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BARCELONA, 05/10/2025.- La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, en sus primeras declaraciones al llegar al Aeropuerto de Barcelona-El Prat, junto al concejal barcelonés de ERC Jordi Coronas, tras ser liberados hoy por Israel, ha denunciado este domingo los "abusos y maltratos" a los activistas de la Global Sumud Flotilla detenidos en Israel, por los que emprenderá "acciones", y ha hecho un llamamiento a la movilización para parar los pies a este "Estado terrorista neofascista" israelí. EFE/Toni Albir

Colau y Coronas regresan a Barcelona tras ser deportados por Israel con denuncias políticas y un discurso radicalEFE

Colau y Coronas regresan a Barcelona tras ser deportados por Israel con denuncias políticas y un discurso radical

Permanece Adrià Plazas, dirigente de la CUP, que según Colau habría iniciado una huelga de hambre

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal de ERC Jordi Coronas aterrizaron este domingo por la noche en el Aeropuerto de El Prat, tras ser deportados por el Gobierno israelí junto a un grupo de activistas que participaban en la llamada Global Sumud Flotilla, una iniciativa de marcada orientación propalestina que trató de romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.

El regreso a Barcelona de ambos dirigentes políticos ha estado acompañado por un encendido discurso en el que Colau no ha escatimado calificativos contra Israel, al que ha definido como un «Estado terrorista neofascista», y del que ha asegurado que «secuestró» a los participantes de la flotilla en aguas internacionales. A su lado, Jordi Coronas ha acusado directamente al Estado israelí de fascismo y ha instado a los gobiernos a implicarse «para frenar el genocidio».

Los exalcaldes y activistas embarcaron por la tarde en Tel Aviv, tras ser liberados, y aterrizaron en Madrid poco después de las ocho. Desde allí, Colau y Coronas tomaron un vuelo con destino Barcelona, donde les esperaban familiares, dirigentes de los Comuns y de ERC. Otros cuatro activistas catalanes –Guillem Esteban, Sofía Peris, Laia Rosell y Cèlia Vélez– realizan el trayecto de Madrid a Cataluña en coche.

En sus declaraciones a la prensa, Colau ofreció un relato lleno de dramatismo sobre su paso por una prisión israelí. Asegura haber sido víctima de maltratos, insultos y humillaciones, y denunció la supuesta incomunicación total y condiciones degradantes en el centro de detención. La exalcaldesa ha anunciado que emprenderá «acciones» por lo que considera violaciones de derechos, y ha llamado a nuevas movilizaciones contra Israel.

«El trato fue absolutamente inhumano», declaró. Asegura que durante horas estuvieron arrodillados en el suelo, sin comer, sin beber y expuestos a un frío extremo, tras lo cual fueron trasladados a un penal de alta seguridad en el desierto. Allí, según sus palabras, una pancarta con una imagen de Gaza destruida y la leyenda «Bienvenidos a la nueva Gaza» daba la bienvenida a los presos.

Coronas, por su parte, denunció que Israel intentó que los activistas firmaran documentos en los que se les atribuía el liderazgo de los barcos de la flotilla y se reconocía la ilegalidad de su entrada en aguas israelíes. «Esto es fascismo», dijo, afirmando que al negarse a firmar, las autoridades israelíes redactaron y firmaron los documentos por su cuenta.

Ambos dirigentes insistieron en que lo vivido por ellos «no es nada» comparado con la situación de la población palestina, por lo que pidieron intensificar las protestas y continuar organizando acciones como las flotillas.

Las palabras de Colau y Coronas se producen en un contexto de creciente tensión internacional en torno a la guerra entre Israel y Hamás, con la implicación creciente de sectores de la izquierda radical en movimientos de protesta.

Mientras tanto, algunos de los activistas detenidos que no aceptaron firmar su deportación siguen retenidos en Israel. Entre ellos se encuentra Adrià Plazas, dirigente de la CUP, que según Colau habría iniciado una huelga de hambre.

Tanto desde los Comuns como desde ERC se ha reiterado el apoyo a los activistas, mientras que las declaraciones más radicales de Colau han vuelto a generar división política. Su vuelta a escena, con un relato cargado de victimismo y acusaciones, marca un nuevo capítulo en su activismo político tras abandonar la alcaldía.

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