Abre un zoo donde solo hay vacas y bueyes: tiene 17 hectáreas y las 32 razas autóctonas de España

En la pequeña localidad de Villagarcía de Campos, al noreste de la provincia de Valladolid, se espera que se abra Bos Taurozos, un espacio al aire libre dedicado a la exposición exclusiva del ganado autóctono de España. Con una extensión aproximada de 17 hectáreas, este «zoo de cuernos» agrupa hasta 32 razas tradicionales del ganado vacuno, recuperando la riqueza genética y cultural del campo castellano

El proyecto es obra de Carlos del Amo, un joven ganadero de 30 años natural de Villabrágima, y su hermana Alicia, quienes han apostado por su tierra y por un modelo de turismo rural sostenible y educativo.

Bos Taurozos no es solo una muestra de biodiversidad ganadera, sino también un centro de interpretación del bovino. El parque ha sido diseñado para simular la geografía de la Península Ibérica, con caminos que representan los principales ríos –Duero, Ebro, Miño, Tajo– y que guían al visitante a través de las distintas razas distribuidas según su origen geográfico. Cada tramo cuenta con paneles informativos que explican las características, historia y usos de cada raza, desde la alistana-sanabresa hasta la sayaguesa, pasando por la tudanca, la avileña o la berrenda.

La mayor parte de los recintos permiten un contacto visual en semi-libertad, sin jaulas, sino cercas que dan sensación de proximidad y bienestar animal. Las parcelas replican el ambiente natural donde cada raza prospera: pastos abiertos, corrales tradicionales y estructuras de sombra para el ganado.

El nombre del parque, Bos Taurozos, es una fusión entre el término latino bos taurus (vaca) y el topónimo de la comarca, los Montes Torozos. Esta combinación refleja el espíritu del proyecto: una mirada al pasado ganadero de la península con vocación de futuro. Pero Bos Taurozos va más allá del ámbito ganadero. En una segunda parcela, el parque ofrece una zona de deportes de aventura con actividades como paintball, tiro con arco, rutas a caballo y campamentos, lo que lo convierte en un destino ideal para familias, escolares y amantes del turismo activo. Esta combinación de naturaleza, cultura rural y ocio lo posiciona como una propuesta innovadora dentro del turismo de interior en Castilla y León.

El objetivo de la recreación de este espacio bobino es crear el primer Centro de Interpretación de las distintas razas de reses que componen la Península Ibérica, y que configuran el patrimonio genérico bovino que forma parte de Europa. Es una forma de asegurar que las generaciones futuras conozcan las diferentes variedades vacunas de nuestro país y Portugal. Además de fomentar el interés en el mundo agrícola.

Entre las diferentes razas que se pueden encontrar destacan algunas como la Morucha, originaria de la región de Salamanca, se caracteriza por su tamaño mediano a grande. Su cuerpo es compacto y musculoso, pelaje grueso y corto, cuernos en forma de lyra, y que cuenta con dos variedades dentro de la raza: «morucha variedad cárdena» y «morucha variedad negra». Junto a esta, destacan otras razas como la albera, que está en peligro de extinción, y recibe el nombre de su localización: el macizo de la Albera, que separa a Cataluña de Francia. Se divide en dos variedades: «negra» y «fagina», relativamente pequeñas en comparación con las de su especie. Otras razas que forman parte del repertorio de Bos Taurozos son por ahora: alistana sanabresa, arouquesa, avileña, berrenda en colorado y en negro, betizu, cachena, caldelana, frieiresa, limiana, monchina, parda de montaña, sayaguesa, serrana negra soriana, terreña y tudanca.

Bos Taurozos forma parte de un modelo de turismo rural sostenible. Se complementa con iniciativas locales de promoción del patrimonio de Villagarcía de Campos, una villa que apenas supera los 300 habitantes, conocida por su historia y sus eventos populares alrededor de actividades ecuestres y ganaderas.