Uno de los pocos coches de caballos que quedan en Málaga - EFE

Uno coches de caballos en la ciudad de MálagaEFE

Sevilla, Jerez y Córdoba miran de reojo el fin de los coches de caballos en Málaga

Sevilla estudia modificaciones para días de altas temperaturas y el PSOE cordobés pide seguir el camino de Málaga e indemnizar a los cocheros

La estampa de los coches de caballos por las calles y parques de las grandes ciudades ha sido durante décadas un reclamo turístico en Andalucía, un modo de transporte que, además de permitir disfrutar con calma del paisaje, se distinguía por el tipismo. De un tiempo a esta parte, sin embargo, el modelo ha caído en cuestión, hasta el punto de desaparecer en buena parte de la región.

Málaga es la última ciudad en sumarse a la erradicación de los coches caballos ante la «incompatibilidad de la actividad del servicio de paseo en coches de caballos con el desarrollo de la ciudad en condiciones de seguridad y salubridad, tanto para los usuarios de la vía pública como para los propios animales».

En la última década, el número de licencias había decrecido drásticamente. Ya solo quedaban 25 en la capital de la Costa del Sol, donde este tipo de transportes ha quedado prohibido a partir de este octubre a cambio de una indemnización de tres millones de euros a los cocheros. Se suma así a Cádiz, donde las calesas no circulan desde hace más de dos décadas, en este caso no debido a una normativa municipal sino a la falta de profesionales interesados en el sector.

Sevilla y sus casi 100 licencias

Sí quedan en pie tres lugares con gran arraigo tanto con el mundo del caballo como con este transporte turístico: Sevilla, Jerez y Córdoba. El debate en torno a la pervivencia de los coches de caballos se ha abierto periódicamente en todas ellas a lo largo de los últimos diez años. Entre las tres suman más de 150 licencias para ejercer esta actividad que, con todo, es menor que en décadas anteriores.

Sevilla cuenta con la mayoría de ellas, 97 calesas. El Consistorio hispalense no se ha planteado erradicar esta práctica, aunque se ha abierto a estudiar modificaciones de la ordenanza para mejorar las condiciones de trabajo de los cocheros y los caballos, en especial en lo tocante a las jornadas de altas temperaturas. La capital andaluza ya cuenta con medidas de bienestar animal como revisiones veterinarias continuas y la supervisión del Grupo Giralda de la Policía Local para velar por el cumplimiento de la normativa.

En Córdoba, las licencias bajan de las 50. El PSOE, en la oposición, cree que la ciudad debería seguir los pasos de Málaga y abrir un proceso de rescate voluntario de licencias con indemnizaciones a quienes quieran acogerse. «Córdoba debería decir adiós a los coches de caballos en los próximos años, lo que sería un avance considerable en una sociedad que respeta el bienestar de los animales, la salubridad y la seguridad para los viandantes», afirma el portavoz socialista Antonio Hurtado.

Menos licencias existen aún en Jerez, la ciudad del caballo por antonomasia. Allí quedan 14 licencias, también en atención al menor tamaño y afluencia turística que Córdoba y Sevilla. La Asociación de Coches de Caballo de Turismo vela por que se cumpla la normativa y defiende que esta modalidad turística no supone maltrato animal. En cualquier caso, en el seno de la corporación municipal no se ha abierto un debate para suprimirlos.

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