Irrumpen en el rectorado de la UIB al grito de «fuera sionistas», aunque solo el 3% secunda la huelga

Al grito de «fuera sionistas de la universidad», unos 100 estudiantes de la UIB se concentraron este miércoles frente al rectorado del centro. Incluso, un grupo de ellos ha ido más allá de las protestas e irrumpieron en el propio edificio. Denuncian las «relaciones económicas y académicas de su rector Jaume Carot con algunas empresas de Israel».

Unos instantes después del inicio de la manifestación, los estudiantes entraron en el rectorado para exigir la ruptura de cualquier conexión con el Estado de Israel, donde tan solo permanecieron unos 20 minutos. Después volvieron a salir para llevar a cabo la lectura de un manifiesto en el que ensalzaron la libertad de Palestina, además de apuntar al rectorado como «cómplices del genocidio».

La protesta fue convocada por la campaña CAROT, Prou Complicitat, iniciativa organizada por los estudiantes del SEPC (Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes). Por otra parte, dicho acontecimiento estaba enmarcado dentro de la huelga general de 24 horas que se celebró en distintos puntos del país.

Cabe destacar que en el caso de Baleares, el apoyo por parte del profesorado a dicha huelga ha sido casi testimonial. Y es que según los datos ofrecidos por la Conselleria de Educación, solo un 3,70 % de los docentes de las islas han apoyado la huela total, unos 563 de los cuáles 438 forman parte de Mallorca, secundados por la Junta del Personal Docente.

Durante las protestas de la UIB, las estudiantes promovieron la idea de continuar con las reivindicaciones esta tarde en Palma. Unas reivindicaciones que se fueron produciendo durante todo el día en la ciudad. Una de las primeras que se detectaron, más que una reivindicación es un acto de vandalismo, sufrido por una de las sucursales del Banco Santander en Palma, que apareció este miércoles con pintadas que señalan a la institución como «genocidas» y «asesinos sionistas», por su vínculo con Israel.

«No va de paz, va de apoyar al odio y paralizar Baleares». Estas son las palabras con las que da comienzo el comunicado de Vox Baleares, el único grupo parlamentario que se pronunció durante la jornada de protestas. Defendían que las protestas solo pretendían «paralizar servicios esenciales como la sanidad, la educación y el transporte en las islas».

Por otra parte, indicaban que la huelga se producía a raíz de un conflicto en el que «ya existe un acuerdo de paz firmado», por lo que únicamente servía para «desinformar a la población» y silenciar los verdaderos problemas de la ciudadanía. Además, culparon a los sindicatos de utilizar dicha huelga como una «cortina de humo ideológica» que se aleja con los «intereses de los trabajadores y la realidad de Baleares».