
El escritor londinense Chris Whitaker, en Barcelona
Entrevista
Chris Whitaker: «Si no me hubiesen apuñalado cuando era adolescente, hoy no sería escritor»
El autor de ‘Todos los colores de la oscuridad’ visita Barcelona para participar en el festival BCNegra
El londinense Chris Whitaker podría pasar perfectamente por uno de los personajes de sus novelas: tras una infancia complicada, trabajó durante una década como agente financiero en la City hasta que lo dejó todo para dedicarse a su pasión. Lejos de fracasar, sus obras treparon rápidamente hasta lo más alto de las listas de más vendidos, y su última novela, Todos los colores de la oscuridad (Salamandra), no es una excepción.
El libro parte de un crimen escalofriante —un niño de 13 años, Patch, es secuestrado y pasa casi un año encerrado en un sótano— y explora las consecuencias de este suceso a lo largo de más de veinte años. La premisa, puro noir, rápidamente muta en algo más complejo: el retrato de una obsesión, un mosaico de personajes retratados en toda su humanidad e incluso una luminosa historia de amistad que nace de la oscuridad más profunda.
Whitaker se encuentra estos días en Barcelona, invitado por el festival de literatura criminal BCNegra 2025. Este sábado participará en la mesa redonda Regreso al pasado, junto a Javier Argüello, pero antes atiende a El Debate para hablar de los traumas de la infancia, el control de nuestro destino o la gestión del éxito.
— Vivió un año en España, y hace tres años ya estuvo como invitado en el festival BCNegra, ¿qué se siente al volver?
— Barcelona es una de mis ciudades favoritas en el mundo, y me siento un poco como volver a casa: echo de menos que todo el mundo sea amable, ¡y los cielos azules! Pero también siento que ha pasado toda una vida desde que viví en España, porque entonces estaba escribiendo mi libro debut, Tall Oaks [inédito en español], y tenía un hijo: ahora tengo tres hijos y otros tres libros más.

Portada de 'Todos los colores de la oscuridad', editado por Salamandra
— BCNegra está dedicado, como indica su nombre, a las historias criminales. ¿Qué le atrae de esta faceta de la vida?
— Es cierto que en Todos los colores de la oscuridad hay crímenes, pero el corazón de la historia es el trauma infantil, y cómo uno se sobrepone a él. Por otro lado, también creo que me atrae la novela negra porque es lo que conozco: tuve una infancia difícil, y he sido víctima del crimen en el pasado.
— ¿En qué sentido?
— Cuando era niño, el novio de mi madre era alcohólico, y era muy violento conmigo. Siento que este trauma ha sido muy importante en todo lo que me ha ocurrido en la vida, bueno y malo. Por ejemplo, con 19 años me apuñalaron: un tipo quería robarme el teléfono, y yo podría habérselo dado, pero no me gustó haber sido una víctima con diez años, así que en vez de darle el móvil, luché. Y seguí luchando cuando sacó el cuchillo.

El escritor londinense Chris Whitaker, durante su anterior visita a Barcelona
Pero tras aquel suceso encontré mi camino hacia la escritura, como terapia: así que no hay forma de que me hubiese convertido en escritor y estuviese aquí hablando contigo si no me hubiesen apuñalado cuando era un adolescente. En todo esto pensaba cuando escribía a Patch [el protagonista de la novela], que con 13 años sufre un crimen que provoca una reacción en cadena en su vida y en la de todos a su alrededor, para lo bueno y lo malo.
— El efecto del pasado sobre el presente es el tema que centrará, precisamente, su intervención en BCNegra. ¿Qué ha aprendido sobre esto escribiendo Todos los colores de la oscuridad?
— Hasta hace uno o dos años pensaba que yo estaba destinado a sufrir, a no llegar nunca a dónde quería. Mi hermano fue a una buena universidad y consiguió un muy buen trabajo, pero yo, a partir de esto que me pasó con diez años, empecé a empeorar en la escuela, a beber, a drogarme, a meterme en peleas… Pero gracias a escribir esta historia, a Patch y Saint, me he dado cuenta de que no tiene por qué ser así, que podemos controlar nuestro destino y escribir el final de nuestra historia. Abrirnos a la amabilidad, ser honestos y dejarnos ayudar: ha sido catártico.
— Lo hace en la novela a través de Patch y el resto de personajes, pero también en entrevistas como esta: ¿qué representa para usted volcar su intimidad con los demás?
— Es un proceso difícil, en realidad. Mira, un año antes de publicar el libro me reuní con el equipo de márketing: sabía que me preguntarían por el origen del personaje de Patch, y podía inventarme algo o contar la verdad. Tomamos la decisión de ser honestos. La verdad es que es algo que a mi madre le ha costado mucho —aunque ella era tan víctima como yo de aquella situación—, pero ha sido un proceso muy liberador.
— A nivel comercial, Todos los colores de la oscuridad está funcionando muy bien, y también sus novelas anteriores. ¿Cómo le afecta el éxito a la hora de escribir la siguiente obra?
— En este caso, es cierto que Empezamos por el final [su libro anterior] fue un gran éxito, pero yo ya había empezado a escribir este antes de que se publicara, así que estaba protegido de la presión, de algún modo. Este libro ha vendido un millón de copias en seis meses: es más de lo que nunca habría soñado, pero los fundamentos son los mismos. Cuando acaba el tour, cierro la puerta y estoy de nuevo en mi ordenador, solo con los personajes. Creo que es importante bloquear el ruido exterior, por muy bonito que sea.
— Es usted londinense, pero ambienta todos sus libros en Estados Unidos, ¿hay algún motivo detrás?
— Antes te decía que después de que me apuñalaran empecé a escribir como técnica terapéutica. Recomendaban escribir sobre tu trauma, pero cambiando las personas implicadas, el resultado y el escenario, llevándolo al último lugar donde fuiste feliz. En mi caso, este era DisneyWorld, a donde nos llevó mi padre con ocho años. Y creo que aún me ayuda hoy, porque en Londres me han arrestado, me he metido en problemas, he perdido dinero… y es liberador poder sentarme a escribir y viajar mentalmente 5.000 millas.
Con Todos los colores de la oscuridad, hay otro motivo: estoy contando una gran historia, que se expande durante 27 años y en la que hay muchos escenarios. Necesitaba un lienzo muy grande para contarla, y América es como un mundo entero dentro de un país.