Cuadro de la Batalla de las Navas de Tolosa de Horace Vernet
El enviado divino de las Navas de Tolosa: un desconocido pastor convertido en héroe legendario
Martín Alhaja evitó la emboscada musulmana en el paso por Sierra Morena
La amplia historia de España pierde entre sus innumerables páginas relatos y personajes clave para el desenlace de algunos de los episodios de mayor grandilocuencia registrados en los anales del tiempo.
Muchos de ellos cuentan como los pequeños detalles, la astucia y la picaresca española de aquellos iluminados desconocidos, resultó esencial para el avance de la bandera cristiana del norte al sur de la península ibérica.
El héroe muchas veces no entiende de blasones, títulos ni nombres de prestigio. Se ciñe a la defensa del pueblo en un ejercicio antepasado del concepto patriótico, pero que ejercía como tal en el interior de aquellos valientes que arriesgaron todo.
La aparición divina de las Navas de Tolosa
La máquina del tiempo se detiene en 1212 a las puertas de la Batalla de las Navas de Tolosa. Las tropas de Alfonso VIII de Castilla, las de Pedro II de Aragón, las navarras de Sancho VII y los voluntarios leoneses y portugueses, toman rumbo desde Toledo en el curso de la Reconquista.
El ejército cristiano tocado por las derrotas contra los almohades en Alarcos (1195) y Salvatierra (1211), preparaba un gran golpe en la conocida afrenta de las Navas de Tolosa, que concluiría con victoria de los reconquistadores. La hazaña de 1212 abriría el camino a la expansión cristiana que concluiría en 1492 con la toma de Granada.
Resto del castillo de Castro Ferral en las inmediaciones de la batalla de las Navas de Tolosa
La de las Navas de Tolosa es considerada una de las más importantes para el desenlace victorioso de la Reconquista, al acelerar la toma de territorios, por el gran golpe que supuso para los almohades y por su carácter de cruzada.
La leyenda cuenta cómo el papel de un desconocido pastor, que sirvió de su conocimiento al Ejército cristiano, resultó clave para evitar una nueva derrota. Un enviado divino para algunos y un pobre desaliñado para otras fuentes, que eso sí, coinciden en que de ser cierta esta historia, cambió para siempre la historia de las Navas de Tolosa y por ende, la historia de España.
La historia del pastor Martín Alhaja
La falta de testimonios históricos ha mantenido la figura del personaje en el olvido. Su historia habla de cómo la heroica y el saber pueden terminar por decantar la balanza. Reunido el Ejército cristiano en Toledo, marchó camino al sur hasta la zona de la actual provincia de Jaén, con el objetivo de encontrar un espacio abierto para librar batalla contra los almohades.
Según recoge la crónica del arzobispo y consejero de Alfonso VIII, Rodrigo Jiménez de Rada, la ruta tomó parte desde Toledo salvando el paso por la meseta hasta el valle del Guadalquivir. El relieve rocoso y abrupto obligaba al paso por un estrechamiento que los almohades dominaban impidiendo el paso cristiano.
Monumento de las Navas de Tolosa con el pastor Martin Alhaja indicando el camino
De ello los cristianos se darían cuenta gracias a la aparición milagrosa de un pastor, que en un periplo por Sierra Morena vislumbró el campamento almohade en el terreno de Despeñaperros. Sin tiempo casi para recomponerse, tomó camino al norte conocedor del avance del Ejército reconquistador, para avisar del grave peligro que suponía la travesía planeada.
La respuesta promovida por Alfonso VIII a la derrota de Alarcos se tambaleaba. Los almohades se dispusieron en las alturas del puerto de La Losa y el campamento de Castro Ferral temía un nuevo golpe a la reconquista del territorio.
El pastor les guio a través de una antigua calzada romana
Batalla de las Navas de Tolosa. Pintura de Francisco de Paula van Halen
En este momento, el pastor aseguró conocer un paso ideal para las tropas a través de Sierra Morena. El hombre conocedor del terreno gracias a su experiencia en el pastoreo, mostró el camino alternativo por medio de una calzada romana hasta la retaguardia almohade. El Ejército cristiano se dispuso en la altiplanicie de la Mesa del Rey evitando la emboscada musulmana. El camino romano que terminaría por salvar las huestes cristianas se señalizó con cráneos y huesos de vaca.
Jiménez de Rada aseguraba que el pastor era un enviado de Dios y en el siglo XVI, las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo, mencionan a Martín Alhaja como un héroe. Además, Alfonso VIII lo nombraría caballero y por muchos es creído que de aquí proviene el linaje de los Cabeza de Vaca.
Gracias al enviado divino, el ejército cristiano llegó a la retaguardia almohade sin ser advertidos por el enemigo y la operación desembocó en el éxito del 16 de julio de 1212 en las Navas de Tolosa. Una batalla grabada para la historia de España como pieza clave de la Reconquista, que terminó por debilitar a los musulmanes casi definitivamente desde su llegada en el 711.