Castillo de Villardompardo, en la provincia de Jaén
Jaén
Villardompardo y su castillo: una joya medieval que lucha contra el olvido
La fortaleza sufre daños como consecuencia de filtraciones tras las lluvias del pasado mes de marzo
El castillo de Villardompardo no es solo una fortaleza de piedra que se alza sobre el corazón de Jaén. Es también un refugio de siglos pasados que ha resistido guerras, reformas, silencios y transformaciones. Hoy, ese legado cultural está en riesgo. Las lluvias de marzo han causado el derrumbe parcial de su muralla norte y además han abierto una grieta preocupante en una de sus torres.
Según ha confirmado el Ayuntamiento de Villardompardo, la zona afectada permanecía cerrada al público por razones de seguridad, por lo que no se han registrado daños personales. Sin embargo, el deterioro estructural pone en riesgo la integridad de uno de los símbolos históricos de la localidad, cuya silueta domina el paisaje desde hace casi ocho siglos.
El alcalde, Francisco López, ha informado de que ya se han puesto en marcha los primeros pasos para asegurar la estructura y evitar daños mayores. «Se ha ido filtrando el agua y se ha venido abajo, de modo que habrá que retirar el material que se ha caído y consolidarlo para que el agua no siga el agua haciendo daño en la muralla», ha comentado.
No obstante, lo que más preocupa es la grieta que se ha abierto en la torre norte. Se trata de una estructura defensiva junto a la antigua puerta de codillo de acceso al castillo que salió a la luz en el marco de los trabajos que impulsa el Consistorio para recuperar el foso.
Muro interior del castillo del Villardompardo afectado por el derrumbe
López confía en tener apoyo de las administraciones para hacer frente al coste de estas actuaciones, dados los recursos limitados de los que dispone un ayuntamiento pequeño como el de Villardompardo. «Espero que la Diputación de Jaén se involucre, como ya lo ha hecho en Arjona», ha dicho en alusión al derrumbe que sufrió hace unos días parte de la muralla del Alcázar de este municipio.
El deterioro de monumentos como este no es un caso aislado. En los últimos años, numerosas construcciones históricas en entornos rurales han sufrido daños por el abandono, la falta de mantenimiento y los efectos cada vez más agresivos del clima.
Un deterioro progresivo
El origen del castillo de Villardompardo se remonta al siglo XIII, tras la Reconquista de Jaén (1246). En esos años, el rey Fernando III el Santo cedió las tierras de la alquería de Villar a Pedro Aznar Pardo, noble que mandó a construir la fortaleza como baluarte defensivo de la nueva frontera cristiana. Inicialmente, el castillo tenía una función puramente militar, pero con el paso del tiempo, especialmente en el siglo XIV, se transformó en una residencia señorial.
En el siglo XVI, bajo el gobierno de Fernando de Torres y Portugal, primer conde de Villardompardo, la fortaleza experimentó importantes reformas. Se le añadieron elementos renacentistas, como una impresionante portada clasicista, que marcó una transición de fortaleza a una construcción más elegante y representativa del poder nobiliario de la época.
Sin embargo, en siglos posteriores, el castillo pasó a un segundo plano, y aunque en ocasiones fue utilizado como residencia privada, sufrió una falta de mantenimiento que contribuyó al deterioro de sus paredes y torres. Este abandono lo llevó a su casi total desmoronamiento durante el siglo XIX.
En los últimos años, especialmente desde finales del siglo XX, se han llevado a cabo diversas acciones de restauración y conservación, que han permitido preservar elementos significativos del castillo, como la torre del Homenaje y el patio interior, que aún conservan su aspecto original.