Análisis
Los errores históricos de la ley catalana de memoria democrática que exalta al ‘mártir’ nacionalista Companys
El gobierno de Illa aprobará hoy un proyecto de ley heredado del ejecutivo de ERC
El gobierno catalán aprobará este martes el proyecto de ley de memoria democrática que impulsó el anterior ejecutivo, liderado por el republicano Pere Aragonès. Así lo acordaron los socialistas con ERC, validando un proyecto de ley que, no obstante, plantea toda una serie de dudas.
En primer lugar, cabe recordar que durante la guerra civil española, en la retaguardia catalana, el anarcosindicalismo represalió a 26.606 personas, siendo presidente de la Generalitat, Lluís Companys, que no movió un dedo para que todo aquello no ocurriera. Terminada la guerra civil, la represión franquista fusiló, en Cataluña, a 3.233 personas, según la investigación realizada por Josep Maria Solé i Sabaté.
Si bien es cierto que en toda España se encarceló a 250.719 personas al finalizar la contienda, la inmensa mayoría fueron liberados. La ley que aprobará hoy la Generalitat propone celebrar el Día Nacional en Memoria de las Víctimas de la Guerra Civil y de la Represión de la Dictadura Franquista el 15 de octubre, el mismo día que fusilaron a Companys.
Es un insulto para los familiares de las 26.606 personas que murieron siendo él presidente. Además, en el recuerdo no se incluye a las víctimas catalanas asesinadas por ETA. En su delirio, ERC consiguió en 2017 la nulidad de la sentencia contra Companys, y ahora logran que el día de su fusilamiento sea Día Nacional. Una aberración que ofende la inteligencia de muchos.
Memoria democrática en Primaria
Otro punto de la ley propone enseñar memoria democrática desde la educación primaria. La diputada de ERC Ester Capella argumentó que hacer esto es «el mejor antídoto contra el fascismo y el totalitarismo». Uno puede estar de acuerdo a medias, porque ¿explicarán que ERC y Estat Català abrazaron el fascismo en los años 30 del siglo pasado, que iban vestidos como las camisas pardas de Mussolini y que los dos partidos tuvieron chekas en Barcelona?
¿O que sus miembros formaban parte de las patrullas de control encargadas de asesinar a todos aquellos que no pensaban como ellos? ¿Que si bien el régimen franquista cometió abusos también, los dirigentes de su partido permitieron asesinatos en la retaguardia catalana? Quizás el antídoto es explicar toda la verdad y no solo la que a ellos les interesa.
Enaltecimiento del franquismo
Una de las cosas que contempla prohibir esta ley son los actos de homenaje o enaltecimiento del franquismo. En Alemania llevan muchos años prohibiendo cualquier acto semejante de enaltecimiento de Hitler y del nacionalsocialismo, y lo mismo en Italia. Aquí quieren establecer lo mismo, pero manteniendo el homenaje a Companys, a quien podemos comparar en su vertiente genocida a los nombrados anteriormente. Eso sí, para los que mantienen el gobierno de Salvador Illa, Companys fue un mártir.
Además, la ley blanquea una parte de la historia. En el texto se puede leer que «se declara el 5 de febrero de cada año como Día Nacional del Exilio y la Deportación, en conmemoración del día de 1939 en el que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys; el presidente del Gobierno Vasco, José Antonio de Aguirre; el presidente de la República, Manuel Azaña; el presidente de las Cortes españolas, Diego Martínez Barrio, y cientos de civiles y militares atravesaron la frontera a través del Coll de Lino para exiliarse a Francia».
Es cierto que aquel día se exiliaron todos, pero Azaña y Martínez Barrio dejaron tirado a Companys, porque no lo soportaban, como explica el primero en sus memorias:
Citó a Companys en La Vajol, pero con una hora de retraso y así, cuando llegase, ya habríamos salido nosotros y él seguiría el mismo camino. Nos acomodamos en los coches de la policía, capaces de trepar por aquel derrumbadero. Hicimos luego el resto del camino a pie. Ya en lo alto apenas clareaba, los bultos de los carabineros, cuadrados con mucho respeto, nos vieron pasar. El descenso, por una barricada cubierta de hielo, fue difícil.
En uno de los artículos de la ley se pide hacer un inventario y efectuar la retirada de los símbolos franquistas, estando en el punto de mira el Monumento a la Batalla del Ebro de Tortosa. Contrasta con el caso de Alemania, donde aún a día de hoy se conservan, por ejemplo, el Olympiastadion, el Detleu-Rohwedder-Haus, Haus der Kunst, Nido de Águilas o el Palacio Wewelsburg.
En Italia, el barrio periférico del Eur, el Foro Itálico, o la Piazza Augusto. Estas construcciones fueron promovidas por Hitler y Mussolini y, hoy en día, conviven con una sociedad democrática, sin que ocurra nada.
Delitos de lesa humanidad
Finalmente, en el articulado se propone ejercer la acción popular en los procedimientos penales por delitos de lesa humanidad, delito contra la vida y delitos contra la integridad física o moral de hechos cometidos durante la guerra civil o la dictadura. ¿Se cometieron? Evidentemente. ¿Ambos bandos? Evidentemente.
Por su inacción y cobardía, Companys tendría que haber sido juzgado por delitos de lesa humanidad. El problema con todo esto es que ya no vive nadie de los que cometieron todo aquello. La historia es la que fue. No podemos cambiar ni transformarla, y uno tiene que explicar lo ocurrido aunque duela. Todo aquello pasó y los de hoy no son responsables ni culpables de lo sucedido.
¿Pedir perdón? Evidentemente, pero todos. Ni unos fueron tan malos ni los otros unos santos. Una guerra civil, como dijo Napoleón, es la peor guerra porque se matan entre hermanos. ¿Reconciliación? ¡Por supuesto! Pero ya la hubo en la época de Adolfo Suárez y Felipe González.
Ahora bien, todos, sin excepción, tienen que asumir el pasado y pasar página. Cuando un país tiene que aprobar una ley, como hicieron tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Pedro Sánchez, es que se pretende ser sectario. Uno no lo es cuando, para condenar lo ocurrido, lo incluye en su código penal, como Alemania e Italia.