Diana Morant, junto con varios cargos del PSPV, el pasado 16 de abril, en Paterna (Valencia)

Diana Morant, junto con varios cargos del PSPV, el pasado 16 de abril, en Paterna (Valencia)Jorge Gil / Europa Press

Comunidad Valenciana

Morant probará su nivel de exigencia ante Ferraz con la cuota del PSPV dentro de las listas europeas

La ministra de Ciencia deberá marcar perfil propio y alejarse de su etiqueta oficialista a la hora de que el socialismo valenciano esté en la parte alta de la candidatura para la cita del 9 de junio

Una de las tareas que la secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, tiene por delante es la de separarse en la medida de lo posible del mantra que supuso ser elegida gracias a la decisión directa y personal de su jefe de filas, Pedro Sánchez. Fue él quien maniobró para que los contrincantes de la ministra en las primarias de la federación valenciana del partido, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, se retirasen de la carrera y quedase como única candidata.
No es una tarea fácil por la sucesión de hechos que la dificultan, del mismo modo que tampoco lo es la primera prueba que tiene para intentar revertir ese contexto. Y es que los socialistas están inmersos en la configuración de las listas para las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Ante esa cita, la exalcaldesa de Gandía tiene que jugar, si no lo está haciendo ya, muy bien todas sus cartas de cara a que la cuota valenciana esté representada en la parte alta de la papeleta.
En los últimos comicios comunitarios fue Inmaculada Rodríguez-Piñero la que ocupó ese puesto de relevancia y lo hizo en la quinta posición, con lo que estuvo en lo que en argot político se denomina puestos de salida; es decir, los que tienen asegurado un escaño tras el escrutinio. Sin embargo, la todavía eurodiputada no volverá a integrar la candidatura de la formación del puño y la rosa, ya que haber cobrado dietas irregulares como miembro del Consejo de Administración del Puerto de Valencia le ha llevado a renunciar a la reelección.

Negociación con Ferraz

Ante esa importante baja, Morant primero deberá posicionarse y promocionar a un candidato de peso de cara a que sea el referente del PSPV-PSOE en las elecciones al Parlamento Europeo. Tampoco esto va a ser para ella 'coser y cantar', puesto que la que fuera en la etapa de Joan Ribó vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, ya se ha postulado para optar a un escaño en Bruselas. También lo ha hecho Manolo Mata, histórico del socialismo valenciano, antiguo hombre fuerte del expresidente de la Generalitat Ximo Puig y actual abogado del supuesto cabecilla de la trama Azud.
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, en un acto del PSPV-PSO

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, en un acto del PSPV-PSOEEuropa Press / Eduardo Manzana

Por tanto, aunque en principio el nombre del elegido se debería elegir en un proceso de primarias, la primera que sabe que hacer una defensa pública de este no es garantía de nada es la propia ministra. Pero, en todo caso, una vez el postulante valenciano ya esté acordado, le tocará la 'papeleta' más complicada, como es la de negociar con Ferraz el puesto qué ocupará en la lista.
Ese será el verdadero momento en que Morant traslade a la opinión pública y a su propio partido si el 'dedazo' de Sánchez se queda en su designación como líder del PSPV-PSOE o si, por el contrario, va más allá y requiere de otros compromisos de fidelidad hacia las decisiones del presidente del Gobierno y ante las que la titular de Ciencia, Innovación y Universidades solo puede asentir, corroborarlas y dar su visto bueno con una sonrisa.
El tiempo apremia y las fechas para fijar quiénes y en qué orden acompañarán a la actual ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no son muchas. En concreto, las candidaturas se han de presentar ante la Junta Electoral Central entre el 1 y el 6 de mayo o, lo que es lo mismo, en cuestión de días. Así, Morant tiene por delante una triple batalla: en el seno de la federación socialista, ante el resto de barones territoriales socialistas, dado que todos quieren que sus siglas estén en los lugares más altos, y, por último, con Ferraz y Sánchez, que es quien tendrá la última palabra.
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