
Pep, en un fotograma de 'Una estrella fugaz'
Entrevista
Un canto a Pep, la estrella fugaz que vivió cuatro meses: «No querer afrontar la muerte es parte del problema»
El cineasta catalán Ignasi Guerrero revive en el documental ‘Una estrella fugaz’ el periplo vivido junto a su hijo Pep en la UCI neonatal
Pep vivió cuatro meses, y falleció en 2014 en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, en la UCI neonatal. «Yo no sabía que estos niños existían. No se ven en los parques, no se ven en las películas, nadie habla de ellos», le explicaba al padre de Pep, Ignasi Guerrero, otro hombre que también tenía a su hijo ingresado en el hospital. «Años después, aquella frase seguía en mi cabeza», recuerda Guerrero en conversación con El Debate.
Este viernes, la inquietud sembrada por aquellas palabras fructifica con el estreno en 23 salas de toda España del documental Una estrella fugaz. Co-dirigido por el propio Guerrero y Arturo Méndiz, se trata de una película que nos adentra en el mundo «duro y al mismo tiempo hermoso» de las UCIs neonatales y pediátricas. Un viaje luminoso y vitalista sobre el proceso de duelo, aceptación y esperanza vivido por los padres de Pep, contado en primera persona.
–¿Por qué sintió que tenía que compartir con el mundo lo vivido por su familia durante aquellos cuatro meses
–La idea inicial era hacer un retrato de las UCIs neonatales, porque vi que el hecho de que no se conozcan complica mucho que las personas que pasan por ahí vivan su duelo con naturalidad. La gente no tiene herramientas para afrontar conversaciones sobre este tema.–¿Qué ocurre en las UCIs pediátricas o neonatales que no se conozca lo suficiente?
–La gente no entiende la soledad que se siente allí, la sensación asfixiante de que el mundo sigue girando, pero tú estás quieto. Creo que es muy necesario que la gente de alrededor sea consciente de eso, y que hagan el esfuerzo de acompañar a quien está dentro, que hagan de red de seguridad. Además, la UCI es una lucha constante, y allí te das cuenta de que, cuando quitas las tonterías, las capas culturales o superficiales, y vas a lo esencial, todos tenemos mucho en común.
–Sin embargo, la película no trata de las UCIs neonatales en general, sino de su historia en particular, ¿cuándo decidió enfocarlo así?
–Durante un tiempo yo me negaba a abrir las puertas a que esta fuera mi historia, pero Arturo Méndiz, el co-director de Una estrella fugaz, me hizo ver que cuánto más personal era, más interés tenía. Para mí, el primer paso fue ver claro que yo podría funcionar muy bien como narrador de la historia, porque es un valor añadido muy grande que haya pasado por lo que cuento.

Ignasi Guerrero y Arturo Méndiz, directores del documental
–Y superó esa barrera mental que le instaba a no exponerse.
–Sí. Mira, hace poco ganamos el Premio del Público en el festival Docs Barcelona, y una mención especial del jurado. Allí, una persona del jurado me dijo: «Ten en cuenta que eres un narrador privilegiado, porque los protagonistas del documental se han abierto de esta manera gracias a que has pasado por lo mismo que ellos». Y al final sí, el documental se centra en la historia de Pep y de las familias con las que coincidimos en la UCI.
–¿Cómo sigue presente Pep en su vida familiar?
–Cada familia tiene su proceso, y el duelo hay que pasarlo. Un paso muy grande es cuando consigues hablar con normalidad de tu hijo, sin ese nudo en la garganta del inicio. A nosotros nos ha ido bien tener fotos en casa de él, y hablar con nuestros otros hijos –tenemos cinco, además de Pep– sobre su hermano, yendo de cara y contándoles la verdad. La gente tiene mucho miedo a hablar de la muerte con sus hijos, pero ellos seguramente la entienden con más naturalidad que un adulto.
–A menudo como sociedad intentamos ignorar la muerte, no pensar en ella. Una estrella fugaz, sin embargo, la trae al primer plano, ¿qué reacciones están encontrando?
–La gente vive muy de espaldas al dolor, y a la muerte en particular. Y la muerte infantil es un gran tabú. Pero yo lo entiendo, no es un tema fácil. De hecho, me ha escrito gente diciéndome que no podrá ver la película… pero yo estoy convencido de que no querer afrontar la muerte es parte del problema que tenemos socialmente. Además, quien vea la película verá que es mucho más luminosa que oscura. Es mucho más vitalista que muchas otras historias. Es un canto a la vida.
«La película es mucho más luminosa que oscura, es un canto a la vida»
–¿Cómo se puede cantar a la vida desde la muerte?
–Tanto en la UCI como después, mi mujer escribió varios textos impresionantes. Y una idea que transmite en uno de ellos es que, una vez Pep había muerto, de nada servía lamentarse. «Es cuestión –decía– de cambiar el chip, y empezar a dar gracias por haberle conocido». Yo admiro mucho la serenidad espectacular con la que mi mujer vivió todo el proceso: me chocó, y es un hilo del que hemos tirado Arturo y yo.
–No sé si yo sería capaz de vivir con serenidad una situación así…
–Si te ocurriera, seguramente sacarías mucho más de lo que eres capaz de ver ahora. Al final, la naturaleza tiene esto. O la gracia, si eres creyente. Pero al final las fuerzas te vienen.