'Origen del escudo del condado de Barcelona' por Claudi Lorenzale (1843)
Historia
Los diez condes de Barcelona que el nacionalismo ignora por no encajar con su manipulación de la historia
Antes que Wifredo el Velloso hubo una serie de nobles que portaron el título pero que han quedado apartados por la historiografía nacionalista
Desde el siglo XIX, hay un sector de la historiografía catalana, de corte nacionalista, que sitúa el origen del condado de Barcelona en Wifredo el Velloso, ya que estructuraron un relato que lo convertía en el fundador de la actual Cataluña. Sin embargo, esto no es del todo cierto, como veremos a continuación.
Wifredo el Velloso fue nombrado conde de Barcelona en el 878, pero este título se había fundado en el 801. Con lo cual, hay 77 años presuntamente olvidados, y con ellos hasta diez condes de Barcelona. ¿Qué ocurrió durante esos años y quiénes fueron los condes de Barcelona antes del Velloso?
El primero fue Bera (770-844). Nombrado conde de Barcelona en el 801 y destituido en el 820. También era conde de Razés, Conflent, Gerona, Besalú y Ampurias. Se le nombró conde de Barcelona para asentar las bases de una administración feudal dentro de la Marca Hispánica. Con lo cual se aseguraban la defensa de aquel territorio.
Tras ser destituido Bera, se nombró a Rampón, un noble flamenco que ostentó el título hasta el 825. Era marqués de Gotia, y durante su gobierno tuvo la responsabilidad de defender y expandir la frontera del Imperio Carolingio frente al enemigo musulmán.
El hijo de Guillermo I de Tolosa, Bernardo de Septimania (795-844) estuvo al frente del condado de Barcelona hasta el 832. Posteriormente lo fue del 835 al 844. Era la cabeza visible del partido de la guerra contra los musulmanes y profranco. Su padre fue declarado santo, en el 1066, por el papa Alejandro II.
A partir del 832 es nombrado conde Berenguer de Tolosa, conocido como el Sabio. Era hijo del marqués Unroch II del Friul y de Engeltrude de Paris. Hermano del marqués Everardo del Friul, y tío de Berenguer. Fue consejero de Pipino I de Aquitania. Procedía de la dinastía de los Unróquidas.
El fundador de una dinastía
En el 844, a Bernardo de Septimania lo sustituyó Sunifredo I, que fue conde de Barcelona hasta el 848. También lo fue de Osona, Besalú, Gerona, Narbona, Agde, Beziers, Lodeva, Magalona, Nimes, Cerdaña, Urgel y Conflent. Se dijo que era hijo de Bellón, conde de Carcasona, y también del conde Borrell de Osona.
Sunifredo es el primero de la dinastía más longeva de la historia de los condes de Barcelona, pues desapareció en 1410, con la muerte de Martín I de Aragón. Sobre el particular hay que matizar un tema: el 12 de septiembre de 1982 se inauguró, en el monasterio de Santa María de Ripoll, la nueva tumba de Wifredo el Velloso.
La tumba de Wifredo del Velloso en el monasterio de Ripoll
En una crónica del periódico El País podemos leer: «En medio de un ambiente marcadamente nacionalista, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acompañado de su Gobierno y otras autoridades, inauguró ayer en el monasterio románico de Ripoll (Gerona), la nueva tumba del comte Guifré el Pelós (Wifredo el Velloso), fundador de la dinastía catalana dentro de los actos del Once de septiembre, Diada Nacional de Cataluña».
Sin embargo, el fundador de esta dinastía fue Sunifredo I, no su hijo. Encontramos aquí, pues, una nueva tergiversación histórica de una realidad, que para el nacionalismo catalán es mejor ocultar para no romper el relato.
Después de Sunifredo
Después de Sunifredo I es nombrado conde Guillermo de Septimania, hijo de Bernardo de Septimania y de Dhuoda. Le robó todos los condados a su padre en el 848, muriendo en el 850. A su muerte lo sustituyó Alerán, que fue conde de Barcelona, Ampurias, Rosellón y marqués de Gotia hasta el 850. Con toda probabilidad murió cuando los musulmanes conquistaron Barcelona, en el 852.
El nuevo conde de Barcelona fue Isembard, adjunto de Alerán durante un tiempo hasta que fue sustituido por Odalrico. Lo destituyeron como conde en el 857. Era un noble franco. Hijo de Hunfrido, conde de Argengau y Linzgau. Se considera que tenía vínculos con la Marca hispánica, por parte de su madre, y que por eso fue escogido, al ser un jefe leal. En el 846 fue conde de Reia y de Narbona.
Humfrid de Gotia lo sustituyó hasta el 864. Se cree que era conde de la antigua provincia romana de Recia. Se sublevó contra Luis el Germánico, emperador de Alemania, y huyó a los territorios francos occidentales. Su lealtad a Carlos el Calvo, cuando todos estaban en su contra, tuvo su recompensa. En el 864 procedió al reparto de condados, concediéndole los de Ribagorza, Beaune, Autun, Limoges, Rouergue, Tolosa, Rasés y Averia.
A Bernardo II de Gotia le concedió los de Barcelona, Osona, Narbona, Agde, Bessiers, Malguelh y Nimes. Este estuvo en poder del título de conde hasta el 878. Era hijo de Bernardo de Poitiers y de Bliquilda. Cuando Carlos el Calvo consiguió someter a Maine y sus aliados, el papa convocó el Concilio de Troyes, para condenar a Bernardo de Gotia por su actuación contra Frotario, obispo de Bourges y usurpador de bienes eclesiásticos.
El 11 de septiembre del 878 lo desposeyó de sus honores. Thierry, el camarero real recibió Autun; Plantapilosa el Berry y Septimania, y Guifredo I de Urgel y Cerdana y su hermano Miró el Viejo de Conflent recibieron Barcelona, Osona, Gerona, Besalú y Rosellón. A partir de este momento es cuando Wifredo el Velloso, también conocido como Guifredo I de Urgel, se pone al frente del condado de Barcelona.
Este era hijo de Sunifredo I y con su hijo continuó la línea dinástica que terminó en 1410. A partir del próximo capítulo hablaremos de los conde de Barcelona hereditarios, desvinculados al Imperio Carolingio, que decidieron cambiar la sucesión del título, en gran medida por el declive de este imperio.