Elda Mata trabajando en el despacho de SCC

Elda Mata trabajando en el despacho de SCCYolanda Canales

Cataluña

Elda Mata: «Realmente siete votos gobiernan España»

  • La presidenta de Sociedad Civil Catalana lamenta que los dos grandes partidos hayan aceptado que hay un «nacionalismo light»

  • Denuncia el blanqueamiento de «hechos muy graves» a cambio de un favor político

Elda Mata es la presidenta de Sociedad Civil Catalana, entidad que ha cumplido diez años. La entidad ha denunciado en los últimos meses las cesiones que el Gobierno ha hecho al separatismo. En octubre de 2023 convocó una manifestación en contra de la ley de amnistía y de la autodeterminación. Ahora El Debate repasa con ella cómo se encara las elecciones catalanas que se celebrarán el 12 de mayo, y qué posibilidades tiene el constitucionalismo
–Se han cumplido diez años de la creación de Sociedad Civil Catalana ¿Qué balance hace?
–Repasábamos estos días lo que han sido estos 10 años. Y la verdad es que verlo impresiona, porque nos olvidamos de la cantidad de cosas, no solamente las que ha hecho Sociedad Civil Catalana, sino todo lo que ha acontecido durante estos años, como la conculcación de derechos en Cataluña, la agresividad, y te parece mentira. Te parece que siempre ha habido tranquilidad y convivencia, y no. Ahora precisamente quieren hacer ver que no pasa nada, pero pasa, más subterráneo, pero pasa igual. No hemos recuperado ningún derecho fundamental.
–No solo no se ha recuperado, sino que 14 votos, siete de Junts y siete de ERC valen mucho. No hay más que ver todas las cesiones que se han hecho los últimos meses a los separatistas
–Llevamos desde la Transición, desde que estamos en democracia, cediendo a los nacionalismos con la sensación de que, si se cede un poco, pues aquí se para la historia. Pero nos encontramos ahora con el peor escenario, que es un ataque directo a lo que sería el marco jurídico que nos dimos con la aprobación de la Constitución. Y, al final, estas cesiones para lo que han servido es para estar mal.
No entiendo a los partidos políticos, que en muchos momentos piensan más en ellos, y nunca en el Estado. Eso es una desproporción total y una falta de responsabilidad de cara a los ciudadanos. Eso es una tremenda injusticia, porque los españoles que vivimos en Cataluña deberíamos tener los mismos derechos que los demás. Y nos hemos sentido acosados por el nacionalismo, pero abandonados por el llamado constitucionalismo.
–El 12 de mayo habrá elecciones en Cataluña. Cómo la puede encarar un votante constitucionalista que pueda pensar, que, una vez más, les han vuelto a abandonar. Y esta vez llevado al extremo
–En muy pocas ocasiones los ciudadanos votamos cien por cien convencidos de que vamos a votar al partido de nuestros sueños. En el caso de Cataluña, sin ninguna duda, si no vota la persona que quiere y se siente, español, español - catalán, pero sobre todo no nacionalista, no cambiaremos el gobierno de la Generalitat. Y realmente lo que daría libertad a todos los catalanes es volver a un marco de respeto a las leyes.
Y si eso no se da, es imposible que haya un cambio en la Generalitat, y continuaríamos teniendo una Generalitat absolutamente de parte, con todos los medios de comunicación, economía, sanidad, educación, todo en manos de quien quiere sacar a España de Cataluña. Sabemos que vamos a contracorriente por una ley electoral que no se ha querido cambiar porque beneficiaba a quien ha gobernado durante todos estos años, pero los partidos no nacionalistas tampoco han hecho hincapié para que eso se cambiara.

