Vista frontal de Gaucín

Vista frontal de GaucínAyuntamiento de Gaucín

Málaga

La Guía Michelin, rendida a la exquisitez que se sirve a precio popular en este pueblo «de postal» malagueño

En pleno Valle del Genal, este rincón culinario de la Serranía de Ronda demuestra que la alta cocina también puede ser «cercana, honesta y asequible»

Cuando uno pasea por las calles encaladas de Gaucín, ese pueblo blanco escondido entre montañas que parece detenido en el tiempo, no imagina que allí se esconde uno de los restaurantes más singulares de Málaga. Se llama Platero & Co y ha conquistado el corazón de la Guía Michelin, que lo ha distinguido con el reconocimiento Bib Gourmand, una categoría que premia a los locales que ofrecen una cocina de gran calidad a un precio razonable.

El galardón, lejos del brillo de las estrellas Michelin, tiene algo especial: valora la honestidad, la técnica y la pasión de quienes entienden la gastronomía como un acto de amor por el producto. En el caso de Platero & Co, ese amor se traduce en lo que sus creadores llaman una «nueva cocina rústica», donde lo tradicional y lo contemporáneo se dan la mano en cada plato.

Detrás de este proyecto están Hellen Blott y Barry Smit, una pareja de origen holandés que decidió instalarse en este rincón del Valle del Genal para cocinar desde la calma y la cercanía. Su propuesta se apoya en los productos de temporada: setas, castañas, cerezas, higos y queso de cabra son algunos de los protagonistas de una carta que cambia cada semana, siempre con el objetivo de ofrecer una experiencia distinta a cada visita.

Un lujo asequible

El restaurante, situado en la calle Los Bancos, 9, es pequeño y humilde, apenas cuenta con cinco mesas y una capacidad máxima de quince personas por turno. Esa limitación, lejos de ser un obstáculo, se convierte en su seña de identidad: la atención es personal, donde los tiempos fluyen sin prisa y cada plato llega a la mesa con la calma de quien cocina mirando el paisaje. Desde su terraza, los comensales disfrutan de unas vistas espectaculares al Valle del Genal y la Sierra de Grazalema, un entorno que completa la experiencia sensorial.

Según los críticos de la Guía Michelin, «todo se prepara en los fogones, mezclando técnicas tradicionales y nuevas, usando productos de la tierra y bien presentados». Además, su carta de vinos también ha despertado elogios: una cuidada selección de caldos naturales procedentes de pequeñas bodegas familiares de la sierra, muchos de ellos disponibles por copas, algo poco habitual en establecimientos de este nivel. Las puntuaciones de los clientes en las redes son espectaculares: En Facebook le otorgan un 4,9 sobre 5; cifra parecida en Tripadvisor (4,8); y en Google 4,7.

Pero si algo explica el éxito de Platero & Co es su autenticidad. Aquí no hay artificios ni pretensiones. Hay sabor, hay alma. Los platos combinan la herencia culinaria andaluza con toques de cocina internacional, siempre respetando la esencia de los ingredientes. Es, en cierto modo, una metáfora del propio pueblo de Gaucín: pequeño, pero lleno de vida; discreto, pero con una belleza que deja huella.

Gaucín, un escenario de postal

Además de su oferta gastronómica, Gaucín es un destino que enamora por sí solo. Enclavado en la Serranía de Ronda, este municipio de menos de dos mil habitantes conserva el encanto de los pueblos blancos andaluces, con sus casas encaladas, calles estrechas y miradores que se asoman a un paisaje de montañas y bosques. Los críticos lo describen como «una localidad de postal», donde cada rincón invita a detenerse, observar y respirar.

Quizás por eso Platero & Co no solo atrae a amantes de la buena mesa, sino también a viajeros que buscan experiencias auténticas, lejos del bullicio de la costa. Comer allí es, en cierto modo, una manera de conectar con el territorio, con sus sabores y con su gente.

En tiempos donde la alta cocina parece a menudo ligada al lujo o la sofisticación, este pequeño restaurante de Gaucín recuerda que la excelencia también puede encontrarse en un plato sencillo, bien hecho y servido con cariño. Y es que, como reconoce la propia Guía Michelin, «los grandes restaurantes no siempre están donde uno espera encontrarlos».

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