008.

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