El exdirector de la Faffe Fernando Villén (d), acompañado de su letrado

El exdirector de la Faffe Fernando Villén (dcha.), acompañado de su abogadoEFE

Caso Faffe

Las preguntas sin resolver del juicio a la Junta socialista por los pagos en prostíbulos con dinero de los parados

El exdirector de la Faffe no desveló quiénes lo acompañaron en la juerga donde se gastó casi 15.000 euros

El juicio por los pagos en prostíbulos con tarjetas de la extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), con dinero destinado a los parados andaluces, finaliza con varias preguntas sin resolver, como si el dinero fue devuelto, si existió un sistema para «compensar» gastos o, la más significativa, quiénes acompañaron al principal acusado en una juerga en el club Don Ángelo (Sevilla) en la que se gastó casi 15.000 euros.
Durante seis jornadas, el ex director general de la Faffe, Fernando Villén, y la ex directora económica financiera, Ana Valls, fueron juzgados en la sala 7 de la Audiencia de Sevilla, un tribunal presidido por la magistrada Mercedes Alaya, instructora inicial de la macrocausa de los ERE, y por el que desfilaron decenas de testigos pedidos por las partes.
A lo largo del juicio, la defensa de los imputados hizo gran hincapié en que el jurado debía basarse en las consideraciones jurídicas, así como en las pruebas aportadas por la acusación, y no entrar en un «juicio moral»; mientras que el Ministerio Público apeló al «sentido común» para adoptar una decisión sobre los procesados.
Finalizadas el pasado martes las sesiones de la vista oral, la Audiencia de Sevilla convocó para este miércoles a los acusados para la lectura del veredicto. Sin embargo, el acto se limitó a la corrección de un «error material» en el objeto del veredicto; una incidencia vinculada a la no inclusión, como hecho favorable o desfavorable, de una mención de la defensa de Villén respecto a que los 14.737 euros entregados en metálico al dueño del prostíbulo Don Ángelo «no era dinero de la Faffe».
Este viernes, el jurado popular declaró por unanimidad que Villén es «culpable de una continuada disposición ilícita de fondos» públicos para gastos en prostíbulos y de «falsear» la contabilidad de la entidad, «con la colaboración» de Valls, para «simular las devoluciones» del dinero público empleado.

Devolución del dinero

Villén, que se enfrenta a una petición de seis años de cárcel por un delito de malversación de caudales públicos y de falsedad en documento público, reconoció ante el jurado que pagó en cinco prostíbulos andaluces un total de 32.566 euros de la tarjeta de la Faffe. No obstante, ha sostenido que el dinero lo devolvió «en todos los casos».
El fiscal, Fernando Soto, calificó este caso como de «corrupción», toda vez que Villén gastó 32.566 euros al menos en diez visitas a puticlubs, fundamentalmente de Sevilla y también de Cádiz, como los locales Don Ángelo, La Casita, American Show Girls o Bahía 2, usando tarjetas de la entidad que presidía para pagar sus gastos.
«Siempre y en todo caso devolví el dinero», declaró el primer día Villén, quien justificó las devoluciones en la caja de la Faffe por «no alarmar» a su familia, dado que su mujer tenía acceso a sus cuentas bancarias.
Por su parte, Valls dijo que conoció «por la prensa» que Villén había usado la tarjeta de la entidad pública para pagar gastos en prostíbulos, motivo por el que sufrió un «gran bochorno», y que como responsable de la contabilidad «jamás» habría permitido que un gasto personal repercutiera en las cuentas de la Faffe.
La directora financiera negó que conociera los hechos y que no hiciera nada por denunciarlo, tal y como afirmó la Fiscalía basándose en el informe de la UCO, cuyo representante declaró que los acusados crearon una «dinámica» consistente en generar «asientos contables» que reflejasen una devolución.

