Recreación artificial del futuro edificio IMEC en Málaga
Tecnología
Málaga, sede europea para fabricar semiconductores y evitar la dependencia tecnológica con China
El Instituto Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC) apuesta por primera vez con una sede fuera de Bélgica para crear microchips. Invertirá 615 millones y ofrece 450 plazas de empleo cualificado. El proyecto arrancará el 2027.
En el Parque Tecnológico de Andalucía (Málaga TechPark), el ambicioso proyecto del Instituto Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC) empieza a tomar forma. Durante el reciente foro ITF Spain 2025, que se celebró en la capital malagueña el pasado 9 de octubre, los responsables del centro confirmaron que la licitación para la construcción se lanzará en unas semanas y que las obras arrancarán a principios de 2027, con la vista puesta en que el complejo esté operativo en el año 2030.
Este paso no es menor: se trata de la primera sede de IMEC fuera de Bélgica, una apuesta internacional que pretende situar a Málaga como polo europeo en investigación de microchips.
Proyecto ambicioso
El calendario previsto no permite dilaciones. En pocas semanas se culminará el diseño básico del edificio; acto seguido, se recopilará la documentación necesaria para tramitar los permisos de obra, estimados en cuatro a seis meses.
Para finales de año está prevista la licitación para el diseño definitivo y la construcción, y a mediados de 2026 se firmaría el contrato con la empresa constructora que acometerá los trabajos en el primer trimestre de 2027.
Si todo avanza según lo proyectado, a mediados de 2028 aterrizarán los primeros equipos, que tardarán al menos un año en instalarse. Una vez ensamblados, se trasladarán procesos actualmente desarrollados en Lovaina (Bélgica) hacia la planta malagueña. En conjunto, el centro generará cerca de 200 empleos directos y otros 100 indirectos, aunque se calcula que en total dará 450 puestos de trabajo.
Durante el foro, Karel van Gils, director general de IMEC España, citó una frase que resume la visión del proyecto: «Un buen jugador está donde está la pelota; un gran jugador está donde estará la pelota… España es donde la pelota estará.»
Un edificio concebido para la precisión y la sostenibilidad
El nuevo centro no será cualquier nave industrial: su diseño incorpora criterios muy exigentes. Desde la doble capa de protección contra radiación solar hasta cimientos robustos que evitan vibraciones, cada detalle busca garantizar el perfecto funcionamiento de equipos extremadamente sensibles.
Los pilotes de cimentación tendrán 28 metros de profundidad y dos metros de diámetro en muchos casos. El agua será un recurso tratado con especial detenimiento: se estima que hasta el 50 % del agua usada será regenerada.
Interior del edificio, donde se fabricarán los chips
El complejo incluirá una sala blanca —la primera fuera de Bélgica para IMEC— de 2.000 metros cuadrados dedicada a la producción de obleas de 300 milímetros, pieza clave en el diseño de chips de última generación.
Significado estratégico, retos y esperanzas
Detrás de esta iniciativa late una motivación mayor: reforzar la autonomía tecnológica europea en un momento crítico. España, apoyada por la Unión Europea y las administraciones regionales, aspira a reducir su dependencia de proveedores externos de semiconductores, especialmente con China, una superpotencia fabricadora de estos dispositivos.
El Gobierno español asignará 500 millones de euros al proyecto, dentro de un coste total estimado en 615 millones. Según SETT, ya están reservados fondos adicionales para adquisición de maquinaria y fases técnicas previas. Pero no todo es entusiasmo sin obstáculos. El Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) ya emplea a decenas de miles de personas, y su infraestructura de transporte público —metro, cercanías, conexiones — resulta insuficiente para absorber mayor densidad laboral.
El reto de adaptar el PTA a este magno proyecto
El acceso al parque por carretera sufre congestión habitual, algo que podría agravar la incorporación masiva de trabajadores. Además, las administraciones deberán coordinar trámites, permisos y controles medioambientales sin margen de error, para no demorar un proyecto que ya carga expectativas muy elevadas.
Con su sede en Bélgica y más de 5.500 investigadores, IMEC es un actor global en investigación de nanoelectrónica, sensores, inteligencia artificial y diseño de chips. Su llegada a Málaga representa una apuesta muy audaz: convertir a la ciudad andaluza en un nodo de innovación con proyección internacional.
Boceto del interior del futuro edificio IMEC en Málaga
Si se cumplen los plazos, en 2030 Málaga no sólo tendrá un edificio tecnológicamente puntero, sino una plataforma de conocimiento que podrá incubar startups, atraer talento y fortalecer cadenas productivas.