El Mas Xiquet en Ullà

El Mas Xiquet en UllàPobles de Catalunya

Cataluña

Una familia de EE.UU. compra la masía que inspiró una de las obras maestras de la literatura catalana

Se vende el Mas Xiquet de Ullà, lugar que dio pie a 'Solitud', la obra cumbre de Víctor Català

Seis décadas después de la muerte de Caterina Albert i Paradís (L'Escala, 1873-1966), más conocida por su pseudónimo masculino Víctor Català, el eco de su prosa intensa y profunda resuena con una nueva y simbólica actualidad. La efeméride de su 60º aniversario, que se cumplirá en enero de 2026, coincide con la compra de Mas Xiquet, la masía de Ullà (Gerona) que inspiró uno de sus escenarios literarios más emblemáticos.

Ubicado en la comarca del Baix Empordà, Mas Xiquet no es sólo una propiedad antigua; es un capítulo tangible de la literatura catalana. La masía pertenecía a la familia de Caterina Albert, que la había adquirido a principios del siglo XIX y a la que llamaron Xiquet por el apodo de uno de sus propietarios, Francesc Albert. Este lugar, rodeado de campos y con la mística del macizo del Montgrí cercano, sirvió como fuente de inspiración para la atmósfera rural y a menudo opresiva de la obra cumbre de Víctor Català, Solitud (1905).

Aunque la novela sitúa la acción en un santuario de alta montaña, la experiencia vital de Caterina Albert en el entorno de Mas Xiquet y Ullà, con su conexión visceral con la tierra, sus silencios cargados y sus personajes curtidos por el trabajo y la fatalidad, nutrió la paleta emocional y descriptiva de la escritora. Es en este entorno donde se gestó la voz singular de una autora que se atrevió a explorar la psicología femenina, la violencia, el deseo y la cruda realidad del mundo rural, rompiendo con el idealismo literario de la época y situándose como una figura clave del Modernismo y la narrativa naturalista.

Obra canónica

El 27 de enero de 1966 Caterina Albert moría en L'Escala, dejando tras de sí una obra que se convertiría en canónica. El 60 aniversario de su muerte es una oportunidad para revisar y revalorizar su figura. El legado de Català, obligada a usar un pseudónimo masculino para que su obra fuera tomada en serio, no se limita a Solitud; sus Drames rurals y su obra poética y teatral muestran una maestría técnica y una complejidad temática que aún hoy interpelan al lector.

Caterina Albert, conocida como Víctor Català por sus lectores, en 1917

Caterina Albert, conocida como Víctor Català por sus lectores, en 1917Wikimedia

La noticia de la adquisición de Mas Xiquet por una familia estadounidense, adelantada por Crónica Global, ha sido recibida con una mezcla de curiosidad, satisfacción por la preservación del patrimonio y una ligera punzada de inquietud cultural. Según los reportes, los nuevos propietarios están profundamente concienciados con la preservación del valor histórico y arquitectónico de la masía. Han mostrado un interés genuino en integrarse en la comunidad, llevando incluso a sus hijos a la escuela local e intentando aprender catalán.

Esta compra simboliza, en el plano macro, la globalización del interés por el patrimonio cultural europeo y, específicamente, catalán. Una joya arquitectónica e histórica, intrínsecamente ligada a la identidad literaria catalana, pasa a ser custodiada por foráneos. ¿Puede un enclave fundamental para la identidad de un pueblo mantener su significado cultural cuando su propiedad y, por extensión, su relato diario, está en manos de quienes no comparten esa historia íntima?

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