Reparto de agua en camiones cisterna en el municipio de Pozoblanco (Córdoba)

Reparto de agua en camiones cisterna en el municipio de Pozoblanco (Córdoba)EFE

La sequía convierte el agua en el bien más preciado en Andalucía para 2024

Andalucía cierra 2023 con la sequía más prolongada desde 1961, y la población ya está sufriendo sus consecuencias

Las lluvias de diciembre no han mejorado la situación hidrológica de Andalucía, que cierra 2023 con poco más del 20 % de agua acumulada en sus embalses, casi 1.000 hm³ menos que hace un año, una situación de sequía extrema que ya está teniendo consecuencias en la economía, lastrando al sector primario, y en la población, con multitud de municipios con problemas de suministro.
Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Andalucía sufre una sequía que ya se prolonga más de cinco años y, por tanto, supone la de mayor duración desde 1961, lo que, unido a unas temperaturas anómalas, ha provocado una drástica disminución de las dotaciones de riego que han condicionado enormemente los cultivos y también el abastecimiento normal de agua a la ciudadanía.
Esta situación, agravada entre los meses de marzo y agosto, cuando las precipitaciones fueron prácticamente inexistentes, obligó al Gobierno de Juanma Moreno a firmar en abril un tercer decreto de sequía con el objetivo de implementar medidas de urgencias respecto a infraestructuras hídricas esenciales para garantizar el suministro de agua. El próximo mes de enero, el Ejecutivo autonómico aprobará un cuarto decreto de sequía.
Estas inversiones ponen de manifiesto que el agua será en 2024 el bien más preciado para Andalucía y sobre el que girarán en buenas medidas las políticas del Gobierno de Moreno el próximo año. Los presupuestos de la Junta contemplan 578 millones para actuaciones en el ámbito hídrico, lo que supondrá llegar hasta los 2.200 millones comprometidos en los últimos años.

Incidencia en el campo andaluz

El sector primario andaluz ha tenido que lidiar todo el año con altos costes de producción, pero la falta de precipitaciones ha arruinado muchas explotaciones, con todos los cultivos afectados que han visto reducida sus cosechas de forma generalizada.
De hecho, en la balanza comercial de Andalucía, donde la agricultura y ganadería tienen un peso fundamental, las exportaciones hasta el fin del verano bajaron un 10,9 %, y la falta de agua ha influido en productos clave para el sector exterior como el aceite de oliva o las frutas.
Además, según las previsiones de las administraciones, se prevé que 2023 sea el año de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario, con unas indemnizaciones totales por encima de los 1.000 millones de euros, de los que unos 460 millones de euros se destinarán a cultivos siniestrados por la sequía.
Pero además de la afectación directa en la agricultura y la ganadería, la falta de agua en los embalses ha provocado la aparición de agentes tóxicos, lo que ha obligado a la Junta de Andalucía a decretar agua no apta para el consumo en numerosos puntos de toda la geografía andaluza, con especial incidencia en las provincias de Málaga y Córdoba.

Problemas de abastecimiento

Concretamente, desde el pasado marzo, más de 80.000 vecinos del norte de Córdoba carecen de abastecimiento de agua potable debido a problemas en la red de suministro y contar con agua contaminada, una situación que no se corregirá hasta la próxima primavera y que ha llevado a algunos afectados a protagonizar una huelga de hambre ya concluida para visibilizar los problemas del mundo rural.
Desde hace menos tiempo, en Nerja (Málaga), los vecinos de la pedanía de Maro no pueden beber agua del grifo porque la Junta de Andalucía la ha declarado no apta para el consumo por un exceso de radiactividad natural, por lo que apenas cuentan con cinco litros de agua embotellada por persona y día que aportan las administraciones.
Además, Málaga capital ha activado medidas de ahorro ante la situación de sequía por las que prohíbe el uso de agua potable para baldeo de calles y riego de jardines, si bien toda la Costa del Sol ya mira al próximo verano con la esperanza de que lleguen precipitaciones, ya que de ello depende una temporada turística exitosa que a día de hoy se encuentra seriamente amenazada.
De hecho, desde las administraciones ya se están planteando medidas muy extraordinarias, como la compra de agua potable en el extranjero o que ésta llegue en barcos cisternas hasta los principales municipios costeros que sufren la falta de suministro regular.

Una gran preocupación

La sequía es una situación cada vez más generalizada en Andalucía, que ha visto este año municipios afectados por todo su territorio, como han podido ser los casos de la sierra de Huelva, con 13 poblaciones con cortes; la Campiña Sur de Córdoba, la comarca de la Axarquía de Málaga, las zonas tropicales de Granada o de la ribera del Guadalquivir en Sevilla o Jaén, sin olvidar zonas del interior de Cádiz y Almería.
Así, la sequía es ya uno de los principales problemas para los andaluces, según se desprende del Barómetro Andaluz de la Fundación Centra, que pone manifiesto que, en una escala de 0 a 10, el grado de preocupación sobre este asunto alcanza una media de 8,6 puntos.
Entre las medidas más adecuadas para dar una mejor respuesta a esta problemática en Andalucía, el 23,7 % apuesta por invertir en infraestructuras hídricas, y otro mismo porcentaje, por construir más desaladoras para potabilizar el agua, el bien más preciado en la región para el próximo 2024.

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