El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera

El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez CabreraJesús Manuel Sánchez Cabrera vía Facebook

El alcalde que se fue del PP renegando de la derecha y al que todos culpan de la «crisis del agua» en Ávila

La capital abulense ha permanecido casi cinco días sin abastecimiento de agua apta para el consumo humano, una situación que ha desembocado en que PP, PSOE y Vox pongan a Jesús Manuel Sánchez Cabrera en el disparadero

Casi cinco días ha estado Ávila sin abastecimiento de agua apta para el consumo humano. Esto es, más de cuatro días sin poder beber el líquido elemento ni poder usarlo para cocina. La rotura de una tubería está detrás de la atípica situación, con la que tiendas de alimentos han hecho el agosto con la alta demanda de botellas y garradas, sin embargo, para la oposición en bloque, la denominada como «crisis del agua» tiene un único culpable, con nombre y apellidos: Jesús Manuel Sánchez Cabrera.

El alcalde, del partido Por Ávila (XAV) lleva desde 2019 en el cargo, tras ganar dos veces seguidas las elecciones municipales y obtener 11 de los 25 escaños que tiene el Pleno municipal. Sin embargo, Sánchez Cabrera lleva siendo conocido por los abulenses desde hace bastante tiempo, y no bajo las siglas de la formación de ámbito municipal con la que gobierna gracias a apoyos puntuales en la ciudad castellana. Antiguo empleado de banca, el primer edil abulense previamente había sido presidente de la Diputación Provincial, pero bajo las siglas del Partido Popular, formación de la que ahora reniega; a veces con vehemencia.

Sánchez Cabrera (Ávila, 1982), estudió Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó en banca entre 2007 y 2015, si bien lleva desde 2011 en política activa. Ese año fue elegido edil de Padiernos, con el PP, y, asimismo, fue escogido por sus compañeros en primarias como diputado provincial de Ávila, institución que lideraría solo cuatro años más tarde con un PP dividido entre él y Pablo Luis Gómez, que era el candidato «oficial» del partido. Con la ayuda de nueve diputados díscolos 'populares', de un diputado de Ciudadanos y de otro de Trato Ciudadano (TC), logró ser investido.

Este hecho no le salió gratis: fue castigado por la dirección nacional del PP con la suspensión de militancia por un año, al entender que había incurrido en un acto de rebeldía. Ya nada volvería a ser lo mismo y, aunque el PP sopesó designarlo candidato a la Alcaldía de Ávila en las municipales de 2019, Sánchez Cabrera decidió cambiar el azul 'popular' por el amarillo de XAV y fue con esta formación recién creada con la que se presentaría a unos comicios en los que resultó vencedor.

Su relación con su antiguo partido no ha sido la mejor. Tuvo sus roces con el expresidente Pablo Casado y con la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova las cosas tampoco mejoraron demasiado. Así, por ejemplo, en 2023, a las puertas de las elecciones de mayo, publicó un mensaje en la red social X en el que cargaba tanto contra el PP como contra Vox, que en esos momentos todavía formaba parte del Gobierno de la Junta de Castilla y León, en el Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco.

Vox y PP, o lo que viene a ser el mismo partidoJesús Manuel Sánchez CabreraAlcalde de Ávila

«Vox y PP, o lo que viene a ser el mismo partido (véase el gobierno de la Junta de Castilla y León), metiendo miedo a los abulenses para que no voten a Por Ávila. Todavía no han entendido que vamos a sacar mayoría absoluta y que en Ávila no nos gustan los radicalismos de izquierdas ni de derechas», respondía a una caricatura en la que salía él junto a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. No ha sido esta la única vez que el primer edil de Ávila cargaba contra sus antiguos compañeros y, en general, contra la derecha, por el entendimiento entre sus dos principales partidos a la hora de gobernar en coalición en ayuntamientos o comunidades autónomas.

Ahora, sin embargo, es él quien está en el punto de mira no solo de PP y Vox, sino también del PSOE. Las tres fuerzas políticas de la oposición en el Consistorio abulense le han responsabilizado directamente del problema del agua en la capital, aunque según el alcalde éste lleva produciéndose durante un siglo.

Una gestión «desastrosa»

Así, el Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Ávila le afeaba su «desastrosa» gestión en una crisis en la que, además, habría empleado los canales de comunicación institucional de forma «torticera» y con fines «partidistas», ocultando información clave a los ciudadanos y a los grupos municipales, según denunciaba el portavoz 'popular', Jorge Pato, quien apuntaba este martes a que «la ciudad aún se está recuperando del bochorno» para los abulenses, con la capital saliendo en primera plana nacional por este problema. La crítica del PP, no obstante, no se quedaba ahí y aludía a las decisiones políticas tomadas durante los últimos años de gobierno de Por Ávila en materia de agua.

Desde Vox Ávila también responsabilizaban al alcalde de la «crisis del agua», que, a su juicio, solo es la «punta del iceberg» de una «gestión municipal desastrosa». Para los de Santiago Abascal, la falta de suministro ha sido una «crisis anunciada, consecuencia directa de años de mala gestión, decisiones irresponsables y una alarmante dejadez institucional» que representa «el punto de inflexión que colma la paciencia del ciudadano». Desde Vox también lamentaban que «los estantes de muchos establecimientos se vaciaron» y «las familias se vieron obligadas a acarrear garrafas de agua en los carros de la compra, por sus propios medios y su propio coste».

Finalmente, para el Grupo Municipal Socialista en el Consistorio, la falta de agua potable se ha debido a la «dejadez institucional» de Sánchez Cabrera, a quien exigían que pida perdón a los «más de 60.000 abulenses» a los que ha dejado sin agua potable, al tiempo que ha calificado de «totalmente insuficientes» las explicaciones ofrecidas por el alcalde, según la portavoz, Eva Arias. La dirigente socialista recordaba que el acceso al agua potable es un derecho básico que se ha visto «comprometido por la falta de previsión» del equipo de gobierno, al que acusaba de haber ofrecido únicamente «una cronología de las vicisitudes» sufridas por el suministro, sin aportar ni una explicación clara ni la depuración de responsabilidades.

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