Villanueva de los Infantes en Ciudad Real. Plaza Mayor, Ayuntamiento e Iglesia de San Andrés
Pueblos con encanto
El lugar de la Mancha en el que 'vivió' El Quijote y donde está enterrado Quevedo
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid asegura que esta fue la localidad en la que Miguel Cervantes situó a El Quijote
«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor». Así empieza la célebre novela de Don Quijote de La Mancha, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra a comienzos de 1605, que se ha convertido en una de las obras más destacadas de la literatura española y una de las principales de la literatura universal.
La novela es la primera obra que genuinamente desmitifica la tradición caballeresca y cortés por su tratamiento burlesco al narrar las peripecias de Alonso Quijano, un viejo caballero que de tanto leer historias de caballería pierde la razón y decide convertirse en caballero andante para salir a resolver problemas e impartir justicia.
A lo largo de la obra, Cervantes nombre varios lugares de la Península. Sin embargo, parece no querer situar la localidad en la que vivía su protagonista antes de salir a correr aventuras junto a su fiel escudero Sancho Panza. ¿Cuál será ese lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse?
El lugar de la Mancha
Según un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid en el año 2004 se trata de Villanueva de los Infantes, un municipio que se encuentra al sureste de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha, y que actualmente cuenta con 5.064 habitantes.
Los investigadores llegaron a esta conclusión por las referencias que hace Cervantes al Campo de Montiel, que menciona hasta en cinco ocasiones y tras el análisis exhaustivo de los caminos que existían en el siglo XVI y las expediciones que realizó el hidalgo.
El Quijote y Quevedo, conectados
Pero Villanueva de los Infantes no es solo conocido por El Quijote. Parece que la literatura española ha escogido este pueblo para convertirlo en un lugar de peregrinación obligatorio para los amantes de las letras. Y es que este municipio se asocia también al nombre de otra figura del Siglo de Oro: Francisco de Quevedo.
El poeta y escritor español fue enterrado en el Convento de Santo Domingo en septiembre de 1645. Sus restos se trasladaron en 2007 a una forja artesanal de la Iglesia de San Andrés, a pesar de que no son todos ellos, sino únicamente 10 huesos.
Un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid confirmó este hecho tras analizar los restos encontrados en la cripta, descubierta en 1995 bajo la Sala Capitular. Los restos incluyen específicamente seis vértebras, los fémures, así como la clavícula y el húmero derecho.
Quevedo se retiró al convento en 1643 después de cumplir una condena de cinco años en el Convento de San Marcos, en León, debido a sus severas críticas hacia el conde-duque de Olivares. Al llegar, su salud ya se encontraba muy deteriorada, y finalmente falleció el 8 de septiembre de 1645 a causa de un cáncer de pulmón y disentería.
