Entrada a la tienda El Rey de la Magia, en Barcelona

Entrada a la tienda El Rey de la Magia, en BarcelonaWikimedia

Historias de Barcelona

Dentro de la tienda de magia más antigua del mundo: 150 años de ilusionismo en el centro de Barcelona

El Rey de la Magia se ha convertido en una referencia ineludible para los amantes de la prestidigitación

Según el Libro Guinness de los récords, la tienda de magia más antigua del mundo aún en funcionamiento es Davenports Magic Studio, fundado en Londres en 1898. Sin embargo, el Guinness se equivoca, ya que en España hay una tienda dedicada al ilusionismo y la cartomancia que ya llevaba más de una década abierta cuando se fundó la británica: hablamos de El Rey de la Magia, que sigue atendiendo a magos, curiosos y turistas en su local de la calle Princesa de Barcelona.

Según su página web, El Rey de la Magia fue fundada por el prestidigitador Joaquim Partagás en 1881. Algunas fuentes apuntan a que ya había abierto sus puertas tres años antes, pero al propietario le gustaba este número capicúa. Hace casi 150 años de aquello, y la tienda sigue manteniendo su esencia, empezando por el portal: un fantasioso retablo que incluye cubiletes, varitas y un mago que observa a los transeúntes con mirada amenazante.

Viaje a otro siglo

Actualmente, El Rey de la Magia está gestionada por dos jóvenes treintañeros, el empresario Pau Martínez y el ilusionista Pere Rafart. Martínez ha heredado la tienda de sus padres, quienes a su vez cogieron el testigo de Carles Butxelli y este, del fundador. «Este es un punto único en el mundo, un reducto histórico; cuando alguien entra, encuentra otra atmósfera, cargada de otro siglo u otra época», explicaba Martínez en una entrevista reciente con el digital Nació.

No es para menos: en el pequeño y abigarrado espacio que comprende la tienda se pueden ver dados, varitas, monedas de latón, volanderas, anillos chinos, cofres y hasta espadas de fakir, aunque el producto estrella son las barajas de cartas: hay unas 70 variedades, sin contar con otras 50 trucadas. «A un mago una baraja le acostumbra a durar una semana», señala Martínez en la citada entrevista.

Tras el mostrador, unas cortinas sirven para ocultar a los clientes mientras los dependientes les explican cómo funciona un truco sin que lo vean el resto de personas que están en la tienda. Además de tienda, El Rey de la Magia también ofrece espectáculos en petit comité a cargo de Rafart u otros magos invitados.

Por la tienda han pasado, claro, multitud de ilusionistas que han sido compradores fieles –de clásicos como Fu-manchú a referentes modernos como el Mag Lari o el Mago Pop–, pero uno de sus clientes más famosos fue el actor Leonardo DiCaprio, que pidió un show privado durante una visita a Barcelona. Aún hoy se puede ver en la pared un ocho de corazones firmado por la estrella de Hollywood.

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