El caso Zapatero tiene difícil archivo
Afortunadamente, todavía hay jueces que juzgan a fiscales, alguaciles que vigilan a guardias, fiscales que investigan al margen de las presiones de sus jefes y, salvo el TC y su mayoría izquierdista, todavía hay contrapoderes y controles
Me cuesta creer algunas versiones que circulan, según las cuales las informaciones de Alejandro Entrambasaguas, publicadas en El Debate en rigurosa exclusiva, acerca de los encuentros de José Luis Rodríguez Zapatero con su supuesto testaferro, Martínez, son una operación para llevar a cabo una explosión controlada y salvarlo de una posible responsabilidad ante la Justicia. Desconozco la motivación última de estas versiones, pero sí tengo claro que no habrá funcionario –policía, fiscal o juez– que ahora mismo se atreva a dar carpetazo a este asunto que, por otro lado, venía ocupando a policías y fiscales desde hace tiempo. Echar tierra sobre las sospechosas actividades de un expresidente del Gobierno no parece un asunto menor que puedan despachar dos comisarios en su oficina.
Sobre Zapatero venía existiendo una presión desde hace tiempo. En los Estados Unidos existe un informe elaborado por hasta 400 funcionarios –pertenecientes a distintas agencias, entre ellas CIA, FBI, DEA y NSA, e incluso Pentágono– en el que se analiza con todo lujo de detalles la situación interna y externa de Venezuela. En ese informe aparece citado el que fuera presidente de España entre 2004 y 2011. Con anterioridad, en sede judicial, en España, el 'Pollo' Carvajal, antiguo jefe de la Inteligencia venezolana, también se refirió a él. Todo estaba en una nebulosa, pero una sombra de sospecha lo rodeaba. De esos informes se sabe que algunos datos han llegado a España. Todavía hoy, la máquina del fango del sanchismo no ha logrado contaminar algunos organismos y a algunos servidores públicos que están cumpliendo con su obligación y publicando la información llegada desde los Estados Unidos. Datos e informaciones que vienen a completar el rompecabezas que ya se venía manejando aquí desde hace meses.
Especular ahora con que el trabajo de meses de funcionarios españoles con información de terceros países va a ser dinamitado, suena más a fantasía que a un hecho contrastado y cierto. Los indicios y certezas que se manejan en este caso solo apuntan a dos direcciones que corren paralelas: la investigación va a ir a más y no hay funcionario ahora en España que se atreva a darle carpetazo. Afortunadamente, todavía hay jueces que juzgan a fiscales, alguaciles que vigilan a guardias, fiscales que investigan al margen de las presiones de sus jefes y, salvo el TC y su mayoría izquierdista, todavía hay contrapoderes y controles, a pesar de Sánchez, el gran amigo de Zapatero.