Nueva campaña de Vox contra las clases de árabe pagadas por Marruecos en colegios catalanes

Vox va a llevar a cabo una ofensiva para que se ponga fin al Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí en las escuelas catalanas. En el Parlament, ya ha presentado una batería de preguntas dirigidas al Govern sobre esta cuestión; también ha presentado una propuesta de resolución para «la supresión» de ese programa, y mociones en el pleno que van en esta línea. La intención es impulsar también una recogida de firmas.

Además, ha actuado en el ámbito municipal presentando mociones en los ayuntamientos para pedir al Departamento de Educación «suprimir» la aplicación del programa «con el objetivo de garantizar la cohesión social y nuestra identidad cultural, así como promover la adaptación de alumnos de origen extranjero a nuestra cultura».

Y, en otro apartado, se pide «colaborar de forma activa con los centros educativos de nuestro municipio para evitar o suprimir (en caso de que ya sea una realidad) la implementación del Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí en nuestros colegios».

Precisamente, a raíz de una de esas preguntas parlamentarias, se supo que unos 2.000 alumnos participaron durante el curso pasado, en toda Cataluña, en el Programa que, tal como y reconoce la consejera, y teniendo en cuenta de que se trata de un «programa implementado fundamentalmente en horario extraescolar», el Departamento hace el seguimiento propio de las actividades de este tipo y, por lo tanto, «no requiere en los centros datos específicos sobre el alumnado que interviene en estas actividades».

La mitad de estos alumnos siguieron el programa en centros de la provincia de Barcelona; unos 400 en Lérida, y otros 300, aproximadamente, en Tarragona y en Gerona. No se ofrecen más datos de los estudiantes. La Generalitat se ampara en el Reglamento de Protección de Datos de la Unión Europea.

También hemos conocido que, este curso, son 121 las escuelas catalanas que ofrecen el programa. Algo más de la mitad, 64, son de la provincia de Barcelona; 26 son de Tarragona; 18 de Gerona y 13 de Lérida.

Dos son las ciudades en las que nueve centros tienen implantada esa actividad: una es Lérida y la otra Sabadell, un municipio de Barcelona de algo más de 220.000 habitantes y que supera incluso a la propia capital catalana, a Barcelona, que cuenta con ocho centros. A partir de ahí, en el ranquin aparecen Tarragona, con siete escuelas, y Terrassa (Barcelona), con seis. El resto se mueven entre los tres centros de Hospitalet, Badalona, Gerona o Figueres, por poner un ejemplo (en total hay diez municipios en este escalafón); hay otra decena de ciudades con dos escuelas en las que se ha implantado el programa, y el resto cuentan con un centro.

Más «integración» y «respeto» a los valores y costumbres españolas

Vox quiere saber, por ejemplo, cuál es el coste económico, tanto directo como indirecto que supone este programa para la Generalitat; también quiere conocer cuántos profesores funcionarios del Reino de Marruecos ejercen en Cataluña a partir de esta actividad; qué tipo de relación laboral tienen con la Generalitat; qué criterios de selección se tienen en cuenta para elegir los centros en los que se imparte el programa, o qué control pedagógico lleva a cabo la Generalitat sobre sus contenidos

Con relación al profesorado, la consejera de Educación, Esther Niubó, explicó el programa «es impartido exclusivamente por profesorado funcionario del Ministerio de Educación Nacional de Marruecos» y está destinado a Cataluña, aunque hay más docentes en otras comunidades autónomas. También precisó que están por un período máximo de cinco años, y que «todos disponen de NIE».

Niubó también dejó claro que la selección de esos docentes la lleva a cabo la Fundación Hasan II, entidad vinculada al gobierno de Marruecos, mediante un concurso-oposición entre los funcionarios marroquís. No todos son graduados en Magisterio, lo son la mayoría. Pero la consejera reconoció que «algunos tienen titulaciones universitarias que permiten impartir docencia en secundaria», sin precisar mucho más.

Desde Vox consideran que «urge intensificar mecanismos de adaptación de estos inmigrantes a nuestra cultura occidental, para que su integración en nuestra sociedad sea efectiva». Y es que, según el Observatorio Permanente de Inmigración, en Cataluña viven a 226.859 marroquíes, y la llegada de inmigrantes de esta nacionalidad sigue una tendencia al alza.

Y, además, esta formación asegura que «es de sentido común que, quienes vienen a Cataluña a trabajar y a vivir, acepten y asimilen los elementos que nos cohesionan a todos». Se refiere Vox «al amor a nuestros antepasados que nos han legado la actual herencia cultural, nuestras raíces cristianas, nuestro sistema de valores occidentales, el respeto a la dignidad de las personas, el respeto a la mujer, la tolerancia, nuestras costumbres, nuestra lengua española y catalana, nuestras instituciones».

Por todo ello, entre otras cuestiones defiende la supresión del programa, y mientras esto no se acabe de concretar, se supriman aquellos contenidos que «menoscaben nuestras raíces cristianas, nuestro sistema de valores occidental, el respeto a la dignidad de las personas, el respeto a la mujer y la tolerancia».