Acto de homenaje al ertzaina Txema Aguirre, asesinado hace 28 por ETA en Bilbao
El País Vasco recuerda al ertzaina Txema Aguirre, el agente que con su vida salvó la del Rey
Se cumplen 28 años del asesinato de este policía autonómico cuando sorprendió a los etarras preparando un atentado en la inauguración del Guggenheim
Una ofrenda floral y un minuto de silencio han servido este lunes para homenajear al ertzaina Txema Aguirre, asesinado hace 28 años cuando sorprendió a un comando etarra preparando un atentado contra la inauguración del museo Guggenheim de Bilbao que iba a estar presidido por el Rey Juan Carlos.
El homenaje ha contado con la asistencia del jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, y el jefe la comisaría de Bilbao, Kike Sánchez, además de otros mandos y agentes de la Ertzaintza y familiares. También ha asistido el director general de la Academia Vasca de Policía y Emergencias, Jon Goikolea.
Placa en memoria del ertzaina asesinado por ETA, José María Aguirre, en Bilbao
«No podemos ni queremos perder el legado y los valores que nos han dejado nuestro compañero Txema y las personas que le rodean. Porque para nosotros han sido, son y serán un referente de humanidad, seña de identidad de la Ertzaintza», ha subrayado Sánchez durante el acto de recuerdo.
El responsable de la comisaría bilbaína ha recordado que hace 28 años «unos individuos, en contra del sentir de la inmensa mayoría de la ciudadanía del País Vasco, intentaron cercenar el espíritu de cercanía y mano tendida que siempre ha identificado la Ertzaintza y del que el recuerdo de Txema al día de hoy es un ejemplo claro. Este empecinamiento sordo y hostil fue una vez más inútil y de consecuencias trágicas».
En la inauguración del Guggenheim
El 13 de octubre de 1997, el ertzaina Txema Aguirre se encontraba vigilando los exteriores del museo Guggenheim de Bilbao, que iba ser inaugurado por los Reyes de España y un amplio número de personalidades políticas y civiles cinco días después.
Un comando etarra se había hecho pasar por operarios que ultimaban los preparativos de la inauguración del gran museo. Esa tarde trasladaba tres grande maceteros que iban a rodear a Puppy, el perrito gigante cubierto de flores y plantas que preside la explanada del museo. En vez de tierra, lo que contenían los maceteros eran granadas anticarro y minas antipersona.
Pero Txema Aguirre se fijó en los falsos operarios, que no debían de estar allí. Se suponía que las labores de floristería habían terminado tres días antes. Así que pidió a los falsos operarios la documentación, momento en que uno de ellos, Eneko Gogeaskoetxea, sacó una pistola y le descerrajó un disparo que dejó al ertzaina en coma hasta el día siguiente cuando falleció.
Txema Aguirre murió, pero gracias a su entrega, los Reyes y muchas personalidades salvaron la vida. Por eso, a lo largo de este martes se guardará un minuto de silencio en todas las comisarías y centros de la Ertzaintza en memoria de Txema Aguirre.