Intento de blanqueo

–El problema, según las encuestas, es que de los favoritos para ganar estas elecciones, uno es claramente separatista y el otro es el partido que ha concedido los indultos, que ha eliminado la sedición o que ha impulsado la ley de amnistía. Dice que no habrá referéndum, pero con esos antecedentes, nada es seguro, ¿no?
–La verdad es que cuando nosotros convocamos la manifestación el 8 de octubre pasado, lo hicimos tras la amnistía y evidentemente contra la autodeterminación. Ya en ese momento nos dijeron que éramos unos agoreros, aparte de llamarnos fantasma político. Y la trayectoria de los últimos tiempos hace que tengamos que desconfiar de cualquier persona que diga esto no lo haremos. Si se están haciendo cosas gravísimas. Hemos pasado muchos años y muy malos en Cataluña, pero lo que estamos viviendo es un intento de blanqueo, además muy claramente, a cambio de un favor político.
Nos están diciendo a los ciudadanos que esto es lo que nos conviene, porque de esta manera vamos a convivir mejor. Y uno se pregunta: ¿vamos a convivir con una amnistía que rompe la igualdad entre los españoles? Y los catalanes somos españoles. Te están diciendo que todo lo que hemos sufrido, todo ese señalamiento, toda esa imposibilidad de estudiar en tu lengua materna, toda esa inseguridad jurídica, todo ese silencio que se tiene que mantener, toda esa muerte civil, va a pasar al olvido como si no hubiera existido, porque se está premiando a los que nos han catalogado como ciudadanos de segunda, y se supone que eso ha de ser la base de la convivencia. Que baje dios y lo vea, entonces porque para mí son los peores cimientos, los de la injusticia.
–Por eso le decía, ¿Qué incentivo puede tener un constitucionalista?
–Nosotros tenemos muy claro que los partidos nacionalistas son supremacistas, son excluyentes y habrá partidos que nos gusten más y otros menos. Pero los partidos que han dicho claramente que nosotros nos queremos ir y que hablan en nombre de los catalanes, como si todos los catalanes fuéramos nacionalistas, esos son unos partidos muy determinados.
En la política hemos visto pactos durante estos últimos 40 años que para el ciudadano no nacionalista en Cataluña han sido extremadamente dolorosos porque se estaba pactando con quién sabíamos que no querían nuestro bien, sino que quería sacar cualquier cosa que tuviera relación con España, de Cataluña. Hemos visto gobiernos, de dos partidos fundamentalmente, que en diferentes momentos han aceptado el postulado de que hay nacionalismo bueno y un nacionalismo no bueno. Y el nacionalismo es una ideología perversa. Por eso, por eso se construye la Unión Europea para no ceder ante el nacionalismo otra vez. Y ahora resulta que o hemos hecho muy mal, porque cada vez son menos fuerte a nivel de calle, pero más potentes a nivel político. Realmente siete votos están gobernando España.

Las «tragaderas» del Gobierno

–Es que en el caso de la ley de amnistía la han ido moldeando al extremo, a gusto de los separatistas
–Ha sido absolutamente una sinvergonzonería y además, con todo, con todas las ganas de humillar al sistema. El problema cuando se firman estas cosas es que se puede decir, caramba, qué tragaderas tiene el Gobierno actual. Pero es que el Gobierno actual es el Gobierno de España. Y todo lo que consideramos que no debería haberse hecho, nos pone como país en una situación de descrédito, que es donde estamos ahora.
–¿Y Europa lo puede parar? ¿Confían en Europa?
–La ley europea, en los casos en los que hay ley europea, está por encima de la legislación española, que es lo que estamos mirando ahora con el tema de las prejudiciales. Y está claro, cuando un juez español, que a la vez es un juez europeo, dice que algo no veo claro que pueda ceñirse a la ley europea, que es de rango superior a la española, se vaya a la Unión Europea, al TJUE y le pregunto si es conforme a Derecho.
Por eso decimos que no hay que quedarse solo aquí. Además, las instituciones se han politizado enormemente. Si pudieran, yo creo que los partidos no tendrían contrapesos. Estarían encantados de estar legislando, ejecutando y, además, tener un Poder Judicial en sus manos. Eso es lo que a algunos les gustaría. Bueno, a algunos más que a otros. Por este motivo, nosotros, además de estar en los tribunales en España, que estamos en casos como Tsunami, Volhov, o en el Tribunal de Cuentas, también estamos yendo a Europa.
–Los ciudadanos pueden pensar que es la sociedad civil la que está tirando del carro en estas acusaciones. ¿Y la fiscalía? Ahí está el asunto que se sigue en el Tribunal de Cuentas por los gastos del referéndum ilegal y en política exterior
–Nosotros estuvimos en el Tribunal de Cuentas por la consulta ilegal del 9 de noviembre del 2014. Y creíamos que teníamos que volver a estar ahora, con más razón que nunca, teníamos que volver a estar personados como acusación popular. No hay duda de que hay fiscales absolutamente profesionales y que hacen su trabajo magníficamente. Y hay otros, como en todas las profesiones, que posiblemente tengan tentaciones de no hacerlo. En cuanto al Tribunal de Cuentas, no entramos a valorar lo que hace o no hace el fiscal, porque nosotros seguimos a la nuestra, llevando la acusación. Y estupendo si se suma.
Es verdad que nosotros estamos reclamando cinco millones de euros, que es nada, pero probarlo es muy difícil. Porque estamos hablando de la Generalitat. Con los medios a nuestro alcance hemos decidido que íbamos a encausar a los líderes del procés, que son once personas, con cinco millones de euros. Y sorprende que, la fiscalía, con los medios que tiene a su alcance, solo reclame tres millones de euros. Además, los nacionalistas usan todas las triquiñuelas para alargar el proceso.
–¿Sería una humillación para España si efectivamente la ley de Amnistía se aprueba, se aplica, y Puigdemont pudiera volver, en loor de multitudes?
–Sería una estafa al ciudadano, sobre todo cuando se ha votado una Constitución que dice que todos los españoles somos iguales, pero constatas que por favores políticos del responsable que tiene que garantizar eso, no es así. Cuando es ese propio responsable, el Gobierno, el que está poniendo los medios para que ese derecho fundamental a la igualdad se conculque, yo lo llamaría una estafa. Es la sensación que tengo yo.
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