Vista de la carretera de las aguas, en Barcelona

Vista de la carretera de las aguas, en BarcelonaAdrià Masi / Pexels

Cataluña

Diez apellidos catalanes que están en peligro de extinción

Según las cifras de Idescat, hay varios apellidos tradicionales que corren riesgo de desaparecer

Es difícil hablar de apellidos y no pensar en las películas Ocho apellidos vascos y su secuela, Ocho apellidos catalanes. En la primera, el protagonista dice que uno de sus ocho apellidos es Clemente, a lo que el padre contesta que debe ser de la parte de Álava. En Cataluña, actualmente, el apellido «más catalán», por el número de personas que se llaman así, sería García.

Ahora bien, dejando a parte películas, lo cierto es que hay una serie de apellidos de toda la vida que están a punto de desaparecer en Cataluña, como recoge Crónica Global a partir de datos de Idescat. El que corre mayor peligro de extinción es Aunquer, que según estadística, lo tiene 38 personas de primer apellido y 34 de segundo. Es un apellido de la época en la que Cataluña se extendía más allá de los Pirineos, antes del Tratado de los Pirineos, allá por el 1659.

Y no solo Aunquer esta en peligro de extinción. Otro que también tiene su origen francés es Aimeric, con sus variantes de Aimerich y Aymerich. Actualmente es uno de los menos comunes en Cataluña, en su primera excepción, y no descartamos que, en poco tiempo, solo lo leamos en los libros de historia. Según estadística, este apellido, actualmente, en sus tres variantes, lo tienen menos de 20 personas, por cada uno de ellos.

A estos dos le sigue el apellido Bat, con implantación en la comarca del Pallars Subirà, y que a día de hoy, como los anteriores, no aparece en la base de estadística, al llevarlo menos de 20 personas o no existir. Le sigue Caçador, cuyo resultado es preocupante, porque lo llevan menos de cinco personas según estadística. Este apellido, «cazador» en castellano, muy posiblemente lo adoptaron aquellas personas que se dedicaban a este oficio y, con los años, ha perdido su protagonismo.

Ferreter, Ginebrosa, Margarola

A continuación tememos el apellido Ferreter, «herrero» en castellano. En esta excepción hay menos de 5 personas que lo lleven. Sin embargo la tipografía ha creado ciertas variantes. Tenemos Ferreté, con 832 personas de primer apellido y 835 de segundo, Ferrater con 101 y 77 respectivamente y Ferraté con 183 y 177. Con lo cual, posiblemente se perderá la primera variante, pero sobrevivirán las otras tres.

El apellido Ginebrosa tiene sus raíces en Castellet de Terrasola, Arenys de Mar y Caldes d’Estrac. Actualmente, lo llevan de primer apellido 9 personas y 8 de segundo. Aumentamos la cifra de personas que llevan el apellido Invers, natural del municipio de Terrassa. Actualmente, lo llevan 33 personas de primer apellido y 23 de segundo.

Si descontamos la noble familia Magarola, establecida en Barcelona, con palacio de la calle Portaferrisa, o los Magarola que fundaron una fábrica en la calle Tallers, también de Barcelona, actualmente el apellido lo llevan menos de cinco personas, según estadística. Un apellido que ha entrado en decadencia, como la familia que, en su tiempo formó parte de la corte real y de la judicatura.

Finalizamos con tres apellidos que están sufriendo los mismos problemas que los anteriores. En el siglo XIX, en Oix apareció el apellido Pairol, con su variante Peirol. El primero lo llevan de primer apellido 11 personas y 6 de segundo. La variante Peirol está por debajo de las 5 personas.

El apellido Paraira viene de las personas que compraban y preparaban la lana para tejer. Pues bien, actualmente llevan este apellido 19 y 11 personas respectivamente de primero y segundo. Finalmente tenemos Ribalaigua, que significaría «orilla del agua». Este apellido, según estadística, lo tienen menos de 5 personas.

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