Javier Pulido
Cataluña
Los tuiteros acusados de acosar a la familia de Canet defienden sus mensajes como parte de un «debate lingüístico»
Niegan que hubiera intencionalidad, en esos mensajes, de insultar o denigrar
Ya ha quedado visto para sentencia el juicio que se ha celebrado en la Audiencia de Barcelona contra tres tuiteros acusados de acosar en redes sociales a una familia de Canet de Mar (Barcelona), porque consiguió que a su hija, que estudia en el colegio Turó del Drac, se le diera más educación en español.
Los acusados han asegurado que solo pretendían, con su mensaje, generar un «debate lingüístico» y en ningún caso, tenían intención de instigar al aislamiento de la menor o vejarla con comentarios humillantes. Han explicado que no conocían a los padres de la pequeña ni pretendían tampoco causarles daño.
La Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y ha mantenido su petición de una pena de dos años de prisión para cada uno de los acusados por un delito contra la integridad moral. El ministerio público considera que los tres pretendían «denigrar y vejar» a la familia con comentarios «humillantes e hirientes» en redes sociales. Todo ello ocurrió en diciembre de 2021.
Los tuiteros
El primero en declarar ha sido el hombre que publicó mensajes llamando «terroristas» y «colonos no integrados» a la familia. Aunque hoy ha asegurado, no pretendía insultar porque colono, «es una descripción, no un insulto, y no integrados es una situación. Mis padres eran de Aragón y yo los llamaría colonos no integrados, porque nunca aprendieron el catalán ni la cultura de Cataluña».
Respecto al calificativo de «terrorista», ha aclarado que no alude a violencia, sino a un «terrorismo cultural» que, para él, representa «un intento de querer eliminar o hacer más pequeño un idioma».
Otro de los procesados, autor del mensaje «entonces cread el grupo P5Ñ, ponéis al niño solo y le hacéis 50-50», ha explicado que se abrió un hilo en Twitter sobre la aplicación del 25 % en esa escuela y que «se sintió interpelado» para opinar.
Ha asegurado que propuso un modelo educativo similar al del País Vasco, con 50 % en euskera y 50% en castellano; que «P5Ñ» se refiere a la defensa del castellano; y que «en ningún momento» emplaza a aislar a la hija de la familia: «Yo lo que planteaba era las dos líneas de aprendizaje», ha insistido.
El tercero, que escribió un mensaje en el que ponía de manifiesto que quería conocer la identidad de la familia y retuiteó otros similares, ha restado importancia a esta reclamación y ha dicho que se trataba de una «petición recurrente» en aquel momento por parte de varios usuarios ante un «tema sensible» como el de la lengua.
La declaración de Javier Pulido
En la primera sesión del juicio, Javier Pulido hizo una crítica abierta al modelo de inmersión lingüística, y en ocasiones muy emocionado, explicó el aislamiento padecido por su familia en el entorno social y escolar. Un aislamiento y un «mal ambiente en el pueblo» que le dejó secuelas psicológicas duraderas. De hecho, estuvo tres meses de baja por ansiedad por este motivo.
Explicó que «tuvimos miedo, pasamos meses sin salir de casa y en la calle la gente nos giraba la cara», y que el resto de familias del curso les hizo «el vacío»: crearon un grupo de WhatsApp sin ellos y dejaron de invitar a su hija a cumpleaños.
La familia, que no usa redes sociales, se enteró de los unos 50 mensajes denigrantes, gracias a la policía autonómica o la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), que les animó a denunciar.