Embalse de Boadella

Imagen del embalse de BoadellaWikipedia

Gerona

Alerta en Roses (Gerona): el agua del grifo sale contaminada y el Ayuntamiento pide hervirla antes de beber

Las lluvias primaverales desencadenaron una reacción tóxica en el embalse de Boadella que ahora afecta a toda la red municipal

Los vecinos de Roses se despertaron ayer miércoles con una advertencia inusual: el agua que sale de sus grifos no es segura para beber directamente. El consistorio ha confirmado que los análisis revelan alteraciones preocupantes en la calidad del suministro.

La crisis tiene nombre propio: trihalometanos. Estos compuestos aparecen cuando residuos naturales entran en contacto con los desinfectantes habituales del agua, y ahora mismo rebasan lo que los expertos sanitarios consideran aceptable.

Una tormenta perfecta que empezó en primavera

Nadie imaginaba en abril que las intensas lluvias traerían consecuencias meses después. Aquellos temporales arrastraron toneladas de vegetación y sedimentos orgánicos directamente al pantano de Boadella. El embalse se convirtió sin quererlo en un reactor químico: la materia orgánica y el cloro comenzaron a generar sustancias no deseadas.

Lluís Espada, edil de Infraestructuras, reconoce a La Vanguardia que la situación se ha complicado porque el pozo alternativo de la Gallinera lleva inutilizado desde un acto vandálico en abril de 2024. Sin ese respaldo, Roses depende exclusivamente de Boadella.

Cómo protegerse mientras dure la alerta

Las autoridades insisten en que no hay alarma si se toman precauciones. La más efectiva: hervir el agua un minuto antes de usarla para beber o cocinar. Otra opción es dejarla reposar en una jarra abierta durante 24 horas en un lugar ventilado; los compuestos se evaporan solos.

Para duchas, conviene acortar el tiempo y mantener ventanas abiertas, ya que estos químicos se volatilizan con el calor y no es conveniente respirarlos.

Soluciones técnicas para diciembre

AGBAR ha vaciado el depósito de Muralles e instalado ventiladores industriales para acelerar la evaporación de contaminantes. La potabilizadora de Empuriabrava ha incorporado filtros microscópicos, sustituido el cloro tradicional por dióxido de cloro y está a punto de activar desinfección con luz ultravioleta.

El consistorio analiza el agua dos veces por semana. Si todo progresa según lo previsto, el suministro volverá a la normalidad a principios de diciembre.

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