Vista aérea del barrio del Ensanche (Eixample, en catalán), con la Sagrada Familia en el centro

Vista aérea del barrio del Ensanche (Eixample, en catalán), con la Sagrada Familia en el centro

Historias de Barcelona

De Caspe a Córcega: el ‘código secreto’ tras el nombre de las calles del Eixample de Barcelona

El escritor y político Víctor Balaguer es el responsable de buena parte de los nombres de algunas de las calles más transitadas de la ciudad

En el momento que Ildefonso Cerdá ganó el proyecto para urbanizar el Eixample de Barcelona, en 1860, se pensó en darle nombre a esas nuevas calles que pasarían a formar parte del nomenclátor de la ciudad. Toda aquella ampliación de la urbe, una vez derribadas las antiguas murallas, tuvo en Víctor Balaguer (1824-1901) el artífice de esos nombres.

Este fue un escritor, periodista y político español, una de las figuras principales de la Renaixença. Autodenominado «el trovador de Montserrat», fue tres veces ministro de Ultramar y también ministro de Fomento. Entre 1865 a 1866 publicó en dos volúmenes el libro Las calles de Barcelona, en el cual, aparte de poner nombre a las calles de Cerdá, construyó una narración única para toda la ciudad.

Balaguer tomó el mapa de aquella nueva zona urbanizada y decidió reflejar en sus calles la historia de la Corona de Aragón. Para conocer la distribución, tal y como la pensó, uno debe situarse en el Paseo de Gracia, la única calle que mantuvo su nombre primitivo, pues siempre fue el camino al pueblo -hoy barrio- de Gracia. Una vez situados allí debemos mirar hacia el norte, a la montaña del Tibidabo.

De sur a norte

Empecemos de sur a norte. La primera calle es Caspe, que recuerda el compromiso de Caspe de 1412, por el cual fue elegido nuevo rey Fernando I de Trastámara o de Antequera. Luego está la Gran Vía de las Cortes Catalanas, que era el poder legislativo durante la Edad Media y la calle más ancha del nuevo Eixample: de ahí su apelativo de “gran vía".

La siguiente calle es Diputación, en honor a la Diputación del General, un organismo recaudatorio de impuestos, que nada tiene que ver con la actual Generalitat. Y la última vinculada a instituciones es la calle Consejo de Ciento, que era el órgano de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona.

A continuación vienen parte de los antiguos territorios de la Corona de Aragón: esto es, Aragón, Valencia, Mallorca, Provenza, Rosellón y Córcega. Años después de la publicación del libro y debido al crecimiento de la ciudad se urbanizaron las calles París, Londres y Buenos Aires, que no forman parte del ideario de Víctor Balaguer.

Cabe destacar que en esta lista de antiguos territorios no aparece Cataluña. El motivo es que Balaguer denominó así a la Rambla de Cataluña, paralela al Paseo de Gracia, en el lado oeste del Eixample. La urbanización de la Plaza de Cataluña, por otro lado, no tuvo lugar hasta principios del siglo XX.

Calles verticales

A continuación hablaremos de las calles verticales, de oeste a este o si se prefiere del río Llobregat al río Besós. La primera está dedicada a Bernat de Vilamarí, almirante y conquistador de Licia, en las costas turcas. Sigue Entenza, que fue un importante apellido de la Corona de Aragón.

Se le dedica una calle a Bernat de Rocafort, militar valenciano y uno de los jefes de los almogávares. La siguiente calle desentona, porque forma parte de los antiguos territorios de la Corona de Aragón. Hablamos de Calabria, en Sicilia. De haber estado planteada su urbanización, tal vez la calle París hubiera tomado este nombre, al ser su sitio natural.

Fotografía aérea del Eixample, en la que se ve el característico trazado de Cerdà

Fotografía aérea del Eixample, en la que se ve el característico trazado de CerdàWikimedia

A continuación, dos títulos nobiliarios de la Corona de Aragón: Conde Borrell y Conde de Urgell. El primero dedicado a Borrell II y el otro, a Jaime II. Luego viene Antonio de Villarroel, uno de los protagonistas de la guerra de Sucesión de 1705 a 1714. El siguiente también está vinculado a esta guerra, Rafael de Casanovas.

Otro miembro de los almogávares fue Ramón Muntaner, que participó en la conquista de Menorca y Sicilia. Dejando de lado los personajes vinculados con la guerra, las siguientes calles forman parte de la cultura catalana. Buenaventura Aribau, que fue el fundador del movimiento conocido como Renaixença; Enrique Granados, pianista, compositor y pedagogo, y Jaime Balmes, sacerdote, filósofo, teólogo, apologista, sociólogo y tratadista político.

En la parte este, desde el Paseo de Gracia, encontramos dos nuevos personajes. Pau Claris, político y clérigo, que durante la guerra dels Segadors entregó Cataluña al rey de Francia para dejar de ser españoles, y Roger de Llúria, almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia.

Tres batallas

Luego vienen tres batallas vinculadas con la Guerra de la Independencia contra Napoleón, que son Bruch, Gerona y Bailén. A continuación viene el antiguo Paseo de la Explanada, un bulevar frente a la fortaleza de la Ciudadela, renombrado como Paseo de San Juan.

El siguiente es otro personaje histórico, que podía haber ido a continuación de Llúria. Es Roger de Flor, un caballero templario y caudillo mercenario italiano al servicio de la Corona de Aragón. Le siguen tres lugares vinculados con la Corona de Aragón, que amplían los anteriores, como Nápoles, Sicilia y Cerdeña.

La calle de la Marina está dedicada a la Armada Real del señor rey de Aragón, también conocida como la Marina de Guerra Catalana. La última calle es Lepanto, vinculada a la batalla ganada por el cristianismo el 7 de octubre de 1571.

Las calles posteriores en la parte oeste –Tarragona y Llança–, y las del este –Padilla, Castillejos, Cartagena, Dos de Mayo e Independencia– no fueron nombradas por Balaguer, porque se construyeron con posterioridad. Castillejos es la batalla de 1860; Cartagena se refiere a la revuelta cantonal de 1873; Dos de Mayo e Independencia están vinculas a la guerra contra Napoleón; y Juan de Padilla fue un comunero del siglo XVI.

Por su parte Tarragona y Llançà son dos municipios catalanes. Otros nombres que se mantuvieron fueron las Rondas, tanto Universidad, San Pablo, San Antonio y San Pedro, que eran los caminos de ronda de las antiguas murallas barcelonesas.

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