
Un misil Tomahawk es transportado hacia el submarino 'HMS Anson' en Gibraltar
Cádiz
El Campo de Gibraltar contiene la respiración ante la continua llegada de submarinos nucleares al Peñón
El Consejo de Seguridad Nuclear no tiene previsto ningún plan de emergencia para la comarca gaditana ante una fuga radioactiva
La base naval de Gibraltar se ha convertido en un taller de reparaciones de submarinos nucleares. En lo poco que va de año han entrado ya dos en el puerto del Peñón, uno tras el otro, lo que ha vuelto a encender las alarmas en el Campo de Gibraltar ante una hipotética fuga radioactiva. Aun así, el Consejo de Seguridad Nuclear no tiene previsto ningún plan de emergencia por si se produjera una eventualidad como tal.
Es costumbre desde el año 2000 que submarinos nucleares atraquen en la base naval de Gibraltar para ser objeto de reparaciones, que a menudo se realizan en un muelle que no está preparado para ello. La continua llegada de estos sumergibles a la Bahía de Algeciras pone en riesgo nuclear a la población del Campo de Gibraltar, que asciende a más de 278.000 habitantes (más los 34.000 del Peñón).
En este sentido, Gibraltar realiza cada tres años un simulacro/ejercicio de contaminación nuclear para prevenir a su población, que dispone, al contrario de lo que sucede en el otro lado de la Verja, de un plan de emergencia ante una fuga radioactiva en la base naval, en consonancia con el resto de las instalaciones militares de la Marina Real británica que albergan submarinos nucleares cerca de población civil.
En el plan de emergencia de Gibraltar no se habla de informar a las autoridades vecinas. No obstante, en el epígrafe 'Turistas' se prevé el cierre de la frontera, «dejando dentro del territorio de Gibraltar a muchas personas».
Además, los afectados por contaminación nuclear serían trasladados al Real Hospital Naval de Gibraltar, donde deberían ser tratados como «población local», según este documento, en el que no se menciona a nuestro país más allá de donde se dice que los servicios de emergencias serían desplegados en algunos puntos «cerca de España».
Una demostración de fuerza
El pasado 22 de enero abandonó el Peñón el submarino estadounidense USS Indiana, tras someterse durante cuatro días a una serie de reparaciones urgentes debido a una avería, y actualmente se encuentra en el puerto de Gibraltar el HMS Anson. Se trata del submarino nuclear más moderno de la Marina Real británica. Es el quinto de los siete sumergibles de la clase Astute y el único que hasta ahora no había hecho escala en la colonia.
Su reactor nuclear no necesita reabastecimiento de combustible durante sus 25 años de servicio. Además, tiene capacidad para producir oxígeno y agua potable; es decir, su autonomía solo está limitada por la cantidad de alimentos almacenados a bordo, por lo que es capaz de circunnavegar el mundo sin salir a la superficie.
La Marina Real británica ha estado equipando al HMS Anson con varios misiles Tomahawk. La operación de carga de armamento se ha llevado a cabo a plena luz del día y con las cámaras de la GBC –la televisión pública de Gibraltar– como testigo. Toda una demostración de fuerza que pone de manifiesto el carácter militar de la colonia en un momento en el que la Unión Europea y el Reino Unido negocian un acuerdo para dejar atrás el Brexit en el Peñón.
Como en otras ocasiones, la asociación Verdemar-Ecologistas en Acción ha denunciado «los reactores nucleares suponen múltiples amenazas, como terremotos, inundaciones, fenómenos climatológicos extremos o envejecimiento y la propia gestión de la industria nuclear y de los accidentes, para los que no estamos preparados. Además, gran parte de los reactores nucleares superan la edad de su vida de diseño».
Por ello, los ecologistas han pedido «de una vez por todas que Gibraltar quede libre de artefactos de propulsión nuclear y otros buques que son auténticas bombas flotantes», subrayando que no quieren un plan de emergencia nuclear para el Campo de Gibraltar, «sino que se vayan».