El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, conversan durante un evento.

Ximo Puig y Carlos Mazón conversan durante un eventoEFE

Elecciones 28-M  50 días para lograr 50 escaños: el tripartito y el centro-derecha se la juegan en las elecciones más igualadas

Las encuestas dan al PP como vencedor el 28-M y podría gobernar pactando con Vox por solo un escaño de diferencia frente a Puig y sus socios de Compromís y Unidas Podemos

Cincuenta escaños. Esa es la cifra mágica a la que tanto el bloque de la izquierda como el centro-derecha aspiran a llegar el próximo 28 de mayo en las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana. Con una composición de 99 diputados en las Cortes regionales, las formaciones que logren esa cantidad gobernarán con mayoría absoluta en la undécima legislatura.
Para ello, los partidos tienen, precisamente hoy, cincuenta días por delante hasta que se abran las urnas. El panorama que dibujan las encuestas es el de máxima igualdad entre Partido Popular y Vox por un lado y PSPV-Compromís y Unidas Podemos por el otro flanco.
Tan es así que incluso el CIS del socialista José Félix Tezanos apunta en esa dirección. Ahora bien, el estudio cuenta con unas horquillas inusualmente amplias en sondeos de este tipo. El organismo público no se ha querido ‘coger los dedos’ con unas previsiones concretas y pronostica los únicos dos escenarios posibles: reedición del tripartito o izquierdas y, a la vez, cambio hacia el centro-derecha. En cierta medida, pudiera dar la sensación de que Tezanos primero puso el blanco y luego disparó.

Compromís, sin Mónica Oltra

En el resto de encuestas realizadas por empresas privadas hay una coincidencia: el PP ganaría las elecciones y volvería a ser primera fuerza en el parlamento autonómico cuatro años después. Tras los populares se situaría el PSPV-PSOE, que no rentabilizaría su gestión de gobierno y apenas variaría sus resultados de 2019.
Situación parecida sucedería con Compromís, que menguaría sus apoyos electorales en los primeros comicios a los que concurre sin Mónica Oltra por su imputación por encubrir presuntamente los abusos sexuales de su marido a una menor tutelada. Ahora es Joan Baldoví quien lidera la coalición nacionalista.
Por su parte, Vox aspira a mejorar sus actuales diez escaños –que se quedaron en nueve tras la salida de un diputado del grupo parlamentario–. Con ese objetivo, los de Santiago Abascal han apostado por el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Flores Juberías frente a otros candidatos del aparato del partido.
En cuando a Unidas Podemos, tiene no pocas opciones de quedarse sin representación en las Cortes Valencianas. Si el 28 de mayo no alcanzase la barrera del 5 % de los votos en el conjunto de la Comunidad su número de escaños será cero. Las encuestas señalan que ese escenario no es ni mucho menos descabellado, ya que los comunistas están instalados en ese porcentaje de sufragios, pero con una tendencia negativa, a la baja. Su salida del parlamento autonómico sería equivalente a certificar la presidencia de Carlos Mazón.
Quien tiene casi todas las papeletas para no conseguir ni un asiento es Ciudadanos, que repetiría el trauma ya sufrido en la Comunidad de Madrid en 2021 y en Andalucía en junio de 2022. Durante las últimas semanas, los ‘naranjas’ han intentado hasta el último momento que el presidente valenciano, Ximo Puig, aprobase una reforma exprés de la ley electoral regional para bajar el umbral mínimo de votos requerido del 5 % actual al 3 %.
Finalmente, la modificación no cristalizó. Sin embargo, ese hipotético cambio tampoco garantizaba la supervivencia parlamentaria de Ciudadanos. La estimación para las elecciones apenas le concede algo más de un 2 % de los respaldos en cincuenta días.
El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, se hace un selfie en Fallas junto a Carlos Mazón y María José Catalá.

Alberto Nuñez Feijóo ha participado en diversos actos del PP en la Comunidad ValencianaC.L.

Con todo, el contexto después del recuento solo arroja dos posibilidades en la Comunidad Valenciana: o el tripartito de izquierdas renueva la confianza de los electores o habrá un cambio hacia el centro-derecha. Cualquier otra posibilidad que se baraje sería entrar en la política ficción.
De este modo, los pactos serán necesarios a la hora de configurar gobiernos. Por eso, el último pleno de la legislatura sirvió, más allá de aprobar bastantes leyes y nombramientos, para que cada partido expusiera sus planes después del 28-M.
Tanto PP como PSPV-PSOE dejaron claro que aspiran a gobernar en solitario, pero también saben a la perfección que, a priori, se quedarán lejos de los cotizados cincuenta diputados. Es más, aunque los populares lograsen un triunfo holgado, tendrían difícil repetir el ‘modelo Ayuso’ –sin coalición y sumando más que toda la izquierda–. Han sido los propios dirigentes de Vox los que han advertido de que no darán «un cheque en blanco» a Mazón y aspiran a gobernar como en Castilla y León, es decir, en coalición.
En la izquierda, las rencillas y los dardos directamente ya ni se disimulan. En la mencionada última sesión plenaria, ante los deseos de los socialistas de mantenerse en el poder sin pactos ni ataduras, la portavoz de Compromís, Papi Robles, no pudo ser más explícita: «Milagritos a Lourdes», espetó.
La síndica de Unidas Podemos, Pilar Lima, no fue tan contundente como su compañera nacionalista, pero sí insistió en que las tres formaciones que aún hoy comparten gabinete se necesitan y se seguirán necesitando.
Cincuenta días para cincuenta escaños. Ni hay más tiempo ni se pueden sacar menos si lo que se pretende es gobernar. Por si fuera poca la tensión, las de la Comunidad Valenciana son unas elecciones en las que los cuarteles generales de los partidos tienen puesto el foco porque los resultados se podrían extrapolar a nivel nacional con vistas a las generales del mes de diciembre.
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