Detalle del tejado de la Casa Vicens, en Barcelona

Detalle del tejado de la Casa Vicens, en BarcelonaVictor Suarez / Pexels

Cultura

Cinco edificios de Barcelona que no sabías que eran de Gaudí

La puerta de la Finca Miralles, el colegio de las Teresianas o la Torre Bellesguard son algunas obras menos conocidas del genio catalán

Todo el mundo conoce las grandes obras maestras de Antoni Gaudí, tal vez el arquitecto catalán más famoso de la historia: la Sagrada Familia, la Pedrera, la Casa Batlló… pero lo que no todo el mundo sabe es que, además de un genio, fue un artista muy prolífico, y dejó numerosas obras tanto dentro como fuera de Cataluña.

Con motivo de la inauguración, hace unos días, de una exposición en el Museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Cataluña que descubre al público una obra de Gaudí que hasta entonces había quedado bajo el radar –el jardín del antiguo Manicomio de Sant Boi–, recuperamos en este artículo cinco edificios menos conocidos del artífice del Park Güell, pero que también reflejan su particular visión de la vida y la arquitectura.

1. La puerta de la Finca Miralles

En el año 1901, a Gaudí le encargaron una puerta para dar acceso a la hoy desaparecida Finca Miralles, en lo que entonces no era Barcelona, sino el pueblo de Sarrià. Aunque la casa a la que pertenecía hoy no existe, la puerta se ha conservado totalmente, y es puro Gaudí.

Portal de la Finca Miralles, en Barcelona

Portal de la Finca Miralles, en BarcelonaAjuntament de Barcelona

El paseante se encuentra con un gran arco ondulado se eleva en un muro coronado por trencadís blanco y una reja de hierro que recuerda a las púas de un dragón. A pesar de que se trata de una construcción 100% gaudiniana, se puede visitar tranquilamente, ya que está situada en una calle especialmente calmada de la zona alta de Barcelona, el paseo de Manuel Girona.

La puerta, coronada por la característica cruz tridimensional de hierro forjado, fue restaurada en el año 2000, cuando se instaló una estatua de bronce que representa al propio Gaudí de tamaño natural creado por el escultor Joaquim Camps. No es extraño ver cómo los vecinos la decoran: el otro día, alguien había dejado unos libros entre los brazos de la escultura.

2. El colegio de las Teresianas

No muy lejos de la puerta de la que estábamos hablando se sitúa otra obra poco conocida de Gaudí, pero al contrario que la Finca Miralles esta se sigue utilizando a día de hoy con el propósito con el que se pensó. Se trata del colegio de las Teresianas, un centro educativo en la calle de Ganduxer que le encargó san Enrique de Ossó, fundador de la Compañía de Santa Teresa de Jesús.

Como parte del encargo, se le pidió que fuera una construcción austera, que cumpliese con el voto de pobreza de las religiosas. Gaudí, así, proyectó un edificio sobrio, de estilo neogótico, protagonizado por el ladrillo. Algunos expertos consideran que las almenas que coronan el colegio son una alusión a Las moradas de santa Teresa.

Uno de los elementos más reconocibles del conjunto es un pasillo blanco situado en la primera planta y marcado por los arcos catenarios que Gaudí perfeccionaría en la Sagrada Familia. Cabe destacar que este pasillo es, también, el que se mancha de sangre en la portada del fantástico thriller en viñetas de El Torres y Jesús Alonso Iglesias El fantasma de Gaudí.

Portada del cómic 'El fantasma de Gaudí', de El Torres y Jesús Alonso Iglesias

Portada del cómic 'El fantasma de Gaudí', de El Torres y Jesús Alonso IglesiasDibbuks

3. Las farolas de la Plaza Real

Aunque encajan en la categoría de «edificio», sí en la de «desconocidas»: poca gente sabe que la Plaza Real de Barcelona alberga una obra de Gaudí. En concreto, dos farolas proyectada por el arquitecto en 1878, cuando daba sus primeros pasos en la profesión, por encargo del Ayuntamiento.

Se trata de unas farolas elegantes, de seis brazos, en la que Gaudí optó por la funcionalidad en vez de por la ornamentación sin sentido. En la memoria del proyecto, dejó escrito que «a la sobreabundancia ornamental escultórica se prefiere con gran tino la estructura de los materiales naturales realzada con sencillos perfiles».

Farola de la Plaza Real de Barcelona diseñada por Antoni Gaudí

Farola de la Plaza Real de Barcelona diseñada por Antoni GaudíWikimedia

En lo alto de estas piezas de mobiliario urbano, no obstante, sí se puede ver un casco alado, símbolo del dios romano del comercio, Mercurio, en honor a la actividad económica que caracterizaba, según Gaudí, a Barcelona. En el Pla de Palau se conservan otras dos farolas de Gaudí, una versión simplificada de tres brazos, que forman parte del mismo proyecto.

4. La Torre Bellesguard

Se trata de uno de los edificios más interesantes de Barcelona, pero, a la vez, no lo suficientemente conocido. Tal vez por estar ubicado en el límite de la ciudad, tocando a la Ronda de Dalt, o tal vez porque hasta 2013 no se abrió al público. Sea como sea, Gaudí construyó la Torre Bellesguard –originalmente conocida como Casa Figueras– entre 1900 y 1909.

Vista panorámica de la Torre Bellesguard, en Barcelona

Vista panorámica de la Torre Bellesguard, en BarcelonaWikimedia

Está construida sobre el terreno que albergó, en la época medieval, un palacio de Martín I el Humano: él fue quien bautizó el lugar como Bellesguard, «bella vista» en catalán. El plan de Gaudí respeta al máximo los restos medievales, y se trata de uno de los proyectos más complejos e intrincados del arquitecto, declarado bien de interés cultural desde 1969.

5. La Casa Vicens

Otra de esas obras de Gaudí que estaban cerradas al público hasta hace relativamente poco es la Casa Vicens, en el barrio de Gracia, que se pudo empezar a visitar en el año 2017. Se trata de la primera gran obra de Gaudí, que proyectó entre 1878 y 1880, con 26 años, aunque no se empezó a construir hasta el 1883.

Fachada de la Casa Vicens

Fachada de la Casa VicensWikimedia

De evidente inspiración orientalista, cercana al arte mudéjar, se puede leer como un ensayo general de algunas de las obsesiones que marcarían la obra del catalán. En su momento, fue una vivienda muy comentada, y aún hoy sigue fascinando al público que visita su jardín y su interior.

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