Vista de Sant Llorenç de Morunys, en el Prepirineo leridano
Turismo
Varios pueblos ponen letreros para advertir a los tiquismiquis: «Tenemos gallos que cantan y un campanario»
Sant Llorenç de Morunys y Sant Pau de Segúries advierten a los veraneantes de que en los pueblos se tocan las campanas y los gallos dan los buenos días
El turismo rural es una de las opciones con más tirón en verano, y son muchos los españoles que deciden pasar sus vacaciones en el campo en busca de reconectar con la naturaleza y con un ritmo que el frenesí de la ciudad hace mucho que dejó atrás. Sin embargo, este ‘éxodo’ de urbanitas también deja escenas curiosas.
En Cataluña, por ejemplo, al menos dos pueblos han decidido advertir a los visitantes más tiquismiquis de que un pueblo rural de montaña no es una postal, y que tiene elementos que en la ciudad han desaparecido pero que aquí son el pan de cada día, literalmente, como el canto del gallo o el sonido de las campanas.
El primero de estos dos es Sant Llorenç de Morunys (Lérida), en el valle de Lord, en el Prepirineo catalán. El ayuntamiento ha decidido, «después de volver a recibir quejas sobre temas que creíamos intocables», aseguran, publicar una advertencia en sus redes sociales. «Quien lo respete encontrará una villa que siempre ha sido de acogida; y si no es así, has llegado al lugar equivocado», dicen.
«Hace años –explican en el comunicado– que nuestra villa acoge muchos visitantes en verano, (...) [y] aún hay una minoría que no entiende que en este magnífico valle tenemos un campanario que toca cada cuarto, gallos que cantan, rebaños que pastan cerca del pueblo y algunos payeses (querríamos más) que trabajan para hacerte la comida»,
En declaraciones a TV3, el alcalde de Sant Llorenç de Morunys, Francesc Riu, asegura que llevan tiempo recibiendo quejas sobre el sonido de las campanas, o incluso de las verjas eléctricas que hay en el bosque. Riu asegura que la payesía y el campanario –que siempre ha hecho sonar él mismo– son temas «intocables».
Sant Pau de Segúries
Son quejas similares a las de otro pueblo, Sant Pau de Segúries (Gerona). Aquí el aviso no se ha dado en redes sociales, sino –según recoge la televisión pública catalana–, en persona: se han colgado varios carteles como aviso a navegantes. O a veraneantes, mejor dicho,
Los letreros dicen: «Atención visitantes. Estáis entrando en una zona con riesgos y peligros; es decir zona rural», y alertan de estos riesgos, que son los ya citados, como las campanas, las gallinas o las verjas, y añaden alguno nuevo, como el hecho de que los adobos naturales generan un fuerte olor. «Si no lo soportas, has llegado al lugar equivocado», dicen.
