Operarios trabajando en la construcción de la Sagrada Familia, en Barcelona

Operarios trabajando en la construcción de la Sagrada Familia, en BarcelonaG. Altarriba

Iglesia

La Sagrada Familia cierra el círculo: se empezó a construir con León XIII y se acabará con León XIV

La Basílica sueña con recibir la visita del pontífice en junio de 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí

Cuando se colocó la primera piedra del templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, el 19 de marzo de 1882, la Iglesia Católica vivía tiempos convulsos en Europa. El avance del secularismo tras la Revolución Francesa marcaba el paso a las ideologías que desgarrarían el siglo XX y que se iban gestando al albur de la Revolución Industrial y de los profundos cambios que esta había provocado en el mundo económico y social.

Todo indica que, cuando se coloque la última piedra de la Sagrada Familia —que se prevé para 2033, según la Junta Constructora—, los tiempos no serán menos convulsos: el secularismo, las ideologías e incluso la revolución tecnológica —marcada ahora por el desarrollo de la inteligencia artificial y los postulados transhumanistas— seguirán siendo vectores centrales en las relaciones entre la Iglesia Católica y la sociedad.

No obstante, hay otro elemento de continuidad entre ambos momentos: el nombre del Papa. Si en 1882 el pontífice era León XIII —autor de la encíclica Rerum Novarum y reconocido como el gran impulsor de la doctrina social de la Iglesia—, en 2033 previsiblemente el pontífice todavía será León XIV. Entre León y León, sin embargo, habrán pasado otros diez Papas, de Pío X a Francisco.

¿León XIV en Barcelona?

De esta lista, han sido dos los Papas que han visitado la Sagrada Familia. San Juan Pablo II lo hizo el 7 de noviembre de 1982, durante su viaje apostólico a España. Rezó el Ángelus en el templo y destacó que este, pese a no estar terminado, «tiene solidez desde un principio, recuerda y compendia otra construcción hecha con piedras vivas: la familia cristiana, célula humana esencial, donde la fe y el amor nacen y se cultivan sin cesar».

Justo 28 años después, los días 6 y 7 de noviembre de 2010, era Benedicto XVI quien viajaba a Barcelona para consagrar la Sagrada Familia como basílica menor. «Este acto es también, de algún modo, el punto cumbre y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, dio una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de poetas cristianos», dijo entonces el Papa bávaro.

Francisco no llegó a visitar Barcelona —ni tampoco España, pese a que estaba sobre la mesa un posible viaje a Santiago de Compostela o a las Islas Canarias— pero sí le hizo un gran regalo de despedida a la Sagrada Familia. Pocos días antes de fallecer, el Santo Padre reconoció las virtudes heroicas del arquitecto Antoni Gaudí, declarándole como Venerable, paso previo a una probable beatificación futura.

Esto es clave para pensar en una futura visita del Papa León XIV a España, y en concreto a Barcelona, ya que el 10 de junio de 2026 se celebrará el centenario de la muerte de Gaudí. El arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella —que mantiene muy buenas relaciones con el hoy Papa, Robert Prevost—, expresó su deseo de que la beatificación del arquitecto coincidiese con esta efeméride.

Por el momento, desde la Sagrada Familia ya se le ha enviado una invitación al pontífice para asistir a la celebración. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, también adelantaba este lunes en una entrevista en RTVE su intención de invitar a León XIV en 2026 a Barcelona: «Nos haría mucha ilusión», dijo.

«Si viniera, no tengo ninguna duda de que pondría la guinda del pastel», señalaba a Religión Digital el rector de la Sagrada Familia, Josep Maria Turull —primo hermano, por cierto, del secretario general de Junts, Jordi Turull—. En declaraciones al mismo medio, el sacristán de la Basílica Diego Ronzón deseaba que el Papa León XIV pudiese completar «el círculo abierto» por otro León.

¿Qué falta por construir?

De acuerdo con el calendario que manejan desde la Sagrada Familia, este 2025 está previsto que se termine la torre de Jesucristo, que era la última que aún quedaba por coronar, y que será la más alta. Una vez finalizada, la Basílica se convertirá en el edificio más alto de Barcelona, con 172,5 metros de altura.

Puesta de sol en la Sagrada Familia de Barcelona, en diciembre

Puesta de sol en la Sagrada Familia de Barcelona, en diciembreDr. Guillermo Simón-Castellví

La torre, coronada por una cruz hueca que hará las veces de mirador, no estará abierta al público hasta el año próximo. Este 2025 también se terminará la capilla de la Asunta, en la calle Provenza, y se empezará a trabajar en la fachada de la Gloria, la última, que será la puerta principal de entrada al templo una vez terminado.

La previsión de la Junta Constructora es terminar esta fachada en 2033, lo que supondría la finalización del templo en el plano vertical, aunque faltarían también los voladizos y las esculturas de la fachada de la Gloria. En marzo se anunció que había tres artistas preseleccionados para presentar proyectos decorativos para esta fachada: el mallorquín Miquel Barceló, la vasca Cristina Iglesias y el mexicano Javier Marín.

Quedaría un último elemento, el más polémico: la escalinata proyectada por Gaudí como entrada a la Basílica, que supondría el derribo de uno o más bloques de edificios frente a la Sagrada Familia y que en estos momentos se sigue negociando entre el templo, los vecinos y el Ayuntamiento. El presidente delegado de la Junta Constructora, Esteve Camps, se pronunciaba en febrero al respecto: «No renunciaremos al proyecto de Antonio Gaudí».

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