Un agente de la Guardia Civil en una imagen de recurso

REMITIDA / HANDOUT por GUARDIA CIVIL
Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma
28/11/2025

Un agente de la Guardia Civil en una imagen de recursoGUARDIA CIVIL

Un independentista, fuera de sí por una supuesta multa por hablar en catalán: «Puta España», «chusqueros»

Su audio desinfla la acusación: el agente, respetuoso, le dice que «puede hablar en el idioma que quiera» y lo sanciona por «circular con su moto por la acera» y no llevar casco

La escena se repite en el independentismo más militante: un choque con las fuerzas de seguridad, la denuncia de una supuesta «agresión lingüística» y la viralización del incidente en redes sociales, a menudo acompañada de insultos. El último capítulo lo firma el ibicenco Josep Costa, jurista, profesor de Teoría Política en la Universidad Pompeu Fabra y ex vicepresidente primero del Parlamento de Cataluña desde 2018 a 2021.

Costa, que se presenta como «independentista» en su perfil de X, denunció públicamente en esta red social haber sido retenido durante una hora y multado por dos agentes de la Guardia Civil, supuestamente por el mero hecho de dirigirse a ellos en catalán. Su versión, difundida con un tono abiertamente alterado, incluía descalificaciones directas al cuerpo —al que llegó a llamar de forma peyorativa «chusqueros»— y acusaciones de representar una España «catalanófoba, autoritaria y corrupta».

«La Guardia Civil sigue siendo la imagen perfecta de la puta España catalanófoba, autoritaria y corrupta. Ayer un par de chusqueros me retuvieron durante una hora y me pusieron dos multas de tráfico y dos de la ley mordaza, todas falsas por hablarles en catalán», afirmó.

Mensaje del denunciante en la red X insultando a la Guardia Civil

Mensaje del denunciante en la red X insultando a la Guardia Civil

España catalanófoba y corrupta

El incidente se produjo cuando caminaba empujando su motocicleta, que se habría quedado sin batería, momento en el que dos guardias civiles se acercaron con la intención de ayudarle. Sostiene que el conflicto comenzó cuando decidió hablarles en catalán, lo que — según su versión— derivó en la exigencia de documentación, una retención prolongada y la imposición de varias sanciones de tráfico y al amparo de la ley mordaza. Todas ellas falsas y motivadas exclusivamente por razones lingüísticas, aseguró.

Sin embargo, su relato no coincide con el audio del incidente que él mismo publicó como prueba y que, lejos de confirmar una persecución por hablar en catalán, la grabación exhibe a un agente manteniendo un tono educado y calmado, mientras Costa aparece visiblemente alterado, insistente y confrontacional.

En el audio se escucha con claridad cómo el guardia civil le explica que puede expresarse «en el idioma que quiera» - «no hay problema», le reitera- y que la denuncia no tiene relación alguna con la lengua utilizada sino con una falta de respeto y con su negativa a facilitar datos básicos como el domicilio o un número de teléfono.

El audio difundido no incluye el inicio del incidente, precisamente el momento en el que, según los agentes, se produce la falta de respeto que motiva la actuación. Aun así, Costa ha presentado la grabación como prueba de su versión, pese a que el contenido termina debilitando su denuncia y reforzando la imagen de una actuación policial contenida frente a un ciudadano fuera de sí.

La multa de tráfico por circular por la acera con la moto

La multa de tráfico por circular por la acera con la moto

«No está colaborando»

Aparte del audio, el denunciado adjunta una sanción impuesta, en la que se indica que la multa de tráfico se debe a que circulaba con su motocicleta «por la acera y zona peatonal» y sin casco, un extremo que contradice frontalmente la versión de una sanción motivada por el uso del catalán.

Pese a ello, Costa insiste reiteradamente en reducir el conflicto a una supuesta represalia por hablar en catalán, llegando a interrumpir al agente y a elevar el tono: «¿Qué es una falta de respeto, no darte los buenos días? ¿hablar en catalán?», le replica. Ante la escalada verbal, el guardia civil se limita a ofrecerle que los detalles consten por escrito en la denuncia y trata de dar por concluida la conversación al comprobar que el interlocutor «no está colaborando».

«Los sospechosos habituales dicen que me he inventado el abuso de autoridad de la Guardia Civil. La mala noticia para ellos, y sobre todo para los agentes -identifica el número de placa-, es que no solo lo puedo demostrar en Twitter, sino que tengo grabaciones y testigos suficientes para probarlo en los juzgados», se reafirmó anunciando una denuncia.

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