Mazón, de espaldas a los miembros de Compromís, que piden su dimisión, en las Cortes Valencianas
Insultos y espectáculos: la izquierda valenciana destierra la cortesía parlamentaria con la excusa de la dana
Joan Balodví llama a Mazón de tú y no de usted, a la par que el PSPV-PSOE sigue a remolque de Compromís y se suma a su política espectáculo
La importancia de gestionar la vida pública ha dado lugar a innumerables anécdotas desde que las democracias liberales se asentaron como lo idóneo para gobernar las sociedades occidentales. Así, mientras el Telón de Acero antaño impedía el debate parlamentario serio y efectivo a golpe de purgas por doquier cuando no con procesos sumarios y todavía hoy en latitudes como Corea del Norte, Cuba, Venezuela o Rusia esa práctica está más que extendida, hay sistemas en los que la confrontación retórica continúa.
En lo que respecta a las Cortes Valencianas, la izquierda dista mucho de contar con figuras, más allá de lo ideológico, como Winston Churchill. Antaño, fue la diputada Laura Ormiston Chart la que le espetó: «Si yo fuera su esposa, le pondría veneno en el café», a lo que el premier británico no tardó en responderle: «Y, si yo fuera su marido, me lo bebería».
Fue duro. Sin duda, pero siempre guardó el decoro que en todo parlamento se ha de respetar. La mención histórica no es caprichosa, más aún cuando formaciones como Podemos, Compromís y sus respectivas confluencias y círculos tratan de convertir las respectivas sedes de la soberanía, bien sean nacional, regionales o locales, en unas de sus asambleas. De hecho, lo dejó por escrito el mismo Pablo Iglesias, aseverando en uno de sus manuales de estrategia política que «el Parlamento es un lugar donde montar el pollo».
Encontronazos antes de la dana
En lo estrictamente valenciano, a raíz de la dana, Compromís y el PSPV-PSOE no solo parecen que hayan aprendido de la cosmovisión del exvicepresidente del Gobierno con Pedro Sánchez, sino que lo de alumnos aventajados igual se les pudiera quedar corto. A lo largo de estos casi seis meses desde que se produjo la riada, nacionalistas y socialistas no han dejado ni un solo día a la hora de cargar contra el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
Pero, al mismo tiempo, lo han hecho, lo hacen y nada hace prever que vayan a dejar de hacerlo con una actitud de la que no entienden los cánones de respeto. Unos y otros han acusado al jefe del Consell de haber provocado las 228 muertes del temporal. Todas y cada una. Sin saber sus causas y, ni tan siquiera, esperar a que la juez que está instruyendo la causa se pronuncie en una dirección o en otra.
Joan Baldoví, en una imagen de archivo
En este sentido, el portavoz de Compromís en la Cámara autonómica, Joan Baldoví, no se queda en los reproches meramente políticos al presidente de la Generalitat, sino que va mucho más allá y destierra todo atisbo de cortesía institucional. Lo hace llamando desde la tribuna de oradores de tú y no de usted a la máxima autoridades de la Comunidad y representante ordinario del Estado. Lo hace, además, con términos por ortodoxos como «fracasado». «Actúas como un ninot de la extrema derecha. Tú has acabado convirtiéndote en la marioneta útil de Abascal (…). Murieron -dijo sobre algunas de las víctimas de la dana- porque no enviaste el aviso a tiempo», apuntó, nada más y nada menos que en sede parlamentaria antes de preguntarle a Mazón «dónde estabas tú»
Cabe recordar que Baldoví no es nuevo en esto de las polémicas. Dócil con Sánchez y con todo flirteo con Esquerra Republicana, Bildu y tantos otros de esa cuerda mientras ocupaba su escaño en Madrid, mientras los Presupuestos Generales del Estado se aprobaban y la financiación autonómica seguía estancada, el nacionalista también ha protagonizado algún que otro escándalo en las Cortes.
No fue a cuenta de la dana, sino mucho antes. Así, se dirigió a la entonces portavoz de Vox, Ana Vega, en un tono en absoluto institucional y levantándose se su escaño con postura casi amenazante: «¿De qué te ríes», le preguntó, a lo que ella contestó sin amedrentarse «porque me da la gana, solo faltaba más; dónde está la libertad de expresión».
Por último, lo del síndico de Compromís tampoco es un caso único. Todo su grupo, que suma 15 diputados, le apoya y le sigue cuando se trata en cada sesión de control de sacar carteles de «Mazón dimisión» o similares. Pero no solo eso. También el PSPV-PSOE, no se sabe bien si con José Muñoz, Pilar Bernabé o Diana Morant a la cabeza, sigue el mismo camino como si de el flautista de Hamelin se tratase y sin, ni unos ni otros, calibrar si todos ellos pueden caerse por el precipicio.