Claves de una huelga enconada: por qué los trabajadores del metal han vuelto a tomar las calles de Cádiz

La huelga indefinida del sector del metal afronta su tercer día, entre la incertidumbre y las dudas sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo y la afectación a la vida diaria que están teniendo las protestas. Esta mañana los trabajadores han regresado a las calles con una gran manifestación, mientras que para la tarde está previsto que los representantes sindicales y la patronal se sienten a la mesa en un encuentro convocado en el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales. Estas son las claves de una huelga que la semana pasada pareció evitable.

Un convenio caducado

La revisión del convenio ha sido el detonante de las disparidades entre trabajadores y patronal del metal en la provincia de Cádiz. El último convenio colectivo fue firmado el 21 de diciembre de 2021, con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2023, más dos años adicionales de ultraactividad, es decir, de prórroga. El convenio se firmó tras diez intensos días de huelga que dejaron una importante huella en la ciudad.

La presión sindical

Con la prórroga cercana al vencimiento, sindicatos (UGT y CC.OO., principalmente) y Femca (Federación de Empresas del Metal de la Provincia de Cádiz) se sentaron a negociar. Para los representantes de los trabajadores, tres son los puntos básicos para un nuevo convenio: la subida salarial, el plus de empleo estable y el plus de tóxico. Los sindicatos entendieron que la patronal no estaba por la labor de negociar en serio y el 12 de junio anunciaron dos jornadas de paro para el 18 y 19 de junio y huelga indefinida desde el 23.

El acuerdo 'fantasma'

En la madrugada del lunes, pocas horas antes de que diera comienzo el paro indefinido, UGT y Femca alcanzaron un preacuerdo para sortear la huelga y que las carreteras y calles de Cádiz no volvieran a llenarse de barricadas como en 2021. El texto debía ser ratificado por los trabajadores, pero rápidamente CC.OO. y CGT se desmarcaron y el preacuerdo no prosperó. La situación está, desde entonces, bloqueada.

La vigencia, el principal escollo

Aunque los sindicatos habían logrado un compromiso por parte de la patronal para acceder a sus peticiones de revisión salarial y de pluses por toxicidad, así como garantías de estabilidad para nuevos contratos, el plazo de vigencia del futuro convenio ha sido el punto principal de discrepancia. El preacuerdo fijaba en nueve años la vigencia. Para CC.OO., ese plazo «somete a la clase obrera durante una década» y CGT entiende que «ata de pies y manos» a los trabajadores durante un plazo largo de tiempo.

Sindicatos divididos y calles en lucha

Así las cosas, los sindicatos se presentan divididos. UGT, que acapara la mayor cuota de representación, ha sido acusada de «traición» por los otros sindicatos. Mientras, CMT y CGT se niegan a «desmovilizarse» y mantiene la plena vigencia de la huelga, con una postura más radical que CC.OO., que tampoco reconoce el preacuerdo. Debido a ello, los trabajadores llevan ya tres días de lucha —cinco si contamos los dos días de paro puntuales de la semana pasada— y el conflicto ha escalado en las calles con cortes de carretera, quema de neumáticos, lanzamientos de pinchos y clavos a la calzada, enfrentamientos con la policía, cerca de diez detenidos y una persona herida.

La Junta arbitra

El Consejo Andaluz de Relaciones Laborales de la Junta de Andalucía es ahora el terreno de juego para alcanzar un acuerdo que acabe con la huelga y devuelva la normalidad a la ciudad. Este miércoles a las 17:30 se producirá un nuevo encuentro entre las partes, después de que la convocatoria del martes no lograra avanzar nada debido a la ausencia de CC.OO.