Fundado en 1910
El hombre de 61 años juzgado como presunto autor del asesinato de su esposa, cuyo cadáver fue encontrado en Logroño en octubre de 2020 y para quien el fiscal pide 22 años de prisión

El hombre de 61 años juzgado como presunto autor del asesinato de su esposa, cuyo cadáver fue encontrado en Logroño en octubre de 2020EFE

¿Es la fiscalía capaz de retirar una acusación por asesinato cuando tras el juicio se tienen dudas?

Un jurado popular delibera a esta hora sobre la culpabilidad o no de Ángel, acusado de matar a su mujer en Logroño de 2020

Antes de empezar el juicio, se selecciona a los jurados. Uno de los candidatos a serlo dijo que prefería a un inocente en prisión, condenado injustamente, que a un culpable en libertad. Otro dijo que los acusados de asesinato deben probar ellos su inocencia. Un tercero afirmó que la presunción de inocencia solo era una excusa para librarse. El fiscal, el garante de que la legalidad se cumpla, ¿qué hizo ante estas opiniones tan lejanas de la equidad y de la justicia? ¿Los rechazó como candidatos? No, no lo hizo. Tácitamente aceptó su presencia al no excluirlos, lo que se pudo interpretar como que le importaba más ganar que la justicia. Tuvo que recusarlos la defensa.

Durante el juicio el fiscal sostuvo que el acusado degolló a su mujer el 13 octubre de 2020 en su domicilio de Logroño. Según los investigadores Mercedes fue atacada por su marido de forma sorpresiva, con un objeto punzante y cortante causándole la muerte. Para dirimir tan grave acusación se han celebrado nueve jornadas de juicio. Así se ha sabido que el día 12, el acusado estaba con su hijo vendimiando a 200 kilómetros de distancia.

Se vieron a última hora de la noche, antes de irse a acostar y después a primera hora de la mañana en el desayuno. Sostiene fiscalía que en ese tiempo Ángel viajó hasta Logroño para cometer el crimen. Su hijo, que quiere por igual a su padre a y a su madre, aseguró que dormían en una casa vieja, de las que cruje al caminar y que si su padre se hubiese ido a escondidas, el lo hubiera escuchado.

Es la apreciación de un testigo que podría ser refutado con pruebas objetivas. Por ejemplo, el posicionamiento del móvil del acusado. En la vista oral quedó claro que la señal nunca se movió del pueblo en el que estaba. También puede ser desmentido el dato por las cámaras de la carretera. Si se ve su coche yendo de madrugada hacia Logroño, blanco y en botella.

Unos de los dos responsables de la investigación dijo en juicio que como tardaron más de un mes en enfocar el asunto cuando pidieron las cámaras ya se habían borrado las imágenes. El otro aseguró que las pidieron dos días después del crimen, pero que no había prueba del trayecto: «No se ve al acusado yendo hasta Logroño»..

Las forenses, en el único informe oficial, establecieron la hora de la muerte entre las 22.00 horas del día 12 de octubre y las 18.00 del 13 de octubre. Los policías redujeron ese horario y aseguraron que el asesinato ocurrió entre la 1.00 y las 6.00 del día 13 de octubre. ¿Por qué acotaron el horario? «Se lo dijimos nosotras, las forenses». Sin embargo, al preguntarles a ellos, a los policías, lo negaron: «Nosotros no hablamos con las forenses de eso».

Es curioso porque a las 13.00 horas, dentro del intervalo horario que fijan las forenses en su informe oficial, un testigo escuchó en el edificio donde se cometió el crimen un grito desgarrador. Pero para esa hora el acusado tenía coartada: estaba con testigos a 200 kilómetros de distancia. Otro dato curioso es que se pidieron las cámaras pegadas a la casa donde ocurrió todo. ¿Y qué demuestran las cámaras según uno de los policías?: «No se ve al acusado entrando».

¿Entonces qué pruebas objetivas hay contra el acusado? Restos genéticos suyos en la vagina de la víctima y en las dos manos. Puede parecer definitivo, pero ¿qué dijeron las forenses? Que los restos de la vagina pueden permanecer ahí durante diez días en personas vivas y más en personas fallecidas. Es decir que el matrimonio pudo mantener relaciones sexuales en los días previos al crimen y eso justificaría su presencia. Para la defensa eso destruye el indicio de culpabilidad, porque ambos estuvieron juntos en las horas y días previos al crimen y según el acusado hubo contacto íntimo.

¿Y el ADN de las manos? Los expertos dijeron en la vista que podía haber llegado por trasferencia. Es decir, que como en la casa vivían ambos, pudo tocar algo con el ADN del marido y que se quedase adherido. Pero es que también reconocieron que por mucho que se lave uno, incluso con gel hidroalcohólico, el ADN permanece. Es decir que dos días antes, antes de irse a vendimiar, se pudieron tocar y por eso la presencia de ese resto en las dos manos.

¿Qué más pruebas se esgrimen como objetivas y demoledoras para los investigadores? Solo una más además del ADN. Que la víctima que era muy miedosa no echase la llave por dentro. Lo saben porque el propio acusado dijo que al llegar a su casa se encontró la puerta con el resbalón. ¿Hay alguna prueba objetiva que demuestre que ese día no se olvidó de cerrar la puerta con llave? ¿Y si el crimen fue a las 13:00, coincidiendo con el grito desgarrador, tendría sentido que no echase la llave?

Hay otra posibilidad. La mirilla de la puerta estaba abierta. Mercedes pudo cerrar con llave, escuchar que alguien llamaba, comprobar quién era y al ser conocido abrir a esa persona, franquearle la puerta. Ese asesino después de matar se habría ido dando un portazo.

¿Y cual fue el móvil del crimen? La familia de ella, que pide 240.000 euros, dice que la víctima se quería separar y él no lo aceptó. El fiscal ha comprado esta teoría. Los amigos y el hijo de víctima y acusado aseguran que se querían mucho y que no había intención alguna de separarse.

Tras el juicio han surgido dudas e incluso ha habido gente que se ha preguntado: «¿Y si no la mató el acusado?». Aún así, el fiscal ha seguido pidiendo 22 años de prisión. ¿Ganar o justicia? La última palabra la tiene el jurado popular. Quizá valoren los jurados que sobre el cuerpo de la víctima había varios pelos de origen desconocido que no eran del acusado ni de su mujer. Uno de ellos púbico. Esos nunca se investigaron.

Ángel espera su decisión en libertad. La instructora nunca le mandó a prisión provisional porque no terminaba de verlo claro. Si es declarado inocente, un asesino andará por ahí suelto.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas