
Peregrinos de Laguna de Duero (Valladolid), en El Vaticano
El periplo de una «gran familia» vallisoletana a la que la muerte del Papa sorprendió en El Vaticano: «Inolvidable»
«No esperábamos vivir este momento histórico», apuntan los 63 peregrinos de Laguna de Duero a los que cogió el fallecimiento de Francisco según llegaron a Roma
Hasta este viernes 25 de abril habían accedido a la capilla ardiente del Papa Francisco más de 128.000 personas, según La Santa Sede. Este mismo viernes, por la mañana, un grupo de 63 peregrinos —con su párroco, Jesús García Gañán, a la cabeza— de la Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Laguna de Duero, en Valladolid, que se vieron sorprendidos por la muerte del Santo Padre nada más pisar suelo italiano el Lunes de Pascua, tenían previsto celebrar misa en una iglesia junto al Vaticano. Pero los planes de Dios son inescrutables.
Después de levantarse a las cinco y media de la mañana para poder celebrar misa a las ocho, mientras esperaban a las puertas de la iglesia «nos dicen que nos la han cancelado», explica a IEV García Gañán. Se da la circunstancia de que en este mismo templo había un segundo grupo con misa programada a esa misma hora.
Los peregrinos de Laguna de Duero ya habían consensuado hacer cola para acceder a la capilla ardiente del Papa por la tarde, después de ver los Museos Vaticanos, pero optaron por cambiar nuevamente la programación de su peregrinación y pedirle a su guía turístico que los llevara inmediatamente al Vaticano para intentar dar su último adiós al Santo Padre. A las 08:15 estaban «en el control», prosigue el sacerdote de la Archidiócesis de Valladolid. Y en torno a las 09:00, atravesando la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. «Parece que Dios lo ha hecho», repite García Gañán aún sorprendido porque «no esperábamos vivir este momento histórico» cuando iniciaron su peregrinación jubilar con motivo del Año Santo ‘Peregrinos de Esperanza’. «Dios nos lo ha regalado en este penúltimo día de la peregrinación», afirma con la voz entrecortada por la emoción.
«No se puede describir con palabras»
Dentro de la Basílica, ante el cuerpo sin vida del Papa Francisco, este grupo de fieles ha «rezado por toda nuestra Diócesis (de Valladolid) y por las intenciones que cada uno de nosotros llevamos en nuestro corazón». Este momento «no se puede describir con palabras», sostiene García Gañán.
Han sido apenas «unos segundos» ante el Santo Padre porque la cola de personas, aunque «fluida», puntualiza, es «larga» desde que el pasado miércoles abriera la capilla ardiente en el Vaticano. Tras despedirse del Papa Francisco se han abrazo, han llorado. Pero, sobre todo, se han sentido «acogidos», como «una gran familia» en torno al 266º sucesor de San Pedro.

La comitiva de peregrinos de Laguna de Duero posa en la plaza de San Pedro
Ya fuera de la Basílica, los feligreses de la Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Laguna de Duero han querido compartir sus sentimientos con toda la Archidiócesis de Valladolid en un vídeo que han hecho llegar desde la misma plaza de San Pedro. «Una sensación única», ha afirmado una mujer de mediana edad mientras otra más joven tan solo acertaba a definir lo vivido con una única palabra: «Abrumación». Entre lágrimas y dirigiendo un beso al Cielo, otra mujer ha dado «gracias a Dios» por haber podido vivir un momento «inolvidable, súper emocionante».
El Papa, «un hombre del pueblo»
Para Jesús García Gañán, Francisco es «el Papa de mi ministerio sacerdotal, porque él empezó su ministerio como Pontífice en el año 2013 y yo, precisamente, fui ordenado sacerdote ese año». Por este motivo, ha ido «marcando» su desempeño pastoral en la Archidiócesis de Valladolid.
«A mí me ha parecido un hombre del pueblo», sostiene el sacerdote vallisoletano, «un Papa que ha llamado al mundo la casa común, la casa de todos, un Papa que ha querido que el mundo entero sea una gran fraternidad y un Papa también que se ha dedicado a transmitir una palabra de aliento a los marginados, a los excluidos, que nos ha invitado a salir a las periferias». «En definitiva», remarca, «yo creo que ha sido un Papa que ha querido acercar el Evangelio a la gente, a todos, sin mirar ideologías, sin mirar razas, sin mirar sexos, sin mirar condiciones de nada y siendo como Jesús». «Jesús evangelizaba a todos con su palabra, con su testimonio, de esta forma quería llegar a todos», explica García Gañán, «y yo creo que el Papa Francisco lo ha conseguido. Lo estamos viendo estos días en Roma, que se ha convertido en un hervidero de personas y de muchísimos fieles que han querido venir y darle su último adiós».
¿Y con qué se quedaría este sacerdote vallisoletano del pontificado de Francisco? «Con su testimonio sencillo, de compartir la vida con la gente, de visitar las cárceles, el tener un gesto que, quizá, no estábamos tan acostumbrados a ver en otros papas, de tanta cercanía, de tanta sencillez, de tanta improvisación, incluso» y «también con una palabra para los jóvenes, de hagan lío y no se cansen de salir a buscar a Jesucristo allá donde vayan». «Yo me quedo con eso», concluye, «con esa invitación a salir continuamente a buscar a los demás para que, buscándolos, puedan encontrar a Jesucristo».