
La activista Carme Arcarazo, cara visible del Sindicato de Inquilinas de Cataluña
Barcelona
Denuncian el «chantaje» de los herederos de Colau al alcalde y estos no frenan: «Hay muchas Casas Orsola»
El Sindicato de Inquilinas convoca un encuentro en Barcelona de «bloques en lucha» y considera el edificio del Eixample «un faro»
El Sindicato de Inquilinas de Cataluña (SIC) celebra su victoria en la Casa Orsola convocando en Barcelona un encuentro de «bloques en lucha» el próximo 17 de febrero. El portavoz de la entidad, Enric Aragonès, ha señalado este viernes que «hay muchas Casas Orsola», y considera el edificio del Eixample como un «símbolo» o un «faro», que ha de servir para «levantar el conflicto».
Aragonès ha señalado que hay 44 bloques en la ciudad en una situación como la de la Casa Orsola. «Hace falta una regulación de precios, tener contratos indefinidos, una renovación automática, regular el precio del alquiler de temporada y de las habitaciones y prohibir las operaciones especulativas», ha añadido Aragonès, y ha señalado que desmantelar la medida de reserva del 30% para vivienda protegida «protegería más de 3.100 bloques».
El anuncio del SIC –herederos intelectuales de la PAC impulsada por Ada Colau– llega pocas horas después de que el Ayuntamiento de Barcelona haya anunciado la compra de la Casa Orsola por 9,2 millones de euros. «Se paran los procesos de desahucio de los inquilinos del edificio y convertiremos todo el edificio en pisos de alquiler asequible», ha resumido el alcalde, Jaume Collboni, en rueda de prensa.
El movimiento del gobierno municipal, no obstante, ha recibido críticas por parte de la oposición de forma casi inmediata. A la espera de que el líder municipal del PP en Barcelona se pronuncie en la rueda de prensa prevista para esta tarde, Junts y Vox ya han trasladado sus críticas a la decisión de Collboni.
«Es económicamente insostenible», lamenta el concejal postconvergente Damià Calvet, que ve la maniobra como una improvisación y «una muy mala noticia», porque perpetúa políticas que generan incertidumbre jurídica. Los APIs catalanes trasladaban el mismo reproche, señalando en un comunicado que se genera un «precedente peligroso» y lamentando que los propietarios «se vean forzados a desprenderse de sus fincas».
Apagar el fuego con gasolina
Por su parte, el líder de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona, Gonzalo de Oro, es más duro, y considera que Collboni ha cedido «al chantaje de los lobbies pro-okupas», y que da «un mal ejemplo» sobre políticas de vivienda. Para de Oro, comprar la Casa Orsola es «apagar el fuego con gasolina», ya que «no se pueden resolver todos los problemas con talonario».
De Oro afea al alcalde que la Casa Orsola costase 6,1 millones de euros en 2021, y que ahora se haya comprado por 9,2, lo que supone, en la práctica, que el fondo Lioness Inversiones ha ganado 2,7 millones de euros en estos tres años. Vox también pregunta a Collboni cuántos pisos públicos se podrían haber creado con este dinero: «Seguro que muchas más que las 26 viviendas que posee la Casa Orsola».