Botas de vino del Marco de Jerez
Cádiz
'Sherry cask', las botas de vino con dos siglos de tradición a sus espaldas que Jerez quiere proteger
Las barricas envinadas para envejecer destilados aportan 100 millones anuales al Marco, que busca lograr una Indicación Geográfica Protegida de la UE
Que el vino de Jerez es un negocio millonario en la provincia es algo bien sabido. También que es identidad y tradición de esta zona de Cádiz, el famoso Marco. Ahora bien, pocos saben que el 'contenedor' de esos vinos se ha convertido en los últimos años en otra fuente de ingresos nada despreciable para las firmas vinateras.
Las botas de vino, o barricas, envinadas en Jerez, se usan en todo el mundo para envejecer whisky o ron. Estas estructuras de madera de roble aportan dulzor y un color más oscuro a los destilados. Son conocidos como sherry cask y contribuyen a difundir el prestigio del Marco y la larga tradición tonelera.
El negocio de los sherry cask, cuyo origen hay que buscarlo en la propia implantación de las bodegas en el siglo XIX y su gran expansión comercial, se sitúa por encima de los 100 millones de euros anuales. Jerez cuenta con unas 200.000 botas en proceso de envinado. En la última década, el Consejo Regulaor ha venido abogando por dar valor a este proceso que ya aporta importantísimas cifras al sector.
Junto con la piel de Ubrique
Ahora, Jerez quiere ir más allá en la protección de sus productos. El nuevo sistema de protección de indicaciones geográficas (IGP) de la Unión Europea es el camino. Hasta ahora, Europa solo 'certificaba' productos alimentarios y bebidas; ahora, se blindarán también con un distintivo semejante a las denominaciones de origen, los productos artesanales e industriales.
La Junta de Andalucía ha decidido impulsar la candidatura de los sherry cask para obtener una IGP. Lo hará junto a otros productos andaluces, entre ellos la marroquinería de Ubrique. Este certificado blindaría las botas envinadas contra falsificaciones y competencias desleales y sería una marca de prestigio.
Para la alcaldesa de la localidad, María José García-Pelayo, es una gran noticia que la Junta promocione esta candidatura, ya que «Jerez, con su historia, su cultura vinícola y la excelencia de sus artesanos, encuentra en esta medida un instrumento de justicia histórica y reconocimiento».
La fortuna de los sherry cask bebe de la confluencia histórica del vino de esta tierra con los destilados de Gran Bretaña. Desde el siglo XIX, cuando comenzó el furor por el Jerez en las islas, arrancó la traición de usar botas envinadas para la crianza del whisky escocés y otros destilados. El propio brandy de Jerez como el de la firma Fundador se envejece de este modo.
Para el Consejo Regulador del Vino de Jerez no hay duda de que si un producto artesano andaluz merece figurar en esta primera tanda de Indicaciones Protegidas, ese serían las famosas botas de vino de Jerez.