El Secretario General de la asociación de guardias civiles, Jucil, Ernesto Vilariño
Entrevista al Secretario General de Jucil
Ernesto Vilariño: «Quien tiene tomada la costa andaluza no es la Guardia Civil ni la Policía, es el narcotráfico»
El presidente de Jucil ha vivido en primera persona las dificultades que pasan sus compañeros
Acaba de volver de visitar a sus compañeros que están destinados en el sur de España, especialmente la zona del Estrecho, pero también las provincias anexas, hacia donde se está extendiendo el narcotráfico. El presidente de la asociación de guardias civiles Jucil, Ernesto Vilariño, narra para El Debate el «abandono» que viven los agentes especialmente en aquella zona.
—¿Tan mal está la situación allí?
—Es un problema que llevamos denunciando más de tres años. Los narcos se han hecho con armas de guerra, además, saben que hay una falta de efectivos importante en Andalucía, especialmente en las costas que es por donde ellos introducen las sustancias ilegales, así que prácticamente pueden entrar a cualquier hora, incluso a la luz del día, porque saben que somos pocos guardias civiles, que tenemos material mucho más obsoleto que el suyo, no tenemos material específico para poder luchar contra el narcotráfico. Y a todo esto le sumamos que el principio de autoridad se está perdiendo porque no hay leyes que los castiga... Los narcos campan ya a sus anchas.
—¿Sin el OCON Sur (Organismo de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico) ya no hay unidades específicas de lucha contra el narcotráfico?
—Con el OCON Sur había una unidad específica se encargaba de controlar el narcotráfico, especialmente en el Estrecho, y que lo tenían acorralado. Y lo desmontaron sin un motivo. Eso qué es lo que ha llevado a que los compañeros que están destinados en estas provincias tengan que realizar este trabajo. Y si una patrulla tiene que quedar custodiando cualquier tipo de aprensión, una embarcación o lo que sea, queda inutilizada para cualquier cosa que ocurra en la población. No se puede cubrir. Es que el narcotráfico, más allá del peligro intrínseco, está dejando a los pueblos sin patrullaje en muchas ocasiones y la sensación de inseguridad en nuestras poblaciones va en aumento.
El OCON Sur tenía acorralado al narcotráfico y lo desmontaron sin un motivo
—¿Qué pueden hacer vuestras pistolas frente a un Kalashnikov?
—El problema es que no hay personal, tampoco hay material, y los narcos lo saben y lo aprovechan. Diversifican su negocio mayormente en bandas organizadas, cada vez más violentas, mucho más violentas, porque para ellos no tienen problema en tirotear una patrulla o una embarcación les da igual. Están empezando a funcionar como se funciona en México. No tienen respeto ni por la Guardia Civil ni por la población. Nosotros lo que tenemos es, para ellos, una pistolita, la pistola reglamentaria. Poco más.
—Ha pasado más de año y medio desde lo de Barbate. ¿Ha cambiado algo desde entonces?
—Sí, ha cambiado porque no está la OCON Sur que era la unidad que se dedicaba exclusivamente al narcotráfico. No tener esta unidad que los presionaba, los acorralaba con tan buenos resultados, ha hecho que ellos campen a sus anchas y allí el que manda es el narcotráfico, El que tiene zona tomada no es la Guardia Civil, no es la Policía Nacional, es el narcotráfico. En alguna ocasión hemos solicitado el apoyo de la Armada, que cerca hay una base muy grande. Al menos de manera persuasiva se podía tener a la Armada allí patrullando el litoral, porque la Guardia Civil no puede hacer frente al narcotráfico con embarcaciones antiguas y con tan pocas unidades. Es inviable.
Posiblemente la Virgen del Pilar se acuerde más de los guardias civiles que el ministro del Interior
—Acabamos de celebrar el día de la Patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar. Igual mejor rezar a la Virgen que pedir a Marlaska
—Posiblemente, la Virgen del Pilar se acuerde más de los guardias civiles que el ministro del Interior. Porque al ministro del interior ni está ni se le espera. Sufrimos un maltrato sistemático por su parte que no alcanzamos a entender. Porque somos sus guardias civiles, somos la herramienta que tiene el Estado para que las leyes se cumplan. Los tiene que dotar de material, los tiene que dotar de personal, los tiene que dotar de unidades especiales, de materiales específicos, embarcaciones más potentes, más modernas.
—¿Tienen esperanza de que algún día cambie la situación?
—La única manera de que esto cambie es que los guardias civiles empiecen a ser conscientes de que ellos son los que tienen que hacer que esto cambie. Si nosotros no nos unimos, si no somos capaces de dar el peso que tienen que tener las asociaciones profesionales, posiblemente el Ministerio de Interior siga haciendo exactamente lo mismo, ignorando las reclamaciones que hacen sus representantes. No puede ser. No puede ser que nosotros vayamos al Pleno, no tengamos una interlocución con el Ministerio. Son los guardias civiles los que tienen que empezar a exigir a su Ministerio o a quien corresponda, sus derechos laborales. No estamos pidiendo nada que no sea lógico. Estamos pidiendo de derechos laborales, derechos sociales, como cualquier otro trabajador. Nosotros no podemos permitir que pretendan tener esta policía del Siglo XXI con derechos del Siglo XIX.
—Al menos parece que se va a conseguir que dejen de aplicar a la Guardia Civil el Código Penal militar
—No es razonable o no tiene sentido que un guardia civil con vida privada o en su vida profesional, cuando ejerce labores policiales se le aplique el Código Penal Militar de España. El Código Penal Militar se aplica en tiempos de guerra o cuando esté en misiones militares. ¿Cómo es posible que un policía del Siglo XIX pueda a ir a la cárcel por una riña con un jefe tomando café en una cafetería? No tiene sentido.