El presidente de ERC, Oriol Junqueras, en una imagen de archivo
Política
El 'equipo B' de ERC se planteó llenar Barcelona de cucarachas para desgastar a Colau en las elecciones
Un nuevo libro pone el foco en la crisis interna de la formación republicana, que aún no se ha rehecho
Durante las negociaciones entre ERC y el PSC para investir a Salvador Illa, salió a la luz la existencia de una estructura paralela dentro del partido de Oriol Junqueras dedicada a realizar campañas de guerrilla contra sus adversarios políticos. El episodio más sonado vinculado a este grupo fue la revelación de que los carteles vejatorios hacia el candidato republicano a las municipales de 2023, Ernest Maragall, y su hermano fueron colocados por este grupo de la propia ERC.
El objetivo de los pósters, en los que se pedía echar «fuera el alzhéimer de Barcelona», era victimizar a Maragall para sumar votos. No fue la única acción sonada de este polémico grupo, que actuaba con el aval de la cúpula del partido: también fueron los que mandaron tres mariachis a la sede de Junts en 2022 y los que colgaron de un puente de Sant Vicenç dels Horts un muñeco de Junqueras.
El muñeco colgado en Sant Vicenç del Horts en 2019 con la cara de Junqueras
De nuevo, el objetivo era retratar a Junqueras como una víctima antes de su cara a cara con Carles Puigdemont en las elecciones europeas de 2019. Cabe recordar que el propio Junqueras, hoy aún presidente del partido, negó hace un año «absolutamente» estar tras la instalación del muñeco, colocado en un lugar donde lo iban a ver, dijo, sus hijos.
No fueron, no obstante, las únicas acciones lamentables pensadas por esta ‘estructura B’ de ERC. Así lo constata el libro L’esquerda republicana –escrito por los periodistas Bernat Vilaró y Adrià Santasusagna, y que este jueves sale a la venta, editado por La Campana–, en el que se revela que durante la campaña de las municipales de 2023 también se propuso llenar Barcelona de cucarachas vivas.
El objetivo era comprar miles de estos insectos y dejarlos vivos por la ciudad, para desgastar a Ada Colau haciendo ver que la ciudad estaba sucia. Se trata de una idea que, según la citada investigación, propuso el exresponsable de Comunicación del partido Tolo Moya en un grupo bautizado como «Ideas locas Barcelona», y que fue descartada.
Un partido en crisis
Que todo ello aflorase evidencia la situación de profunda fractura interna en la que quedó ERC tras la debacle electoral de las autonómicas de 2024, unos comicios convocados por ellos mismos y cuyos pésimos resultados para los republicanos hicieron salir a la luz las divisiones internas del partido, que L’esquerda republicana retrata.
Se trata de una crisis que desde el partido dan por cerrada y pretenden que el paso de los meses y el hecho de que el foco de la actualidad política se haya movido tapen esta situación. En su momento se pretendió que, con cortar unas cuantas cabezas –como la del propio Moya, luego ‘repescado’ por el PSC como asesor en la Diputación de Barcelona– y ordenar la redacción de un informe, la cuestión quedaría olvidada.
Sin embargo, a pesar de que Junqueras intenta mirar adelante, con su anuncio de que pretende ser candidato a la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas –pese a estar inhabilitado hasta 2031–, lo cierto es que la crisis de la trama B de ERC sigue minando la credibilidad del partido, como demuestra el interés despertado por estas últimas revelaciones.