El gasto en Don Ángelo

La UCO considera que no hubo «ni facturas, ni un recibí ni nada similar», llegando a la conclusión de que se trataba de una operación «orquestada» por Villén y Valls con el «ánimo de ocultar» los pagos con las tarjetas de la Faffe en los prostíbulos.
Especial protagonismo tuvo el gasto de 14.737 euros en una noche en el club Don Ángelo de Sevilla, prostíbulo que ya no existe y sobre el que circuló gran parte de los interrogatorios. Según el Ministerio Público, la noche del 22 al 23 de marzo de 2010 en el Don Ángelo fue un ejemplo del gasto de dinero público en «prostitutas, orgías y festivales», tal y como definió el fiscal los dispendios de Villén en estos locales, al menos en una decena de ocasiones durante ocho años.
Esa noche, el chófer de Villén, según su confesión, dejó a su jefe en los alrededores de este club de alterne y lo recogió de madrugada para trasladarlo a su casa en San Fernando (Cádiz). Al día siguiente, Villén le pidió llevar al dueño del Don Ángelo un sobre con 14.737 euros, correspondientes al gasto de esa noche y englobados en una quincena de anotaciones.
El ex director general de la Faffe confesó que el dinero se lo había prestado un amigo. Y la Fiscalía sostiene que Ana Valls sacó un talón de 6.300 euros un día después de que su adjunto, Rafael Martín Reyes, pidiera anular la tarjeta que se utilizó, con el objetivo de «simular» un cobro que en realidad trataba de maquillar parte del dinero gastado por Villén.
El ya desaparecido Don Angelo, uno de los prostíbulos en los que se usó tarjetas de la Faffe

El ya desaparecido Don Ángelo, uno de los prostíbulos en los que se usó tarjetas de la FaffeRaúl Caro | EFE

La comida en la Feria

Estos argumentos de la Fiscalía son para la defensa «meras conjeturas», por lo que presentó numerosos testimonios de auditores que afirmaban que no se apreció descuadre alguno en las cuentas de la Faffe. No obstante, uno de ellos reconoció que eran «compatibles» sus informes favorables y las irregularidades que detectó la UCO.
Adolfo Cuéllar, defensor de Villén, y Manuel Salinero, de Ana Valls, se esforzaron en convencer al jurado de que todo se basa en «especulaciones» de la UCO y especialmente en remarcar en que «no hubo menoscabo» de fondos públicos, porque, según su versión, todo el dinero gastado se devuelve.
El informe de la Guardia Civil sostiene que la factura de 2.514 euros de la comida de la Feria de Abril de 2008 es falsa y que en realidad fue de 514, por lo que los 2.000 euros restantes 'engordaron' la misma para poder compensar los gastos de Villén en los clubes de alterne; algo que la defensa intentó desmontar con testimonios como el del casetero Jaime de la Escalera, que terminó confesando que le pagó UGT.
El casetero insistió en que no recordaba haber hecho la factura a nombre de la Faffe, tal y como aparecía en la que le mostró el fiscal, porque esta institución no era proveedor, y que todas las facturas se las presentaba al sindicato, que era el que le indicaba «los conceptos» que debía recoger.

El «robo» de la tarjeta

Probablemente, la expresión «no lo recuerdo» fue la más utilizada por los testigos, que se escudaron en el tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos. Pero llamó especial atención el testimonio del adjunto a la dirección económica y financiera.
Martín Reyes avisó al banco del «robo» de una tarjeta de la Faffe utilizada por Villén, con la que se pagó en clubes de alterne. Sin embargo, declaró que no recordaba nada, pese a que durante el juicio mostró como prueba un audio con la grabación de su conversación con el empleado del banco. Al menos, reconoció que era su voz.
El juicio termina con algunas incógnitas sin resolver. Fernando Seco recordó una de las más relevantes: quiénes acompañaron a Villén en la juerga del Don Ángelo, ya que el principal acusado no lo desveló. Si había alguna esperanza en que el dueño del club de alterne, José Ruiz, lo contara, tampoco pudo ser, ya que no fue localizado.

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