El Ayuntamiento de Barcelona sí se adhiere al Pacto Nacional por la Lengua

El Pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes la adhesión del consistorio al Pacto Nacional por la Lengua, impulsado, recordemos, por el gobierno de Salvador Illa para fortalecer el uso y la presencia del catalán en la sociedad. La propuesta ha salido adelante con los votos favorables del gobierno municipal del PSC, junto a Barcelona en Comú (BComú) y ERC, mientras que ha encontrado la oposición de Junts, el PP y Vox.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha celebrado la aprobación como una reafirmación del compromiso del Ayuntamiento con el impulso del catalán. «Debemos lograr que más barceloneses puedan hablar, sentir y vivir en su lengua, el catalán».

No solo eso, también se presenta como un adalid de la defensa de los derechos lingüísticos, con «ambición» porque «son irrenunciables». Además, considera que, con esta adhesión, se demuestra el «compromiso» de la ciudad, como capital de Cataluña, para sumar fuerzas, junto con otros sectores, para conseguir un mayor impulso del catalán.

El concejal de Cultura, Xavier Marcé, ha sido el encargado de defender la iniciativa por parte del gobierno municipal, recordando que «Barcelona, como capital de Cataluña, debe ser también la capital del catalán». «Tiene la responsabilidad de hacerlo», entre otras cosas porque, según Marcé, la ciudad tiene que servir como «ejemplo» para el resto de municipios en un momento de «urgencia» pero también de «oportunidades».

El concejal aprovechó su intervención para rechazar interpretaciones que vean en el pacto un «menosprecio» hacia otras lenguas o un debate «esencialmente partidista». «El Pacto Nacional es sobre todo un pacto cultural y humanista», ha insistido, y ha dejado claro que representa un signo de respeto y agradecimiento a «la historia y la concordia entre pueblos».

Desde BComú, el concejal Pau Gonzàlez ha alertado de que «no bastan las declaraciones de intenciones» y ha reclamado «desplegar acciones concretas» para realizar un «trabajo efectivo y concreto» por la lengua. «Barcelona debe liderar la defensa de la lengua», ha defendido.

A su vez, el republicano Jordi Castellana ha reivindicado el pacto como «una herramienta esencial» para garantizar que el catalán siga siendo un elemento de cohesión social. Y ha recordado que el Pacto fue impulsado por el gobierno de Pere Aragonès en la legislatura pasada. «Continuaremos velando para que Barcelona juegue el papel de capital que le corresponde en nuestro país», ha sentenciado.

La oposición

La propuesta ha contado con el rechazo no solo de PP y de Vox, sino también de Junts. El concejal de la formación de Puigdemont, Joan Rodríguez, ha justificado el voto porque se trata de un mero «gesto» y que «el tiempo de los gestos ya ha pasado», entre otras cosas, porque «la lengua está en una situación de emergencia y tiene graves amenazas en el horizonte».

El PP, por su parte, ha recordado que el pacto busca «arrinconar» el castellano, además de que dividiría a los ciudadanos. «Desde el PP lo vemos muy claro: el catalán es un patrimonio cultural con un valor inmenso, pero no a costa de los derechos de los barceloneses», ha asegurado el concejal popular Juan Milián durante su intervención.

Vox, en la misma línea, denunció una «deriva intervencionista y nacionalista» que colocaría a la ciudad «en un camino de confrontación lingüística».

La comisionada por la Lengua

El Ayuntamiento de Barcelona también ha decidido pasar a la acción para promocionar, aún más, el catalán. Con este objetivo, recordemos, nombró a Marta Salicrú como comisionada de Uso Social del Catalán.

Entre sus iniciativas prioritarias figuran la creación de una Oficina del Catalán como «fábrica de contenidos digitales» para fomentar la producción en catalán, el impulso a 'influencers' y creadores de contenido en la lengua, y acciones específicas en sectores como el ocio, el comercio y la restauración.

Además, el Ayuntamiento impulsará una línea de subvenciones de 150.000 euros para proyectos que promuevan el uso del catalán, y revisará protocolos para combatir la «catalanofobia» y garantizar los derechos lingüísticos de los hablantes. En el sector de la hostelería, se colaborará con el Gremio de Restauración para frenar la «regresión lingüística» mediante planes de fortalecimiento.