Venta que fue frecuentada por bandoleros
Málaga
El restaurante con más de 300 años en Málaga que fue frecuentado por bandoleros: se come por menos de 20 euros
El establecimiento hostelero en activo más antiguo de Andalucía resiste al tiempo, entre leyendas de bandoleros y recetas centenarias
Imaginen un lugar donde el tiempo parece haberse detenido entre las paredes de piedra. En la Alta Axarquía malagueña, a solo dos kilómetros del pueblo de Alfarnate, se erige la Venta de Alfarnate. Fundada en el siglo XIII como casa de postas, es la venta más antigua de Andalucía que aún sirve comida. Por sus mesas han desfilado reyes, santos y forajidos, creando una leyenda viva que hoy se puede paladear.
Museo viviente y calabozo real
Este rincón histórico, en el kilómetro 513 de la antigua carretera Málaga-Granada, es mucho más que un restaurante. Sus muros custodian el Museo del Bandolerismo Andaluz y hasta un calabozo original del siglo XIX. «Por numerosas historias y leyendas, esta venta es un verdadero monumento popular», destacan desde el establecimiento en sus perfiles oficiales.
Según las crónicas, aquí fue capturado el famoso bandido Luis Candelas. Incluso se dice que robó un correo real en el propio lugar. El rey Alfonso XIII y San José de Calasanz también se refugiaron aquí. Cada piedra, cada objeto, susurra un relato diferente de la España más pintoresca.
No le falta un detalle a la Venta, ambientada en la época
Hoy, la venta se aferra a su esencia con sabiduría. «Se adapta a los tiempos actuales, sin perder la función para la que fue creada, ni ocultar el misterio de sus paredes», añaden sus responsables. Su encanto reside en esa mezcla imbatible: autenticidad histórica y un servicio acogedor para el viajero moderno.
La cocina es otro capítulo fundamental. Ofrece una inmersión en la gastronomía serrana y campera de la Axarquía. El plato estrella son los 'huevos a lo bestia', un festín de migas, lomo, embutidos y huevo que satisface por 16 euros. Una propuesta contundente y con alma, perfecta tras recorrer la sierra.
'Huevos a lo bestia', plato contundente y de gran aporte energético
El menú es un canto a la tradición accesible. Sopa de picadillo, carrillada o brochetas de solomillo mantienen precios que no superan los 20 euros. Entrantes como berenjenas con miel de caña o morcilla de Wagyu completan una oferta que honra lo local sin complejos. Es comida honesta, para disfrutar sin prisas.
El ambiente que se respira es único. Comer aquí se convierte en una experiencia casi teatral, rodeado de retratos antiguos y enseres de otra época. No es solo ir a un restaurante; es viajar durante unas horas a un cruce de caminos donde la historia de Andalucía se escribió entre viajeros, jinetes y sombras de bandoleros.
Para los malagueños, es un orgullo secreto. Un tesoro escondido en la serranía que sigue escribiendo su propia leyenda, plato a plato. Sigue siendo, después de ocho siglos, un refugio. El lugar perfecto para descansar, comer bien y sentir el peso fascinante de los años en un entorno sin igual.
