
Imagen del alumno afectado junto a su madre
«Nuestro hijo apenas sabe hablar español y le obligan a estudiar en valenciano»: una familia denuncia la imposición lingüística en su colegio
Una familia de origen bielorruso ha denunciado que, pese a haber optado por el castellano en la consulta lingüística promovida por la Generalitat Valenciana, su hijo cursará el próximo año escolar en una línea en valenciano en el colegio Ave María de Penya-Roja (Valencia). El menor, que llegó a España hace dos años y aún se está adaptando al idioma, estudió en línea castellana en Alicante y desde el pasado septiembre continúa su educación en esa lengua en Valencia. La asignación del próximo curso -su último de Primaria- en valenciano, ha provocado la indignación de sus tutores legales, que acusan al centro de imponer un cambio injustificado y de ignorar las circunstancias del niño.
La situación surge en el contexto de la aplicación de la Ley de Libertad Educativa, aprobada en las Cortes Valencianas con los votos de PP y Vox, con la que se pretendía acabar con la «imposición lingüística» atribuida al anterior Gobierno compuesto por PSOE, Compromís y Podemos. En el marco de esa ley, la Consejería de Educación organizó este curso una consulta general en todos los centros públicos y concertados para que las familias decidieran si sus hijos estudiarían en castellano o valenciano a partir del próximo curso.
La participación fue del 58,61 % de las familias a nivel autonómico, con una ligera mayoría (50,53 %) a favor del valenciano frente al 49,47 % por el castellano. El consejero de Educación, José Antonio Rovira, aseguró que «han sido las familias quienes han decidido» y celebró que con esta medida «ha ganado el pluralismo frente al modelo único».
Sin embargo, desde asociaciones como Hablamos Español se denunció que el proceso estuvo marcado por presiones, mensajes engañosos en algunos centros y dificultades técnicas para acceder a la votación. Según la entidad, muchos padres fueron inducidos a elegir el valenciano por miedo a perder beneficios escolares o ver a sus hijos separados de sus compañeros.
Resultados en el colegio del menor
En el colegio donde estudia el menor afectado, la consulta evidenció una clara preferencia por el castellano. De los 50 alumnos de 5º de Primaria, votaron 40 familias: 28 eligieron castellano (70 %) y 12 valenciano (30 %). Con arreglo al reglamento oficial, que estipula que si una lengua no supera el 75 % de apoyos debe formarse un grupo de cada idioma, el centro constituyó un grupo en castellano y otro en valenciano.

Resultado de la consulta de la lengua base en el colegio del menor
Este reparto afectó directamente al alumno bielorruso, que fue incluido en el grupo en valenciano a pesar de que su familia votó por el español. Su padrastro explica a El Debate que el director le mostró las puntuaciones y baremos utilizados para decidir qué alumnos iban a cada grupo, y que aquellos con menos puntos -como los niños sin hermanos en el centro, recién llegados o sin arraigo previo- fueron destinados al grupo minoritario en valenciano. «Es como un agujero negro que ha arrastrado a los niños que menos encajaban, precisamente los que más ayuda necesitan», lamenta.
Según relatan, el menor apenas maneja el español con soltura y ha necesitado clases de refuerzo. La madre, que no habla castellano y se comunica en inglés, también encuentra dificultades para interactuar con el colegio. «Cuando está conmigo y alguien le pregunta algo en valenciano, no sabe ni por dónde empezar. Es como si tú estás aprendiendo ruso y de repente te meten en una clase en lituano», explica el padrastro, que también critica la falta de sensibilidad del centro. «No se ha tenido en cuenta su situación. Solo han mirado un listado de puntos y le ha tocado. Como si fuese un sorteo». En este sentido, lamenta que «nuestro hijo apenas sabe hablar español y le obligan a estudiar en valenciano».
Intentaron buscar apoyo en la inspección educativa, pero después de una conversación inicial en la que el inspector prometió hacer «todo lo posible», no han recibido respuesta tras varios intentos de contacto posteriores. «Lo mínimo sería que nos contestaran, pero ni eso», denuncia.
Ante la falta de respuesta del centro educativo y la desatención por parte de la Administración, la familia ha decidido acudir a la asociación Hablamos Español. Según ha confirmado a este periódico su presidenta, Gloria Lago, el caso no es un hecho aislado: «Ya hemos detectado más situaciones como esta en otros centros. El sistema está permitiendo que se impongan líneas en valenciano a niños que habían solicitado el castellano, y eso no se puede tolerar». Lago ha señalado que pondrán a disposición de la familia los servicios jurídicos de la asociación para defender su derecho a la educación en la lengua escogida.
El Debate ha contactado hasta en tres ocasiones con la Consejería de Educación de la Generalitat Valenciana, pero al cierre de esta edición no ha obtenido respuesta.
Un «coladero»
La situación, que según diversas entidades se repite en otros centros de la Comunidad Valenciana, refleja para muchos una contradicción entre el espíritu de la Ley para la Libertad Educativa y su aplicación práctica. Gloria Lago ha calificado el nuevo sistema como «un coladero para que los colegios hagan lo que quieran». Según explica, en el caso concreto del colegio Ave María de Penya-Roja, se habría asignado a niños a la línea en valenciano incluso cuando sus familias no habían votado.
«El sistema se vendió como libertad de elección y al final es una lotería. Si el 70 % vota castellano, ¿por qué obligar a un niño con dificultades a aprender en valenciano?», se pregunta el padrastro del menor.
Aunque la familia no ha interpuesto aún una denuncia formal, ya cuenta con el respaldo legal de Hablamos Español. Mientras tanto, el menor se prepara para iniciar 6º de Primaria en una lengua que no domina, en una línea educativa que ni él ni su entorno eligieron.