
Excavaciones del equipo de arqueólogos en el nuevo yacimiento del Neolítico encontrado en Castellón
El crucial hallazgo de un yacimiento en Castellón que cambia las teorías del Neolítico en la península
Este descubrimiento al norte de la provincia es clave para comprender cómo se expandieron las primeras comunidades neolíticas por el este del Mediterráneo ibérico
Un equipo de arqueólogos ha sacado a la luz un importante descubrimiento en la provincia de Castellón que cambia por completo algunas de las teorías sobre la época del Neolítico en la zona. Los investigadores de la Universidad Jaime I, junto a la Universidad de Barcelona y de la Diputación han encontrado evidencias que prueban que el yacimiento de Les Coves Llongues, situado en la localidad de Zorita del Maestrazgo, en la comarca de Los Puertos, fue ocupado durante el Neolítico antiguo, es decir, en la segunda mitad del VI milenio antes de nuestra era.
Un descubrimiento inaudito, que es clave para comprender cómo se expandieron las primeras comunidades neolíticas por el este de la península Ibérica. Los hallazgos señalan que este yacimiento fue un punto clave del contacto entre el río Guadalope (y por extensión, del Ebro) y el litoral castellonense, lo que podría demostrar que el río Bergantes fue una vía importante para la difusión del primer Neolítico.

Excavaciones del equipo de arqueólogos en el nuevo yacimiento del Neolítico encontrado en Castellón
Las dataciones sitúan los primeros asentamientos de agricultores en la segunda mitad del VI milenio antes de Cristo. El hallazgo, publicado en Munibe Monographs y comunicado por la UJI de Castellón, además de su importante papel en la reconstrucción de los hechos históricos, también destaca por la riqueza del registro recuperado: cerámicas decoradas con diversas técnicas, herramientas líticas y óseas, elementos de adorno personal y restos de arte levantino pintado en las paredes del abrigo.
Les Coves Llongues se encuentran en un lugar no demasiado lejano del río Bergantes, principal curso fluvial del norte de la Comunidad Valenciana y afluente del Guadalope. Este yacimiento se encuentra en una región donde hasta ahora faltaban evidencias incuestionables de los inicios del Neolítico, pero que ahora se desvela como de gran relevancia para el estudio de la expansión de las primeras comunidades productoras desde el Mediterráneo ibérico hacia el valle del Ebro, al emplazarse en un paso natural entre ambos territorios.
Los trabajos realizados hasta la fecha han permitido diferenciar varios niveles arqueológicos que se pueden datar entre el final del Paleolítico y del Neolítico. En el nivel más antiguo del Neolítico se han recuperado cerámicas impresas e inciso-impresas, así como restos de otros materiales de esta época como puntas de proyectil.

Excavaciones del equipo de arqueólogos en el nuevo yacimiento del Neolítico encontrado en Castellón
Todos estos hallazgos ponen de manifiesto el potencial del yacimiento, del que se han excavado, hasta la fecha, unos seis metros cuadrados. Además, también posee muestras de arte rupestre Levantino, de las que se han identificado nuevas figuras. La ocupación recurrente del lugar sugiere que ofrecía un atractivo particular para distintos grupos humanos, ya sea por su ubicación estratégica en una zona de paso o por las características singulares del entorno.
Mezcla de contactos culturales
Gracias a la datación de los materiales recuperados, que se ha realizado mediante análisis de carbono 14, ha permitido situar las ocupaciones neolíticas en torno a 5469-5321 cal BC. Aunque los investigadores reconocen que las fechas podrían estar ligeramente envejecidas por el tipo de muestra, coinciden con los elementos materiales encontrados.

Piezas halladas en el nuevo yacimiento del Neolítico encontrado en Castellón
La presencia de cerámicas decoradas con técnicas diversas permite vincular el conjunto a contextos cardiales del VI milenio cal BC, aunque algunas piezas podrían extender la ocupación hasta fases más avanzadas del Neolítico antiguo. La variedad de estilos cerámicos y motivos decorativos encontrados en el abrigo sugiere contactos culturales diversos y, posiblemente, cierta continuidad en la ocupación.
Las cerámicas presentan formas simples, bordes redondeados, asas planas y decoración mediante cordones, líneas incisas o impresiones cardiales. También destacan los elementos funcionales, como dos taladros y varios geométricos de doble bisel, que podrían haber servido como herramientas o proyectiles.
Hasta el momento, la zona norte del interior de Castellón apenas contaba con evidencias del Neolítico antiguo. De hecho, el hallazgo más conocido fue un fragmento cerámico de cronología cardial recuperado en los años ochenta, de procedencia incierta. Ahora, gracias a este nuevo yacimiento, se abre una vía para reinterpretar la neolitización del territorio. La superficie excavada hasta la fecha es reducida en comparación con las dimensiones del abrigo, que alcanza los 85 metros de longitud. Según los autores, las perspectivas de futuras campañas son muy prometedoras, tanto por el potencial estratigráfico como por la variedad de materiales ya recuperados.