Vista aérea del extremo sur de Gibraltar

Vista aérea del extremo sur de GibraltarRAF

Las 16 instalaciones militares que ponen Gibraltar en el punto de mira internacional

La ONU advierte al Gobierno colonial de que las bases militares que alberga el Peñón son un «obstáculo» para el ejercicio del derecho a la autodeterminación

El derecho a la autodeterminación es una vieja reivindicación del Gobierno colonial de Gibraltar. El viceministro principal del Peñón, Joseph García, insistió en ello ante la Cuarta Comisión de las Naciones Unidas el pasado 18 de octubre, recién renovado el cargo tras las elecciones legislativas. Sin embargo, la existencia de instalaciones militares en la colonia, precisamente por ser colonia, choca con sus pretensiones autodeterministas.
Que se sepa, hay 16 instalaciones militares en el Peñón, muchas de ellas de gran extensión y no exentas de riesgo para la población civil, empezando por las tres ubicadas en el istmo, territorio ocupado ilegalmente: el aeródromo militar de la Real Fuerza Aérea británica (Royal Air Force), con su correspondiente depósito de combustible, almacén de materiales peligrosos, torre de control y hangares; el Cuartel del Regimiento de Gibraltar, con su correspondiente armería, y la Clínica Militar.
En el interior del Peñón se encuentran los famosos túneles de la Segunda Guerra Mundial, en realidad un entramado militar con aljibes, depósitos de combustible y de munición de artillería, misiles, torpedos, bombas y minas. En el monte hay otro entramado militar, pero en este caso con un radar de control del tráfico aéreo y antenas de comunicaciones aeronáuticas, marítimas y de satélite.
Al sur de Gibraltar hay cuatro instalaciones militares de gran importancia: los anclajes de los cables del sistema de detección acústica submarina; la estación Windy, que alberga sistemas de inteligencia electrónica y de comunicaciones; el campo de antenas para la interceptación de comunicaciones de larga distancia, y el centro de adiestramiento militar de Buffadero, donde existe un campo de entrenamiento antiterrorista y otro de tiro de armas portátiles.
Aunque es en la zona portuaria donde se encuentra el mayor número de instalaciones militares, siete en total: los muelles de uso exclusivamente militar, incluidos los dos dedicados a submarinos nucleares; el control de seguridad y acceso al puerto; el cuartel de buceadores; la dársena de embarcaciones menores de la Marina Real (Royal Navy); los talleres industriales y almacenes militares; los diques secos de doble uso civil y militar, y el Cuartel General de las Fuerzas Británicas en Gibraltar.
Todas estas instalaciones militares son de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas del Reino Unido y de los Estados Unidos, puesto que no están integradas en la estructura de la OTAN, y son también motivo de recurrente denuncia por parte de la ONU, que insta a las potencias administradoras a retirarlas de sus colonias, en este caso de Gibraltar.

Un «obstáculo» para la autodeterminación

La ONU, ante la que el Gobierno colonial de Gibraltar reivindica el derecho a la autodeterminación, ha reprobado en múltiples ocasiones la existencia de instalaciones militares en las colonias. De hecho, en una resolución de 1993 determina que «las bases e instalaciones militares en dichos territorios podrían constituir un obstáculo para el ejercicio del derecho a la libre determinación por el pueblo de esos territorios y su firme opinión de que deben retirarse las bases e instalaciones existentes».
Aun así, continúa la militarización del Peñón por parte del Reino Unido, con la complacencia de las autoridades gibraltareñas. El Reino Unido pretende convertir Gibraltar en una base estratégica de la Royal Navy tras su salida de la Unión Europea. Según el Gobierno británico, el Peñón es «un trampolín para que Defensa se proyecte globalmente», un enclave «esencial» para «combatir las amenazas actuales y futuras».
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