Usuarios de la Biblioteca de las Cosas de Barcelona
Barcelona
Ir a la biblioteca y pedir prestado un taladro: así funciona el proyecto de Barcelona para no acumular trastos
Vecinos de Sant Martí comparten herramientas y cuidados en la Biblioteca de las Cosas
En el casal de barri Ca l’Isidret, en el distrito de Sant Martí (Barcelona), funciona la llamada Biblioteca de las Cosas, un servicio comunitario que presta a los vecinos objetos de uso cotidiano que muchas familias solo necesitan de forma esporádica.
Allí se pueden reservar y llevar a casa herramientas de bricolaje, material de camping, electrodomésticos, cochecitos de bebé o incluso sillas de ruedas y muletas, con el objetivo de reducir el consumo, fomentar la reutilización y evitar que cada hogar tenga que comprar y almacenar artículos que apenas usará.
Un «préstamo de objetos» al alcance del barrio
La Biblioteca de las Cosas adopta la lógica de una biblioteca tradicional, pero aplicada a objetos en lugar de libros. El usuario se registra, consulta el catálogo en línea, reserva el artículo, lo recoge, lo utiliza durante un tiempo determinado y después lo devuelve para que otras personas puedan usarlo.
El fondo disponible ronda el medio millar de productos y abarca un abanico amplio: electrodomésticos, herramientas de bricolaje y jardinería, material para acampadas, recursos para la crianza como cochecitos o cunas y artículos vinculados a las curas, como sillas de ruedas o bastones.
El servicio abre solo unas tardes a la semana, pero ofrece también un sistema de recogida fuera del horario habitual para facilitar el acceso a los usuarios.
El acceso al servicio es sencillo: basta con hacerse socio o socia de forma gratuita, sin cuotas de entrada que limiten la participación de las familias con menos recursos. Los préstamos tienen un coste simbólico situado entre uno y cinco euros, en función del tipo de objeto y del tiempo de préstamo, de manera que el mantenimiento del servicio no recae únicamente en fondos públicos, sino también en una pequeña corresponsabilidad de quienes lo usan.
La iniciativa se sostiene en gran parte gracias a la generosidad de los propios vecinos: alrededor del 90 % de los objetos que integran el catálogo proceden de donaciones. De media, la biblioteca registra unos 60 préstamos al mes, una cifra que muestra un uso constante y una base de usuarios fiel, lo que refuerza el sentido comunitario del proyecto.
Objetivo: menos residuos y más responsabilidad
El proyecto nace con una clara vocación ambiental y social. Compartir en lugar de comprar permite alargar la vida útil de los productos, reducir el consumo doméstico y evitar la acumulación de objetos infrautilizados en cada vivienda. Esta lógica encaja con la idea de economía circular, que busca que los bienes se usen tantas veces como sea posible antes de convertirse en residuo.
Estantes de la Biblioteca de las Cosas
Desde la coordinación del proyecto se insiste en que este modelo contribuye a mitigar el impacto ambiental ligado a la producción y al descarte prematuro de bienes de consumo. Al mismo tiempo, refuerza la cooperación entre vecinos, genera vínculos en el barrio y ofrece una alternativa práctica para familias que prefieren no invertir grandes cantidades en artículos que solo necesitarán en momentos puntuales.
Un modelo en expansión en Cataluña
La Biblioteca de las Cosas de Sant Martí no es una iniciativa aislada. En Barcelona ya funcionan otros espacios similares y en el conjunto de Cataluña se contabiliza aproximadamente una quincena de proyectos de este tipo, inspirados en experiencias internacionales como las Library of Things de ciudades como Londres o Toronto.
A partir de este modelo, entidades y grupos vecinales trabajan para extender el servicio a otros barrios y municipios, con la intención de consolidar una red estable de préstamo de objetos de uso cotidiano. En un contexto de encarecimiento de la vida y preocupación por el despilfarro, propuestas de este tipo muestran cómo la organización comunitaria, la responsabilidad individual y el aprovechamiento racional de los recursos pueden ir de la mano.